El Consejo Episcopal de Pastoral (Consep) de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) se ha reunido en Brasilia los días 16 y 17 de agosto, contando con la presencia de la Presidencia de la CNBB, los presidentes de las Comisiones Episcopales de Pastoral y los asesores de cada una de esas comisiones.

Instituto Nacional de Pastoral Padre Alberto Antoniazzi (INAPAZ)

Entre los puntos a ser tratados estaba la dirección del Instituto Nacional de Pastoral Padre Alberto Antoniazzi (INAPAZ), del que es su director Mons. Joel Portella Amado, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Río de Janeiro y presidente de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la CNBB, que presentó a la junta directiva y al comité de expertos del Instituto, que, entre otras cosas, prepara el análisis de la coyuntura eclesial.

Se ha pedido al Consep que evalúe la sugerencia de la nueva composición de expertos y apruebe los objetivos que deben ser priorizados en esta nueva fase de trabajo del instituto, siendo presentado el nuevo secretario ejecutivo el padre Danilo Pinto. Igualmente se ha sugerido que la presidencia cuente con tres obispos, siendo propuestos los nombres del obispo de la diócesis de Cristalândia, Mons. Wellington de Queiroz Vieira, y el obispo auxiliar de la archidiócesis de Salvador, Mons. Dorival Souza Barreto Júnior.

Orientaciones Generales para la Acción Evangelizadora de la Iglesia en Brasil

Un elemento importante en la vida de la Iglesia de Brasil son las Orientaciones Generales para la Acción Evangelizadora de la Iglesia en Brasil, que están siendo elaboradas de cara a 2025, recogiendo los aportes del Sínodo 2021-2024, y que está llevando a cabo un proceso sinodal de construcción de las nuevas directrices, presentando Mons. Leomar Brustolin, arzobispo de Santa María y presidente de la Comisión Episcopal de Animación Bíblica y Catequética de la CNBB, los pasos dados hasta ahora, destacando que desde 2022, llamado el año de la escucha, se organizó una reflexión en torno a las tres palabras clave del sínodo 2021-2024: comunión, participación y misión. Se destacó la necesidad de la escucha; la cuestión de las estructuras y actividades para la conversión pastoral; la eclesiología del Pueblo de Dios; la conversión al sentido comunitario y la pertenencia a la "diocesanidad".

Los participantes del Consep conocieron por boca de la Hna. Irene Lopes el trabajo de la Comisión Episcopal Especial de la CNBB para la Amazonia y Repam Brasil sobre el Movimiento Laudato Si' y las acciones de Junio Verde. La asesora de la comisión y secretaria ejecutiva de Repam Brasil, destacó “el foco en la preparación de las comisiones para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima, COP 30, que se realizará en noviembre de 2025 en Belém do Pará". En esta línea, se dio a conocer que el 3 de septiembre, la misa de apertura del Tiempo de la Creación 2023 tendrá lugar en el Santuario Nacional de Aparecida, presidida por el arzobispo local, Mons. Orlando Brandes, con el tema: "Que fluyan la justicia y la paz". Igualmente, del 13 al 15 de septiembre tendrá lugar en Manaos el Encuentro de Ecoteología.

61ª Asamblea General de la CNBB

Se conocieron los pasos que se están dando en la preparación de la 61ª Asamblea General de la CNBB, que se celebrará en abril de 2024 en Aparecida. También se informó sobre el 15º Intereclesial de las CEBs, que tuvo lugar del 18 al 22 de julio en Rondonópolis, y sobre el proyecto Capacita Sul de Minas, que busca ofrecer cursos de formación profesional contando con la colaboración de las parroquias.

Con relación a la Campaña de la Fraternidad 2025, cuyo tema fue aprobado en la última reunión del Consep, se reflexionó sobre la propuesta de redacción del objetivo general y de los objetivos específicos. Igualmente fue reflexionado sobre el Proyecto de Iglesias hermanas, creado en 1969 y asumido por unas 60 iglesias particulares de Brasil, buscando estrategias para mejorar el proyecto y aprobarlo en la 61ª Asamblea General de la CNBB.

Informes de las Comisiones Episcopales

Los presidentes de las Comisiones Episcopales han tenido oportunidad de presentar sus actividades y proyectos pastorales. Entre ellos Mons. José Valdeci dos Santos Mendes, obispo de Brejo y presidente de la Comisión de Acción Socio-Transformativa, que destacó las audiencias realizadas durante la VI Semana Social Brasileña, que permitieron identificar situaciones de violación de los derechos humanos, como las dificultades en el trabajo de la Organización de Pastoral Penitenciaria.

Mons. Hernaldo Pinto Farias, obispo de Bonfim y presidente de la Comisión Episcopal para la Liturgia de la CNBB, dio informaciones y orientaciones sobre la tercera edición del Misal Romano, cuya traducción brasileña será lanzada en la próxima reunión del Consep en octubre. El obispo destacó algunos puntos que merecen atención al recibir el nuevo libro litúrgico y sugirió iniciativas de formación que podría ofrecer la CNBB. 

Evaluación del Presidente

Según el presidente de la CNBB, el arzobispo de Porto Alegre, Mons. Jaime Spengler, “decidimos promover la reflexión sobre las posibles nuevas directrices, pero al mismo tiempo caminar en sintonía con lo que el camino sinodal nos está ofreciendo a todos. Probablemente tendremos nuevas directrices una vez concluido el sínodo". Igualmente destacó la preocupación de los obispos por el trabajo de la Pastoral Penitenciaria en las cárceles brasileñas, tema que también estuvo en la agenda durante la visita del ministro de Justicia, Flávio Dino.

En el Consep estuvo presente Mons. Gonzalo Alfredo Ontiveros Vivas, vicario apostólico de Caroní, Venezuela, en la frontera con Brasil, que expuso la realidad de su país y las dificultades para llevar a cabo una labor apostólica y misionera en la región. Entre ellas las visitas a las comunidades indígenas del Vicariato, marcadas por la pobreza y miseria, casi siempre en avioneta, que puede costar entre 400 y 800 dólares por viaje. Una dificultad todavía mayor ante la situación económica de Venezuela, por lo que Mons. Gonzalo pidió ayuda a los obispos brasileños para continuar sus proyectos misioneros en el país.

Se quieren fomentar proyectos educativos, especialmente “para los jóvenes, niños y niñas, que en sus comunidades indígenas no tienen ninguna posibilidad de estudiar", dijo el obispo. Se trata de “salvarles la vida, de lo contrario irían a las minas y en las minas están expuestos a las drogas y al alcohol y muchos mueren”, insistió. Por eso reconoció que la ayuda de la Iglesia brasileña, “sería una gran esperanza para nosotros, sobre todo por el sentimiento de solidaridad y amistad que existe entre las dos iglesias, la brasileña y la venezolana."