Dos nuevos libros en Ciudad Nueva Los jóvenes y la educación en la fe
“Los jóvenes y Jesús”, de A. Smerilli, V. Zani y M. de Beni
“Con Jesús, iniciar discípulos en misión / 1”,o “Cinco criterios básicos para renovar la iniciación cristiana a la luz del nuevo Directorio para la Catequesis”, de Manuel Bru
Aquí y ahora, y prescindiendo de otra clase de predicamentos, me refiero a la educación religiosa, o en la fe, y a cuanto se relaciona con ella, con relevante mención para los jóvenes. Nuestros jóvenes, y los de casi siempre, precisamente eso de la preparación- profesión de verdad cristiana, ni ha sido, ni es su “fuerte “.
De cualquier otra asignatura, catalogadas o no como “oficiales”, en el programa docente, y al dictado de las correspondientes, sucesivas y cambiantes leyes oficiales de Educación, puede asegurarse que sean los jóvenes los más favorecidos, si estos son cristianos y más sus padres fueron y son “católicos, apostólicos y romanos” de toda la vida.
De las disciplinas más extrañas, lejanas y enigmáticas , así como de las informaciones deportivas, sociales, o políticas, su monto es más rico, numeroso y ancho que el relativo al Antiguo y Nuevo Testamento , al de los Mandamientos de la Ley de Dios y de la Iglesia, al del “Syllabus”, al del Concilio Vaticano II . y a los contenidos de alguna manera en los Catecismos de la Doctrina Cristiana.
La educación en la fe para la mayoría de los jóvenes es terreno baldío, y sus frutos nulos, o muy parcos. Las causas son muchas. Y de diversas procedencias y colores. Los educadores “oficiales” son en gran parte y proporción, sus apadrinadores. También lo son sus ejemplos. Y su llevar a la práctica y con todas sus consecuencias lo denunciado por el mismo Jesús, al proclamar aquello de “haced lo que digan, pero no lo que hagan”, con referencias explícitas a los “Sumos Sacerdotes” y al “negociazo” en que habían convertido nada menos que el Sagrado Templo de Jerusalén… Los malos ejemplos de educadores, que no la ortodoxia verbal, es lo que “predica”, evangeliza, convence y convierte en cristianos.
Exigentemente atenta, la editorial ”Ciudad Nueva -CN” también a estos graves problemas, acaba de publicar dos títulos de otros tantos libros, de los que hago a continuación leves referencias:
“Con Jesús, iniciar discípulos en misión / 1”,o “Cinco criterios básicos para renovar la iniciación cristiana a la luz del nuevo Directorio para la Catequesis”. Catequesis “de“ y “en” comunidad, de prioridad bíblica, iluminadora de la fe y vida personal y social,experiencia personal , litúrgica, de conversión y formativa, una catequesis con Jesús capaz de incitar, promover e iniciar discípulos en misión… son metas a las que llegar gracias a la atenta lectura de estos títulos de la colección “ Nueva Evangelización”
El autor del libro, con sus 168 páginas, es Manuel Bru Alonso, delegado episcopal de Catequesis de la Archidiócesis de Madrid, y su prologuista y presentador es el Cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid. San Juan Crisóstomo abre la puerta a los lectores con estas orientadoras palabras:
“El perdón de los pecados, la justicia, la santificación , la redención la adopción de hijos de Dios , la herencia del cielo, la familiaridad con el Hijo de Dios…¿Qué noticia más bella que esta? Dios en la tierra y el hombre en el cielo”.
“Los jóvenes y Jesús”, es el otro título de “Ciudad Nueva”, en su colección “Ekklesía”-senderos de comunión.”. En su contraportada se reconoce que “los jóvenes de nuestro tiempo tienen una vena anticonstitucional, como en todos los tiempos, pero precisamente por esta razón son capaces de novedad creativa; liberan a los adultos de lo que puede haberse convertido en ritos o fórmulas abstractas, para volver a lo esencial y encontrar la dimensión existencial. Son una llamada constante para que el Pueblo de Dios se renueve a partir del Evangelio. De ahí puede nacer, y ya está naciendo, un nuevo encuentro de los jóvenes con la Iglesia “
El libro, firmado por un grupo de expertos en el tema, tiene 142 páginas, y en la 56, por ejemplo, se refiere que” El papa Francisco afirma que” la escuela católica sigue siendo esencial para la evangelización de los jóvenes”, pero sin embargo no ahorra críticas cuando afirma que “algunos colegios católicos parecen estar organizados solo para preservación, transformándose así en un “bunker” y su pastoral, a menudo concentrada solo en la instrucción religiosa que en muchos casos es incapaz de provocar experiencias de fe perdurables ¿Cómo superar estas riesgos que de hecho son muy reales?” y es que nos encontramos no en ”una época de cambio, sino en un cambio de época”.