Obispo electo de San José de Mayo (Uruguay) P. Fabian Antúnez: “Ser un obispo en el que encuentren a un hombre de diálogo, de comunión, de apertura, de escucha”

Padre Antúnez
Padre Antúnez

“Comulgo con esa idea de una Iglesia de la misericordia, que salga a buscar a los heridos, de puertas abiertas y de la compasión”

“Básicamente soy, creo, una persona que intenta la generación del encuentro, de trabajos en equipo, de soñar cosas juntos... En el encuentro con la gente voy a ir teniendo una sensibilidad de lo que necesitan y podamos ir estructurando juntos. Tendremos que aprender juntos y confío que con el corazón de Dios lo podremos hacer, voy dispuesto al encuentro”

Padre Fabián Antúnez

El pasado 30 de junio, el Papa Francisco nombraba obispo de la Diócesis de San José de Mayo (Uruguay), al P. Fabián Antúnez SJ. En entrevista en el programa “Hoy quiero hablarte” de Radio Oriental 770 AM, recogida en la web de la Conferencia Episcopal Uruguaya, el nuevo obispo ha hecho un breve repaso de su vida y ha hablado sobre lo que espera de su nueva misión.

El P. Antúnez sueña con una Iglesia basada en el principio de misericordia, algo “muy marcante desde el inicio del Pontificado de Francisco”, lo que le lleva decir que “comulgo con esa idea de una Iglesia de la misericordia, que salga a buscar a los heridos, de puertas abiertas y de la compasión”, afirmando creer que eso “es el corazón del Señor”.

Sueña con ser un obispo en el “que encuentren a un hombre de diálogo, de comunión, de apertura, de escucha, que también juntos podamos ayudarnos a sacar lo mejor que tiene cada uno, potenciarlos en sus riquezas, en sus posibilidades, a generar procesos de crecimiento humanos y espirituales, comunitarios”.

Catedral de San José de Mayo

El obispo electo de San José de Mayo, se ve como “básicamente soy, creo, una persona que intenta la generación del encuentro, de trabajos en equipo, de soñar cosas juntos. Después la realidad me va a ir devolviendo por dónde ir soñando ese espacio en la diócesis. En el encuentro con la gente voy a ir teniendo una sensibilidad de lo que necesitan y podamos ir estructurando juntos. Tendremos que aprender juntos y confío que con el corazón de Dios lo podremos hacer, voy dispuesto al encuentro”.

Su nombramiento episcopal lo ve como una sorpresa, “son de esas experiencias sorprendentes de Dios que nos visitan en determinados momentos de nuestra vida y nos cambian todos los planes. Nos comprometen a caminar en cierta incertidumbre, fiados del Espíritu. Básicamente es una invitación a la total confianza en Dios”. El padre Antúnez reconoce que es “duro de dejar lo que estoy dejando”, aunque también hace una lectura desde el hecho de saber que “en la Diócesis rezaban por el nuevo obispo -sabiendo en lo interno que era yo- fue muy consolador”, insistiendo en que “es muy fuerte la experiencia del pueblo que reza por su pastor”.

En su nuevo servicio será necesario “una flexibilidad adaptativa muy interesante”, según el nuevo obispo, que ve esta nueva realidad como algo que “será desafiante a nivel humano y a nivel espiritual para mí esta adaptabilidad a una realidad muy diversa, y la vivo con un espíritu de aprender y, guiado por Dios, ir creciendo en muchas dimensiones de mi vida. La verdad que es un salto de crecimiento muy grande”.

P. Fabián Antúnez

Asumir su nueva misión es algo que nace del cuarto voto de los jesuitas, “de obediencia al Papa para ser enviados a las misiones, y es un voto que también nos compromete hacia Dios y hacia la Iglesia”. El P. Antúnez afirma que se trata de algo que no ha nacido de su discernimiento, como sucede con la ordenación presbiteral, que es algo que uno pide, “sino de un llamado de Dios a través del Papa, uniéndolo a mi cuarto voto como que no era tan fácil decir que no”. Por eso lo compara con “el ‘hágase’ de la Virgen, aunque cueste comprender los caminos de Dios, Él nos visita y nos sorprende, nos lleva más allá y siempre es para bien, aunque en el momento nos cueste visualizarlo. En el tiempo Dios se manifiesta”.

Aunque nació en el norte de Argentina, el nuevo obispo siempre estuvo muy vinculado como jesuita a Uruguay, donde fue ordenado sacerdote, hizo su profesión solemne y ha desarrollado la mayor parte de su misión como miembro de la Compañía. Son realidades diferentes, pues “para los que venimos de Argentina, con una religiosidad popular muy fuerte y una explicitación de la fe en lo público como muy marcada, el shock cultural es fuerte” por lo que “ha sido un camino internalizar el modo de llegar al uruguayo en su fe y desde ahí tratar de traerlo hacia Dios”.

En su opinión, “el uruguayo es muy comprometido en lo social, es una sociedad que tiene a la ética como un valor muy importante, y en la explicitación de lo religioso es más bien respetuosa de una religiosidad vivida más bien en el ámbito de lo privado, cuesta más en lo público porque hay una configuración antropológica de ser uruguayo distinta”. En ese sentido, señala que “en el paso del tiempo visualizo que ha habido una mayor apertura hacia la sensibilidad religiosa aun cuando hay otros desafíos como la vivencia sacramental de la fe en Uruguay”.

San José de Mayo

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