"Cambiar desde ABAJO para vivir una Misa que ilumine, motive y libere" El charco de ranas en que hemos convertido la Misa
"Una Liturgia de la Misa lúcida y renovada que pretendo divulgar en un nuevo Blog en Religión Digital. La construyen Curas valientes, que prefieren permanecer en el anonimato, por si las maneras autoritarias no han desaparecido y profetizar sigue castigado"
"Por tanto, no la redacto yo, sino unos Curas convertidos a la LUZ y ENERGÍA del Evangelio. Yo solo soy el mensajero"
"Propondré hoy cambios muy racionales y posibles al 'Ordinario de la Misa' que podremos incorporar sin más a nuestras Eucaristías. Son tan ortodoxos, necesarios y evangélicos que en nada contravienen la esencia de la Misa. Al revés, la iluminan y afianzan"
"No creo que sea ningún pecado saltarse una lectura que sea inapropiada, escandalizante o mentirosa (todas las que citan la "ira de Dios" lo son) y sustituirla por otra"
"Propondré hoy cambios muy racionales y posibles al 'Ordinario de la Misa' que podremos incorporar sin más a nuestras Eucaristías. Son tan ortodoxos, necesarios y evangélicos que en nada contravienen la esencia de la Misa. Al revés, la iluminan y afianzan"
"No creo que sea ningún pecado saltarse una lectura que sea inapropiada, escandalizante o mentirosa (todas las que citan la "ira de Dios" lo son) y sustituirla por otra"
¿De dónde salen las cerezas que coronan miles de cerezos? ¡De abajo! Se niegan a mejorar y racionalizar la Liturgia "desde arriba", pues intentémoslo "desde abajo".
Escribí esta meditación hace años bajo otro título. Y, sin darme cuenta, algunos Curas meditaron, oraron y se pusieron manos a la obra.
De ahí ha surgido una Liturgia de la Misa lúcida y renovada que pretendo divulgar en un nuevo Blog en Religión Digital. La construyen Curas valientes, que prefieren permanecer en el anonimato, por si las maneras autoritarias no han desaparecido y profetizar sigue castigado.
Por tanto, no la redacto yo, sino unos Curas convertidos a la LUZ y ENERGÍA del Evangelio. Yo solo soy el mensajero. Si ellos me proporcionan los textos, los volcaré semanalmente en ese nuevo Blog. Posiblemente sea la simiente para volver al verdadero sentido de la Misa y salir del "charco de ranas" en que nos la han convertido, sin percatarse del por qué la gente huye de ese croar sin sentido.
Esto es lo que escribí entonces y ahora se ha hecho realidad en las Misas de algunos Curas.
Vengo insistiendo en que hay que abandonar al "dios marioneta" que se mueve por nuestros impulsos, para empezar a confiar (tener fe) en el "Dios enamorado" que nos mostró el Señor.
Propondré hoy cambios muy racionales y posibles al "Ordinario de la Misa" que podremos incorporar sin más a nuestras Eucaristías. Son tan ortodoxos, necesarios y evangélicos que en nada contravienen la esencia de la Misa. Al revés, la iluminan y afianzan.
Intentaré ser muy sintético y pondré solo algunos ejemplos. A pesar de ello, ya advierto que esta honestísima proposición es larga.
1º) Usar siempre los verbos en PRESENTE afirmativo:
El Señor está SIEMPRE con nosotros y a nuestro favor (eso dice el Evangelio olvidado). Es ridículo y mentiroso usar expresiones futuribles o de petición. Ejemplos de cambios sensatos y expresiones veraces:
- La gracia de N.S. Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo ESTÁ con todos vosotros.
- El Señor ESTÁ con vosotros.
- Señor Tú TIENES piedad. Lo mismo en el Gloria: Tú ATIENDES nuestras súplicas, Dios todopoderoso TIENE misericordia de nosotros, PERDONA nuestros pecados y nos LLEVA a la vida eterna.
- Él ES para nosotros pan de vida y bebida de salvación. Etc.
2º) Avanzar por lo POSITIVO.
