El CELAM respalda el mensaje del Papa a la Cumbre Iberoamericana pidiendo vacunas y una nueva economía Mons. Cabrejos: “Santo Toribio de Mogrovejo interceda para que seamos pastores fieles al Evangelio”
El III Concilio Limense, “con la participación de prelados provenientes de toda Hispanoamérica, y en el que se trataron asuntos relativos a la evangelización de los pueblos indígenas”, fue un momento de gran importancia, pues “desencadenó un nuevo impulso pastoral y misionero que incluyó la publicación del catecismo en castellano, quechua y aymara”
La presidencia del CELAM insiste en “la importancia de una inmunización efectiva, que debe ser considerada como un bien común universal, lo cual debe inspirar todo el proceso de investigación, producción y distribución de las vacunas”
Necesidad de “un replanteo profundo de la propia economía, la cual debe estar al servicio de las personas y del bien común por encima de todo y nos propone la necesidad de un modelo de recuperación verdaderamente inclusivo y sostenible”
Necesidad de “un replanteo profundo de la propia economía, la cual debe estar al servicio de las personas y del bien común por encima de todo y nos propone la necesidad de un modelo de recuperación verdaderamente inclusivo y sostenible”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
En el día en que la Iglesia celebra la fiesta de Santo Toribio de Mogrovejo, patrono del Episcopado Latinoamericano, su actual presidente, Mons. Miguel Cabrejos ha emitido un mensaje en el que recuerda la figura de aquel a quien el Papa Francisco definió como “nuevo Moisés”.
A quien fue el segundo arzobispo de Lima, el presidente del CELAM le define como alguien “que supo cruzar orillas geográficas, culturales, existenciales y, sobre todo, las orillas del amor fraterno y de la caridad”. Estamos ante la figura de un gran evangelizador, apasionado por la cultura y gran defensor de los pueblos indígenas.
Como recuerda el mensaje, fue él quien convocó el III Concilio Limense, “con la participación de prelados provenientes de toda Hispanoamérica, y en el que se trataron asuntos relativos a la evangelización de los pueblos indígenas”. Fue un momento de gran importancia, recuerda Mons. Cabrejos, pues “desencadenó un nuevo impulso pastoral y misionero que incluyó la publicación del catecismo en castellano, quechua y aymara”.
El presidente del CELAM considera a Santo Toribio como uno de los grandes hitos de la historia de la Iglesia en América Latina y el Caribe y la del propio Consejo Episcopal Latinoamericano. Su legado también es importante dentro del proceso de la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, destacando la importancia de “este tiempo de escucha y sinodalidad que nos compromete con una eclesiología de comunión y participación”.
En sus palabras, Mons. Cabrejos pide la intercesión de su patrono por el episcopado latinoamericano, “para que seamos pastores fieles al Evangelio, para que trabajemos por la unidad y seamos, verdaderamente, ‘sacramentos de comunión’”.
Esa preocupación por los más pobres, presente en la figura de Santo Toribio de Mogrovejo, ha sido asumida una vez más por el episcopado latinoamericano y caribeño, que siguiendo las palabras del Papa Francisco a la XXVII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno Iberoamericanos, lanzaba un mensaje reforzando las palabras del Santo Padre.
Ante la difícil situación que vive los países iberoamericanos como consecuencia de la pandemia, relatados en el mensaje pontificio, la presidencia del CELAM insistía en “la importancia de una inmunización efectiva, que debe ser considerada como un bien común universal, lo cual debe inspirar todo el proceso de investigación, producción y distribución de las vacunas”.
Junto con eso, la presidencia del CELAM subrayó la necesidad de “un replanteo profundo de la propia economía, la cual debe estar al servicio de las personas y del bien común por encima de todo y nos propone la necesidad de un modelo de recuperación verdaderamente inclusivo y sostenible”. Recordaban así la insistencia del Papa Francisco en la cuestión de la deuda externa, haciendo un llamamiento “a profundizar la fraternidad y solidaridad entre los gobiernos y ciudadanos de Iberoamérica para que juntos, con políticas públicas justas, y con acciones concretas y eficaces, podamos enfrentar y salir airosos de la pandemia en perspectiva de un mundo verdaderamente fraterno y solidario en esta nuestra Casa Común”.
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