¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Ramos en el corazón
El #DomingoDeRamosEnCasa preludia la Pascua de la vida nueva y abundante que tanto anhelamos y necesitamos en estas circunstancias
Dispongámonos a celebrar una semana intensa, una verdadera semana de pasión. Atrevámonos a experimentar el amor, el perdón, el arrepentimiento, el sufrimiento ajeno (... ), la luz que sosiega y proyecta esperanza con toda su fuerza de resurrección
Hoy no se escuchan los hosannas en nuestras calles, ni hay griterío infantil que alborota con sus palmas y ramos, aunque desde las ventanas y los balcones se exprese el deseo de celebrar el Domingo de Ramos con luz primaveral.
Jesús, el hijo de David, montado sobre una sencilla cabalgadura prestada y acompañado por los más humildes y los que más padecen, camina hacia la entrega que redime nuestra humanidad frágil y necesitada de salvación. Este Domingo de Ramos, el Mesías lleva un séquito de hombres y mujeres de buena voluntad que piensan en los demás, que luchan y arriesgan sus vidas por sus semejantes. Hoy la entrada en Jerusalén es una entrada triunfante porque son muchos los que repiten y hacen suyos los sentimientos y los gestos del Hijo de Dios.
Hoy es un día de gritos de llanto y cantos de júbilo mezclados, como sucede siempre en esta vida, que se oyen cuando los emite una garganta enferma, triste, alejada o simplemente confinada.
En este tiempo fuerte que nos ha llegado, podemos dar gracias y alegrarnos, como los niños y los adultos hebreos a la entrada de Jerusalén, porque tenemos un Mesías, un Salvador, que ha entregado su vida admirablemente por nosotros y así nos ha dado una vida nueva y eterna.
Aumenta, Señor, nuestra fe en estos tiempos para comprender lo que acontece y vivir con el horizonte que sana, alivia, reconforta y mantiene viva la esperanza.
Dispongámonos a celebrar una semana intensa, una verdadera semana de pasión. Atrevámonos a experimentar el amor, el perdón, el arrepentimiento por cuantas veces negamos al Señor, el sufrimiento ajeno igual que el propio, la muerte con promesa de victoria, la luz que sosiega y proyecta esperanza con toda su fuerza de resurrección.
El #DomingoDeRamosEnCasa preludia la Pascua de la vida nueva y abundante que tanto anhelamos y necesitamos en estas circunstancias. En medio de cualquier tristeza, en medio de cualquier disgusto, tensión o rabia, nuestra fe nos ayuda enormemente a dar gracias, recibir consuelo y estar alegres; nos impulsa a gritar hosanna con los labios, pero, sobre todo, nos alienta a levantar y agitar fuertemente los ramos en el corazón herido que sana Jesucristo.
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
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