Es psicológicamente contraproducente empezar la Misa sintiéndonos "enmerdé" de pensamiento, palabra, obra y omisión… ¡Vaya autoestima y fuerza que vamos a desarrollar! ¡Pobres mis viejitos de misa diaria saturados de culpa y más culpa! Nos salva que nadie piensa en lo que dice, solo palabrea rutinas.
Podemos empezar, por ejemplo:
- Hermanos, antes de celebrar los sagrados misterios, reconozcamos nuestros DONES y potencialidades.
Olvidemos las menciones a los pecados (doctrina dominante judía) y al perdón (estamos perdonados desde la eternidad).
Lo importante es caminar en fidelidad, volvernos al Padre. El "recuerdo" de los pecados hunde y frena. La "fidelidad" desde lo que somos de fondo empuja y corrige.
Como suelo decir, la mejor forma de detectar los "errores" (que no pecados) es ponerlos a la luz. Las sombras solo aparecen cuando arrojamos la luz de lo positivo.
3º) No afirmar lo que no es estrictamente verdad.
- La fórmula "palabra de Dios" debería ser sustituida por "palabra inspirada" o similar. Dios no tiene boca ni pluma. Salvo en la trasmisión "mediatizada" de los Evangelios, nunca habló ni escribió. Nos inspira a través del "reino de Dios" que nos habita y de personas fieles de éstos u otros tiempos.
Esa exageración nos puede llevar a disparates mayúsculos. Si es "palabra de Dios" el relato del Génesis -por ejemplo- también lo será el mandato de "exterminar al enemigo" y otros muchos asertos y perversiones incluidos en la Biblia.
¿Pondrías este salmo -solo es un ejemplo de miles- en boca de Dios? "¡Quién pudiera agarrar y estrellar a tus niños contra las piedras!" (Sal 137,9).
¿O seguirías el aberrante ejemplo de Jefté (Jue 11,29) que hoy mismo me han leído en Misa? ¿Ése es el ejemplo que la Iglesia propone a los católicos?
¡Qué disparate y qué escándalo tan horrible! No me extraña que haya apóstatas...
O somos racionales y decimos la verdad, o caeremos en extremismos y fanatismos muy peligrosos que empujan a las personas por la incoherencia, mentira y deshumanización.
4º) Evitar las Lecturas falsas o extemporáneas, aunque estén en el Leccionario.
Hay muchísimas, sobre todo en el AT. Los judíos tenían una "imagen de Dios" tremendamente imperfecta. No podemos seguir proclamando las falsedades que ellos profesaban. La revelación del "verdadero rostro" solo se culmina con Cristo.
Por desgracia, aquí los fieles no podemos hacer gran cosa. Pero sí los Curas. No creo que sea ningún pecado saltarse una lectura que sea inapropiada, escandalizante o mentirosa (todas las que citan la "ira de Dios" lo son) y sustituirla por otra. Porque "hay que obedecer a Dios antes que a los hombres" (He 5,30) y no leer necedades por muy bíblicas que sean. Lo ven hasta los ciegos, pero no los fanáticos.
Los liturgistas siguen olvidando los "signos de los tiempos" (Lc 12,56) y el torrente del Espíritu Santo que actúa a lo largo de los siglos desde dentro de las personas.
Los fieles, curas o laicos, debemos corregir la "tendencia a lo viejo" para apostar por el "vino nuevo": "A vino nuevo, odres nuevos" (Mt 9,17). De la "manía de mirar atrás" podría poner ejemplos dramáticos a montones, pero me alargaría demasiado.
5º) Jamás utilizar la palabra judía "sacrificio", totalmente inadecuada para cristianos.
Sustituir por "ofrenda", "entrega", "acción de gracias", por ejemplo. Ni la Misa es un "sacrificio" (ritual judío), ni hubo ningún "sacrificio salvador" sino un "asesinato político-religioso". Lo dicen claramente Pedro y los demás apóstoles: "El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, al que vosotros asesinasteis colgándolo de un madero" (He 5,30). Si somos cristianos, seamos coherentes y olvidemos la ideología judía.
