'La Teología de la liberación sigue su curso. A sesenta años del Vaticano II' Jorge Costadoat: "Los y las teólogas primeros de su propia liberación han de ser los mismos pobres"

Una primera parte de este libro se dedica al desarrollo de la Teología latinoamericana y caribeña post conciliar. Trata de la Teología de los signos de los tiempos: fundamento bíblico, importancia en Gaudium et spes y aplicación en la Conferencia general del episcopado de Medellín (1968). Al igual que en el Concilio, la Iglesia de la región atendió a los acontecimientos de la época y descubrió que la pobreza de entonces, a los ojos de Dios, exigía compromisos sociales y políticos por erradicarla.

La Iglesia latinoamericana y caribeña, desde entonces, ha actuado como “teóloga”. Las siguientes conferencias, no sin tensiones, siguieron haciendo discernimiento de los tiempos gracias al método del ver-juzgar-actuar. La Teología de la liberación, en particular, ha operado como si Dios continuase revelándose en el presente y hablando por la boca de los pobres. Esta parte del libro termina con la implicancia de los teólogos y teólogas en el método (auténticos “intelectuales orgánicos”).

La segunda parte del libro ahonda en la cristología. Aquí se ofrece un panorama, por cierto, muy esquemático, de la cristología greco-latina. La cristología de la liberación valora la tradición griega y, a su modo, participa de los conflictos que se dieron en la antigüedad a propósito de la recepción de Calcedonia. Pero le interesa superar la abstracción de las categorías del gran concilio en cuanto a la concepción de la humanidad del Hijo de Dios: Jesús pudo creer en Dios y sufrir verdadera, y no aparentemente.

La cristología de la liberación, además, ha sido muy crítica de la soteriología latina. Esta se ha centrado en ver en el Hijo encarnado a un hombre que se ofreció a Dios en la cruz para el perdón de los pecados. La concentración latina en el sacrificio de la cruz también constituye una abstracción, una negación de la historicidad del salvador, que ha llevado a olvidar que Jesús no solo perdonaba pecadores sino que, en primer lugar, liberaba de sus males a gente completamente inocente.

La respuesta al Cur Deus homo de los latinoamericanos, a diferencia de la de Anselmo, es otra: el Hijo de Dios se encarnó, antes que nada, para liberar a los pobres y a toda suerte de víctimas. 

En la tercera y última parte de este libro el lector advertirá un cambio de método. Los contenidos son tratados con un método inductivo y narrativo. Aquí se describe y se juzga teológicamente la vida de la comunidad eclesial de base a la que pertenece el autor de esta obra. Además, se da cuenta de dos investigaciones de campo hechas también por él a dos cristianas insignes pertenecientes a la Iglesia que arraiga en el mundo de los pobres. En estas personas se ve cumplido el propósito de los teólogos de la liberación de superar los límites de la teología científica. Los y las teólogas primeros de su propia liberación han de ser los mismos pobres.

Jorge Costadoat, La Teología de la liberación sigue su curso. A sesenta años del Vaticano II, EDPSUD,  Santiago, 2023.