Comunicado de los obispos argentinos en los 40 años de la recuperación de la democracia Episcopado Argentino: “Desaprovechamos las posibilidades que teníamos de construir una Argentina pujante y feliz”
"Se hace sentir cada vez más la pérdida de los valores que sostenían la vida familiar y social”
“¿Qué hicimos de nuestra patria?”
“La gente necesita recibir propuestas concretas y realistas más que soluciones tan seductoras como inconsistentes”
“Que todas las diócesis del país hagamos una misión visitando algunos de nuestros barrios donde viven los más vulnerables y abandonados”
“La gente necesita recibir propuestas concretas y realistas más que soluciones tan seductoras como inconsistentes”
“Que todas las diócesis del país hagamos una misión visitando algunos de nuestros barrios donde viven los más vulnerables y abandonados”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Los 40 años de la recuperación de la democracia en Argentina ha hecho con los obispos del país, reunidos en su 122ª Asamblea Plenaria desde este lunes 24 de abril, hayan lanzado un comunicado en el que dicen renovar la esperanza. El texto comienza denunciando el sufrimiento del pueblo, afirmando que “pesa el agobio del desencanto, las promesas incumplidas, los sueños rotos. Pesa también la falta de un horizonte claro para nuestros hijos. Angustia sentir que es cada vez más difícil poner el pan en la mesa, cuidar la salud, imaginar un futuro para los jóvenes”.
Pérdida de valores
Junto con ello, el episcopado argentino suma “el miedo a salir a la calle, la violencia y la agresión generalizada. Se hace sentir cada vez más la pérdida de los valores que sostenían la vida familiar y social”. A los obispos argentinos les duele en el alma “la deserción de los chicos del colegio, las aulas reemplazadas por una esquina o un rincón peligroso a la vista de madres impotentes”, insistiendo en que “la mejor política de seguridad es la educación”.
Afirmando no pretender “ser expertos en diagnósticos”, el texto dice recoger “el lamento y las lágrimas de la gente que nos encontramos en nuestros pueblos y barrios”. Ante eso cuestionan: “¿Qué hicimos de nuestra patria?”, denunciando haber desaprovechado “las posibilidades que teníamos de construir una Argentina pujante y feliz”.
Seguir confiando en el camino democrático
El texto dice que “la bronca y el cansancio no son buenos consejeros”, y ante ello invitan con fervor “a seguir confiando en el camino democrático con la esperanza de que estamos a tiempo”. Eso porque “siempre es posible renacer si lo hacemos entre todos. Siempre hay camino si somos capaces de conversar y de ponernos la patria al hombro. Este es un deseo que no sabe de grietas o partidos, es de un pueblo”.
Ante esa realidad, ruegan a quienes poseen mayores responsabilidades que “tengan la grandeza de pensar en el sufrimiento de muchos, más que en los intereses mezquinos”. Según el episcopado del país, “la gente necesita recibir propuestas concretas y realistas más que soluciones tan seductoras como inconsistentes”. Junto con ello, sentarse a “escucharse y a discutir con respeto hasta encontrar puntos en común”. El motivo está en el ansia de “caminar hacia un proyecto estratégico de desarrollo, que abra un horizonte de esperanza, dignidad, paz social, trabajo y prosperidad, privilegiando a los tirados al borde del camino”.
Un camino desde la fe
Recordando las palabras del Papa Francisco en Fratelli tutti, donde llama rehabilitar y auxiliar a las sociedades heridas, los obispos invitan “a cultivar los grandes valores de la honestidad, la laboriosidad, el respeto, el cuidado de la vida, la bondad, el servicio, la justicia”, insistiendo en que “sin ellos no habrá políticas ni proyectos que nos saquen del pozo”, y junto con ello que cimentar la actividad política “en una vida austera y coherente”.
Como creyentes proponen “un camino desde la fe”, afirmando que “el Dios que nos dio la vida y nos quiere tanto puede darnos la fuerza para no bajar los brazos y seguir luchando. Porque si no actuamos hoy, dejaremos de ser protagonistas para convertirnos en espectadores fracasados”.
Finalmente, los obispos piden un gesto, “que todas las diócesis del país hagamos una misión visitando algunos de nuestros barrios donde viven los más vulnerables y abandonados”, pidiendo la bendición de la Virgen de Luján, patrona del país.