6º) Evitar las fórmulas "pedimos" o "suplicamos". Todo está pre-concedido.
La fe de verdad consiste en CONFIAR en que ya se nos está ayudando: "Hace salir el sol sobre justos y pecadores" (Mt 5,45). La fe NO consiste en creer que se nos va a ayudar. Dios no tiene futuro, solo PRESENTE.
Por mucho que palabrees no conseguirás nada. Lo que cambiará tu vida son tus luces, actitudes y obras. Tú administras tu vida con los dones que ya se te han dado: "Parábola de los talentos" (Mt 25,14 y Lc 19,12).
Reza en presente y convéncete de que Dios no puede hacer otra cosa que amarte y estar volcado por ti. Es absurdo tirarle de la levita. EXPRESAR nuestra CONFIANZA y nuestras ASPIRACIONES sería lo adecuado.
Ejemplo: "A ti pues, Padre misericordioso, acudimos humildemente con J.C. tu Hijo, N.S. porque sabemos que ACEPTAS y BENDICES estos dones, esta OFRENDA pura y santa de tu Iglesia, en la que derramas tu PAZ, la PROTEGES, la LLAMAS a la unidad y la GOBIERNAS en el mundo entero".
Se trata de salirnos de las peticiones repetitivas, como enseña el Evangelio: "No oréis como los paganos que creen que por su mucha palabrería van a ser escuchados. Vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedirlo" (Mt 6,7). Hay que situarse en la CONFIANZA total de que ya se nos está dando todo. A ti te toca administrarlo.
Eso nos da SEGURIDAD, nos pone en VERDAD, en la LUZ, nos contagia ENERGÍA al sentirnos respaldados y nos hace LIBRES al sabernos administradores de nuestra vida.
Dios NO tiene que hacer nada. Lo tiene todo hecho. Somos nosotros los que tenemos que movernos y progresar por el camino correcto. Si acudimos a Él es para bañarnos en su torrente de LUZ, ENERGÍA y AMOR (síntesis de todos nuestros dones humanos). NO para parlotear como cotorras.
7º) Jamás utilizar las expresiones "acuérdate" o "recuerda".
Eso es una "blasfemia" que de tanto repetirla la hemos canonizado. Decirle a la Sabiduría Infinita que recuerde es una tontería de tal calibre que yo les quitaba todos los títulos académicos a esos señores liturgistas y les mandaba a párvulos.
Pueden sustituirse por fórmulas como te presentamos a nuestro hermano difunto, al que ya has acogido en tu seno, y a todos cuantos sufren su ausencia.
8º) Huir de toda "intercesión" por muy presente que esté en los textos.
¿Creemos en el Dios Amor Infinito? ¿Cómo le rebajamos a "poderoso humanoide" que necesita influencias y recomendaciones para ser misericordioso?
Lo de la "intercesión" para conseguir algo de Dios es un desliz muy grave. Pensar o decir que Dios puede ser influenciado por sus celestes o terrestres cortesanos, que hoy llamaríamos "influencers", es una MENTIRA imperdonable.
Es un disparate gravísimo creer que alguien puede "influir" en Dios para conseguirnos prebendas. Eso es falsificar la Misericordia Infinita, negarla, rebajarla, ponerla a la altura de cualquier ídolo.
Grave, muy grave. Preferimos las rutinas y el seguidismo clerical a pensar un poco por nuestra cuenta. ¿Pero dónde se forman estos Curas? ¿Qué doctrina y prácticas se enseñan a los creyentes?
¿Cuándo vamos a convencernos de que a la Misericordia Infinita NO se le puede añadir nada, absolutamente nada? "¿Quién como Dios?" (¡Sí, Miguel, aquí veneramos a muchísimos santos y vírgenes "intercesores" con más misericordia que el mismísimo Dios! Ídolos fabricados por nosotros que son capaces de doblar el brazo divino y abrirle la mano. ¡Somos unos necios!).
