El 5º Congreso Misionero Nacional, que se realiza en Manaos, del 10 al 15 de noviembre, se basa en el pasaje de los discípulos de Emaús: "Corazones encendidos, pies en camino", tomado de Lc 24,13-35. Un texto que fue analizado por la hermana Zuleica Aparecida Silvano a partir de su contexto y sus aportes al tema del Congreso.

Emaús, un Dios que nos lleva a entrar en espacios desconocidos

Partiendo de la importancia de la escucha para el pueblo de Israel, “porque Dios escucha el clamor del pueblo y viene a rescatarlo", afirmó que el texto de Emaús "explica dónde está Jesús resucitado, que parece ausente en la vida cotidiana, y subraya que el destino del anuncio no está sólo en la propia comunidad, sino que es universal", afirmó. Aparecen dos discípulos, Cleofás, que podría ser un gentil que se ha unido al judaísmo, o un judío que vive en Emaús, y otro discípulo anónimo, que “podría ser cualquiera de nosotros", decepcionados, dado que "no era fácil pensar en el mesías crucificado", porque "los discípulos lo habían apostado todo al proyecto de Jesús y al Reino que anunciaba".

Según la religiosa paulina, “es a través de la escucha y el diálogo, de la inclusión del extraño, como descubren a Jesús”, lo que demuestra la importancia de "la disposición a escuchar al extraño, sin prejuicios, críticas, arrogancia o rechazo". En ese sentido, "los hechos de la vida sólo son comprensibles cuando se confrontan con la única fuente: el Resucitado", cuando se entra "en la lógica de Dios", cuando se asume que "Dios conduce la historia", cuando se asume "un Mesías frágil, humilde, impotente, el Hijo de Dios crucificado, sufriente pero profundamente amoroso”.

El texto desafía a abrirse a la novedad, a "estar dispuestos a escuchar al mundo, a los demás y a nosotros mismos", pues la escucha en la Biblia "está vinculada a la relación dialógica entre Dios y la humanidad, un Dios que habla y escucha", y "el proceso sinodal nos permite decir que el diálogo, la escucha y la sinodalidad son inseparables, porque si la sinodalidad es caminar juntos, la escucha y el diálogo consisten en pensar juntos", definiendo el caminar juntos como un "lugar teológico". Un diálogo que lleva a una nueva mirada, a releer la historia, a abrirse a horizontes inesperados, a superar "pequeñas certezas", a comprender que "el plan de Dios tiene otra lógica". Un Dios encarnado, y que nos lleva a "entrar en espacios desconocidos".

Mujeres incluidas en la Iglesia desde la vocación bautismal

Partiendo de Pentecostés y el envío del Espíritu Santo a los discípulos, la hermana Márcia Elói destacó que asumir este discipulado es también asumir la unidad de espíritu con convicción, en una mutua pertenencia. Desde ahí cuestionó: "¿Son nuestras comunidades lugares de acogida y escucha? ¿Experimentamos realmente la pertenencia y la acogida en nuestras comunidades, a partir de la experiencia del propio Cristo?". Junto con ello invitó a reflexionar sobre cómo estamos dejando que el Espíritu Santo actúe en nosotros y subrayó que la experiencia del Espíritu debe inspirarnos a vivir un estilo de vida que no nos encierre en una intimidad cómoda, sino que nos convierta en personas generosas, creativas, felices y comprometidas con las exigencias de la realidad.

Desde la perspectiva femenina, la hna. Lucia Weiler presentó la mística de las mujeres de la aurora, aquellas que no dejan sus pies -como María Magdalena- hasta encontrar noticias de su Señor. Ellas son así porque "sus corazones arden de amor, solidaridad y compasión", insistiendo en que "tenemos una vocación bautismal. Ante Dios tenemos que estar incluidas y la Iglesia es de todos".

La religiosa presentó el testimonio bíblico de las mujeres misioneras y destacó especialmente la petición de atención de las viudas a Pedro, encabezada por Tabita; las mujeres precursoras en la fundación de comunidades cristianas -encabezadas por Lidia-; las mujeres que colaboraron en la formación cristiana, como Loide y Eunice, abuela y madre de Timoteo; y, por último, Priscila, precursora en la formación de los discípulos. Desde ahí exhortó: "valorad la formación que viene a través de las mujeres" y, a las mujeres, advirtió: "es importante no dejarse atrapar por lo que nos aleja, sino incluirnos a nosotras mismas y a los demás. La Iglesia es más fecunda con la presencia de las mujeres".

Preparación para el VI Congreso Americano Misionero

Un V Congreso Misionero que es preparación para el VI Congreso Americano Misionero (CAM 6), que será realizado en Ponce (Puerto Rico) de 17 a 24 de noviembre de 2024, cuyos puntos fundamentales fueron presentados por el padre José Orlando Camacho Torres, director de OMP Puerto Rico.

Igualmente fue dado a conocer un nuevo modo de organizar la misión evangelizadora en la Amazonía, a través de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA). Uno de sus vicepresidentes, Mons. Zenildo Lima, obispo auxiliar electo de la arquidiócesis de Manaos, lo ve como una experiencia que nos lleva a ser conscientes de que no se trata de hacer lo mismo. En sus palabras recordó que "tiene como objetivo promover la sinodalidad y el trabajo pastoral conjunto entre las Iglesias del territorio, fomentar la interculturalidad de la fe, ayudar a delinear el rostro amazónico de la Iglesia y promover la tarea de encontrar nuevos caminos para la misión evangelizadora, incorporando la propuesta de la ecología integral y agudizando así la fisonomía de la Iglesia en la región".

De la CEAMA forman parte cinco representantes de cada una de las conferencias episcopales de la región amazónica, diez en el caso de Brasil. Son representantes del episcopado, del clero, de la vida religiosa, de los laicos y de los pueblos originarios. Mons. Zenildo Lima subrayó que "el mero hecho de tener representantes de diferentes segmentos eclesiales no garantiza la sinodalidad". La conferencia está dividida en núcleos temáticos, que pretenden ser nuevos caminos para la pastoral eclesial amazónica hacia una ecología integral. Un camino común y complementario con la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), oficializada en 2014 y que acompaña a los pueblos amazónicos y trabaja la defensa de nuestra casa común.