El análisis de la situación social y eclesial al inicio de los trabajos de las asambleas de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil se ha convertido en una costumbre, un análisis que pretende ayudar a construir las Orientaciones para la Acción Evangelizadora de la CNBB, principal agenda de la 61ª Asamblea General que se celebra en Aparecida del 10 al 19 de abril de 2024. Analizar una realidad tan amplia nunca ha sido fácil, menos aún en la complejidad actual de una sociedad donde "todos los fenómenos están interconectados como una gran red".

Radiografía del mundo, América Latina y Brasil

Una sociedad dividida, marcada por el odio en la sociedad y en la política, incluso en la Iglesia, que vive un cambio de época que exige "construir nuevas estructuras de análisis social". Este es el propósito del Grupo de Análisis de Coyuntura - Padre Thierry Linard, de la CNBB, que ha buscado realizar "una radiografía del mundo, de América Latina y de Brasil", para que los obispos tengan un conocimiento más profundo de la realidad, según el obispo de Carolina y coordinador del grupo, Mons. Francisco Lima Soares.

Estamos ante una realidad que exige "comprender la reconfiguración histórica de la visión del mundo", especialmente en una situación en la que "los ciudadanos están sometidos a un bombardeo constante de información y desinformación". En el mundo actual, las catástrofes naturales son cada vez más frecuentes, y en Brasil faltan políticas públicas para hacerles frente, mientras que las guerras tienen un impacto negativo en la situación económica, lo que exige "estrategias económicas transformadoras". La previsión es de bajo crecimiento económico en América Latina y en el mundo en su conjunto, y "la gente muestra una esperanza negativa en el futuro".

Polarización y sectarismo

En el plano político, América Latina, que desempeña un papel limitado en la escena mundial, vive una profunda inestabilidad, que aumenta de cara a las elecciones que tendrán lugar en varios países en los próximos meses. Esto va acompañado de un debilitamiento de la democracia, sociedades divididas y crisis de proyectos, lo que muestra la importancia de construir espacios de resistencia. En el mundo actual aumenta la polarización, que en Brasil ha encontrado terreno fértil, incluso en la Iglesia, y el identitarismo o sectarismo, que lleva a la creación de "una política de exclusión y antagonismo, que impide el diálogo y la superación de las diferencias", lo que ha convertido a los adversarios en enemigos.

Según el análisis de la situación social, es necesario reflexionar sobre las redes sociales y las nuevas tecnologías y los retos de la libertad, ya que cada vez está más claro que "el poder no está ligado a la posesión de los medios de producción, sino al acceso a la información". La virtualización de las relaciones es cada vez mayor bajo el fenómeno de la Inteligencia Artificial. También destaca en el escenario actual la fuerte instrumentalización de la religión como tendencia en la política, la utilización política de la intolerancia religiosa, y la oposición al Papa Francisco, por su denuncia de una economía que mata y de los procesos de deshumanización, siendo una voz profética en este contexto, sigue presente.

Individualización y pluralización en el contexto eclesial

En lo que respecta a la coyuntura eclesial, el obispo de Petrópolis y presidente del Instituto Nacional de Pastoral (INAPAZ), responsable de realizar este análisis en el actual cuatrienio, señaló que "el nuevo momento que vive Brasil en todas sus instancias, incluida la religiosa, denominó el actual ethos religioso, marcado por una individualización y una pluralización muy fuertes". En esta coyuntura eclesial, "ninguno de los modelos pastorales que circulan hoy en Brasil es capaz de responder total y únicamente", afirmó el obispo, que ve la necesidad de trabajar con los tres modelos pastorales, al mismo tiempo que se descubre un nuevo camino. Según él, "este camino significa una Iglesia más misionera, una Iglesia en pequeñas comunidades y una Iglesia marcada por la iniciación a la vida cristiana".

Ensanchar la tienda

Este análisis de la situación social y eclesial se ha convertido en un instrumento que ofrece una ayuda importante en la construcción de las Directrices para la Acción Evangelizadora en la Iglesia de Brasil, que se quieren concluir en 2025, teniendo en cuenta los nuevos desafíos que van apareciendo y las conclusiones del Sínodo sobre la Sinodalidad, según el arzobispo de Santa María y coordinador del equipo de elaboración de las directrices, Mons. Leomar Brustolin. En ellas, se utiliza la imagen de la tienda, "porque necesitamos ampliar el espacio" ante las nuevas realidades, poniendo el ejemplo de la Inteligencia Artificial y su impacto en nuestras vidas y en la evangelización, cuestionando cómo transmitir la fe a jóvenes y niños.

En cuanto al Instrumentum Laboris de las nuevas Orientaciones, destacó tres aspectos fundamentales: la escucha de los signos de los tiempos, trabajo a realizar por la Asamblea en 45 comunidades para el discernimiento siguiendo el método de la conversación en el Espíritu; la conversión pastoral, sin miedo a dejar una pastoral de mantenimiento por una pastoral esencialmente misionera; y la propuesta de caminos para la misión, transversalidad urgente en el texto de las Orientaciones. Todo ello con un lenguaje más propositivo, un texto más ágil, más inmediato, más sencillo, que ayude a las comunidades a comprender los objetivos de la CNBB.

Coherencia con el proceso sinodal

El arzobispo de Santa María, buscando acoger las Orientaciones, defendió la implementación de una metodología de evaluación de los procesos, insistiendo en su aplicabilidad en la pastoral, teniendo en cuenta la realidad, marcada por la violencia, la cuestión crónica de la pobreza, la polarización, que ha entrado en las comunidades. Todo ello en línea con el proceso sinodal, y en una realidad religiosa marcada por el acento individualista presente en la fe cristiana, con personas más narcisistas, egoístas, y por el debilitamiento del aspecto comunitario de la fe, insistiendo en que "no es posible ser cristiano sin comunidad de fe".

Para ello, pidió que se reconozcan todos los tipos de comunidades, que no haya uniformidad, y que se revise la iniciación cristiana, las cuestiones relacionadas con la espiritualidad y la liturgia, la cuestión de la solidaridad, la caridad, la ecología, un tema urgente en el que hay que trabajar, y la cuestión de la misión, alejándose de la autorreferencialidad y de la "pastoral de secretaría parroquial".

Mons. Brustolin destacó los temas de la sinodalidad en las Orientaciones: los jóvenes, las mujeres, las personas con discapacidad y los ancianos. Destacó también la importancia del Sínodo para la Amazonía como una importante llamada de atención, subrayando que "Querida Amazonía ha sido un tema constante para la CNBB", dado que "la Amazonía siempre ha sido una prioridad para la Iglesia en Brasil, precisamente por los desafíos que enfrenta para sobrevivir a esta realidad, amenazada de diversas maneras, pero también por la presencia de la Iglesia como servidora en la región". Destacó la importancia de la misión en la Amazonía, la realidad de las iglesias hermanas, que facilita el conocimiento de la riqueza de la Amazonía y de su Iglesia en el Sur y Sudeste de Brasil, una Iglesia "exuberante, capaz de fortalecer iglesias más cansadas o más acostumbradas a una tradición cultural sin una dimensión misionera tan fuerte".