¿A cambio de qué nos obligan a profesar este disparate? A cambio de tener "enganchados" a los fieles -por inconsciente rutina- a una "ficticia seguridad" de estar protegidos por unos "humanos ilustres" a los que nos agarramos como a "inútiles amuletos".
¿Pero quién puede proteger más y mejor que el Padre? ¿Cómo nuestra conciencia no detecta estas "prácticas heréticas" que nos separan del verdadero Rostro de Dios revelado por el Señor? ¡Triste, muy triste!
¿Quieres honrar a la Madre y a los Santos? ¡De acuerdo! Conviérteles en "tus influencers", imita su vida y ejemplo en la medida en que HOY y AHORA (signos de los tiempos) te ayuden a ser más y mejor. Eso es recordar y honrar, lo demás es barata superstición.
La "intercesión" me saca de quicio por boba, mentirosa y negadora del Dios verdadero. Lo del "becerro de oro" de los israelitas fue una broma al lado de nuestras idolatrías de hoy y ahora.
9º) Suprimir las Preces o transformarlas.
Las Preces de la Misa, tal como están redactadas, NO son la "oración universal de los fieles", sino la "barredura universal" que echamos sobre un "dios cajón de sastre". O, si prefieres, la colgadura de todos los problemas en un "dios perchero".
Son un "duerme conciencias" y un acto de "irresponsabilidad" puesto que acallamos la conciencia colgándolo todo de un supuesto "dios perchero", sin responsabilizarnos lo más mínimo de los problemas. ¡Que los resuelva el Poderoso!
Para nada, absolutamente para nada, sirven esas supuestas oraciones. En primer lugar porque suponen que Dios está ausente o distraído y desconoce nuestras necesidades. Y hay que llamarle la atención con todo detalle para que "escuche y tenga piedad".
En segundo lugar porque nos mecemos en la rutina y la distracción, sin compromiso personal alguno, sobre aquello que estamos pidiendo "con la boca" y, a veces, ni eso.
Es lícito poner ante Dios nuestras necesidades y aspiraciones EXPRESÁNDOLE nuestros sentimientos: "Nos duele el hambre de tantos niños en el mundo", por ejemplo. Para responder: "Deseamos colaborar en su solución", por ejemplo. (Algunos se palparán el bolsillo y se harán los suecos).
Pero de ninguna manera es lícito llamar a Dios sordo, distraído o despreocupado, suplicando: "Te rogamos óyenos" o "Escucha y ten piedad". Una vez más nos dirigimos a un "todopoderoso distraído" que necesita ser empujado para hacer el bien. ¡Qué disparate!
Nadie hay más interesado en solucionar nuestras necesidades y motivar nuestras aspiraciones que el Padre. Es del todo ridículo y contrario a la fe cristiana pretender empujarle.
Además, Él no puede intervenir en el mundo directamente, no puede multiplicar los panes y peces, no existe un "dios intervencionista o tapa agujeros".
Nuestro Padre nos ha encomendado la administración del mundo y somos nosotros los que debemos resolver los problemas: "Dadles vosotros de comer" (Lc 9,13), nos responde siempre.
Por supuesto, queda a salvo la buena intención de la gente buena que reza, aún con palabras absurdas y falsas. Lo he afirmado en otras ocasiones:
- Lo mismo que las tribus primitivas rezaban a un "pájaro de madera".
- Lo mismo que rezaban los griegos a los dioses del Olimpo.
- Lo mismo que en otras religiones se adoraba a dioses absurdos.
En el hombre existe un "instinto de búsqueda y apoyo en un ser superior".
La "buena intención" no justifica la ausencia de búsqueda e identificación del Dios verdadero, inscrito en nuestras entrañas y revelado por Cristo.
Cómo cambiar las rutinas es difícil, hay que crear expresiones verdaderamente cristianas que "expresen" nuestra colaboración y NO "cuelguen" las necesidades en un falso "dios perchero".
Renuncio a detallar más. Con estas mimbres podréis dar la vuelta al Ordinario de la Misa y construir un cesto de verdadera piedad, sin romper la estructura litúrgica actual.
