Márcia de Oliveira y Dário Bossi en el 35º Congreso de la SOTER Espiritualidad, ecología, migración: Conectarse con las raíces que provienen de espiritualidades ancestrales y los sueños para las próximas generaciones
"La migración no es un problema, son hermanos y hermanas que necesitan ser acogidos, una oportunidad para que toda la Iglesia repiense su misión"
Ver al migrante como un lugar teológico, "acogerlos no es una elección, es un mandato evangélico, siendo un desafío eclesial de gran relevancia"
Importancia de conectar con las raíces que provienen de las espiritualidades ancestrales, comprendiendo que en la lucha por la resistencia ésta es una garantía de vida, que las espiritualidades son fuerza, porque enlazan con las fuerzas ancestrales y los sueños para las próximas generaciones
Importancia de conectar con las raíces que provienen de las espiritualidades ancestrales, comprendiendo que en la lucha por la resistencia ésta es una garantía de vida, que las espiritualidades son fuerza, porque enlazan con las fuerzas ancestrales y los sueños para las próximas generaciones
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Espiritualidad, ecología y migración fueron los puntos sobre los que reflexionaron la profesora Márcia de Oliveira y el padre Dário Bossi en el marco del 35º Congreso de la SOTER, que cuenta con la participación de más de 600 congresistas presenciales y online y se celebra del 11 al 14 de julio.
La migración no es un problema
Tomando como punto de partida la migración venezolana en el territorio amazónico, una realidad muy presente en Roraima (Brasil), Estado donde vive la profesora Márcia, reflexionó sobre lo que estas movilidades nos enseñan como Iglesia en la región. La profesora de la Universidad Federal de Roraima destacó que "la migración no es un problema, son hermanos y hermanas que necesitan ser acogidos, una oportunidad para que toda la Iglesia repiense su misión".
No podemos olvidar el proceso de desplazamiento que involucra a todo el mundo, un tercio de la humanidad vive fuera de su territorio de referencia, subrayó la profesora, que también relató el proceso de migración interna en la Amazonía, con un 46% de la población indígena desplazada de sus territorios a la periferia de las ciudades. Un desplazamiento que ocurre de forma obligatoria, sin que la persona tenga derecho a elegir la decisión de migrar.
El migrante como lugar teológico
Frente a esta realidad, llamó a ver al migrante como un lugar teológico, "acogerlos no es una elección, es un mandato evangélico, siendo un desafío eclesial de gran relevancia", dijo Márcia de Oliveira. Acoger en la perspectiva cristiana, como algo profundo, "no es sólo atender y despedir, es acoger por amor y cuidado, no por miedo, por desprecio". La profesora pidió respeto a la dignidad del migrante, algo que pide el Papa Francisco, cuestionando los muros construidos que impiden a los migrantes vivir con dignidad en todo el mundo.
La Amazonía es actualmente una ruta migratoria, recordó la profesora, y siguiendo lo que pide el Papa Francisco, la Iglesia está llamada a ser "una comunidad para acoger, proteger, promover e integrar". Esto frente a una sociedad donde el migrante es acogido en la medida en que olvida su cultura y no quiere ser diferente. Para ello, un punto central es "acoger con compasión, una acogida que brote de la sinceridad del corazón".
Acoger a los migrantes un deber de la sociedad
Márcia de Oliveira recordó lo dicho por Bauman, cuando habla de intereses políticos y económicos que no se preocupan por la vida de las personas y de la capacidad de la sociedad moderna de producir desplazamientos y no responsabilizarse de ellos. Ante esto, acoger a los migrantes es un deber de la sociedad, para romper el esquema capitalista y todo lo que genera esta injusticia.
La Doctrina Social de la Iglesia muestra la necesidad de la acogida como actitud de transformación, y en esta perspectiva recuerda la falta de cuidado de la Casa Común como causa de la migración. Esto tiene que llevar a acoger con compasión, a practicar la acogida con solicitud que parte del mismo Jesús, reflexionando sobre la espiritualidad del exilio de la Sagrada Familia. Así mismo, la superación de las desigualdades para generar pertenencia y la actitud de acogida como algo que incluye todas las dimensiones en la Iglesia.
Espiritualidades para crecer en sentido
El padre Dário Bossi partió de la reflexión sobre algunas lecciones de la espiritualidad amazónica que pueden ayudarnos a crecer en la búsqueda de sentido. En este sentido, defendió la importancia de conectar con las raíces que provienen de las espiritualidades ancestrales, comprendiendo que en la lucha por la resistencia ésta es una garantía de vida, que las espiritualidades son fuerza, porque enlazan con las fuerzas ancestrales y los sueños para las próximas generaciones.
En esas espiritualidades amazónicas colocó como trípode la escucha, la indignación y la conversión y profecía, dando el ejemplo de personas concretas en las que el misionero comboniano ve esas actitudes.
Ejemplos de escucha, indignación y conversión
Como ejemplo de escucha puso a Berta Cáceres, líder indígena ecologista de Honduras asesinada años atrás, que afirmó que "nos tienen miedo porque no les tenemos miedo”, y junto a esto: "venceremos, me lo dijo el río". Una escucha amplia, que en el Sínodo nos llevó a entender el desaprender, reaprender y aprender, dijo Bossi, una escucha que se hace celebración y contemplación.
Como referencia de indignación puso a Edvard Dantas Cardeal, de la comunidad de Piquiá de Baixo, en Maranhão (Brasil), ejemplo de persona anónima que luchó contra la minería en la Amazonía, que dijo que "¡lo bonito de esta lucha es que no nos cansamos, y cuando hay una derrota reaccionamos con más coraje y convicción!". El P. Bossi hizo un llamamiento a la indignación ante el colapso de la creación, la falta de agua, los residuos en los océanos, el aumento constante de las temperaturas. Una necesidad en un tiempo decisivo que debe suscitar nuestra indignación, viendo el papel de las religiones, como un instrumento que "no puede ser una escapatoria moral, las Iglesias no pueden alejarse de los gritos".
Finalmente, en el campo de la conversión y la profecía, el líder indígena brasileño Ailton Krenak afirmó que la primera conversión es abrirse a la pluralidad, dándose cuenta de que "no somos los únicos interesantes en este mundo". A partir de este llamamiento, citó algunas actitudes de conversión: reverencia por lo recibido; reconciliación, regeneración, restablecimiento de lazos, vínculos; vuelta a la sencillez, a la sobriedad feliz, al buen vivir; conversión al bien común, para desmontar la enfermedad de la posesión individual por encima de lo colectivo.