Tenemos que transformar el "charco de ranas" en que han convertido la Misa. En el 85% de ella nos obligan a "croar y croar" para hacernos escuchar por un "dios sordo, despreocupado y olvidadizo" al que hay que "mover" con nuestra rutinaria insistencia.
Vamos a Misa para "dictar" a Dios lo que tiene que hacer, que no se distraiga y cumpla sus deberes. ¡Esa es la disparatada realidad!
¿No deberíamos asistir a Misa para recibir LUZ, descubrir lo que NOSOTROS debemos hacer y MOTIVAR nuestra constancia en el camino del bien, a agradecer lo mucho que estamos recibiendo?
Nos han enseñado que la Misa es el centro de la vida cristiana. No es verdad. El centro es Cristo, cuya memoria celebramos, para iluminarnos, motivarnos y ser libres, "para liberarnos vino Cristo" (Gal 5,1), para reafirmarnos en el Camino, la Verdad y la Vida, para impregnarnos de LUZ, ENERGÍA y AMOR.
Las rutinas actuales son una construcción humana, carente de la más mínima lógica, en la que pretendemos "MOVER" a la Gran Marioneta con nuestros repetitivos tirones o con las idolátricas recomendaciones de sus enchufados.
Sin embargo, la "verdadera oración" es adherirse y dejarse inundar por Cristo, "zenit de nuestras aspiraciones humanas". Es aceptar voluntaria y libremente ser ILUMINADOS, FORTALECIDOS y LIBERADOS en nuestra vida hoy y ahora.
Del "charco de ranas" en que han convertido la Misa salimos con la cabeza caliente y los pies fríos, salvo que venzamos las rutinas con nuestra creatividad y profundidad personal.
También nos han enseñado que la santa Misa (santa por la Persona que recordamos, no por su constructo ritual) es la renovación de la pasión y muerte del Señor. ¡Disparate, disparate, disparate!
¿Desde cuándo se celebran los asesinatos? Se recuerda y celebra el legado y la Persona, nunca su fusilamiento o crucifixión.
Bastaría recordar en qué momento se instituyó la Eucaristía con aquellas palabras: "Haced esto en memoria mía" (Lc 22,19), memoria de una cena festiva y fraterna, de un partirse y repartirse, de un abajarse y lavar pies, de un "amar hasta el extremo" (Jn 13,1).
Como decía Pablo, permitidme disparatar: Hemos entronizado el MAL (injusta pasión y muerte) y hemos ensombrecido el BIEN (luz, vida y ejemplo). "Yo he venido al mundo como luz, para que ninguno que cree en mí quede a oscuras" (Jn 12,46).
Pero nosotros hemos sublimado el MAL dándole la interpretación judía de "expiación" y lo hemos entronizado y jaleado como instrumento de redención y perdón de los pecados. No nos ha importado la consecuencia lógica de la existencia de un "dios sádico" por cuya voluntad aconteció todo.
Hermanos míos, nos han creado racionales, autónomos y libres. Renunciar a eso por una falsa "seguridad religiosa" de hacer lo que OTROS nos imponen es traicionar nuestra esencia humana. No creo que esa renuncia agrade a Dios.
Y benditos los clérigos o laicos que nos ayudan en la búsqueda e identificación del Dios verdadero y nos liberan de toda la hojarasca de ideologías, mandatos y supersticiones religiosas que se han ido formando a través de nuestra católica historia.
He hecho el esfuerzo de presentaros algo que hoy es posible: Cambiar desde ABAJO para vivir una Misa que ilumine, motive y libere. Que cada cual medite y se palpe los bolsillos de adentro para después actuar en consecuencia.
Solo me queda presentaros el Padrenuestro y el Ave María como lo rezamos ya muchos católicos. No me da tiempo a razonarlo. Os deseo todo bien.
Padre y Madre nuestra
en quien somos y vivimos.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo
Tú nos das hoy
nuestro pan de cada día.
Tú perdonas nuestros pecados
y nosotros queremos perdonar
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal.
Amen
Santa María, Madre de Dios,
ruega CON nosotros, TUS HIJOS,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen
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