El Subsecretario del Sínodo analiza el proceso sinodal Luis Marín: En el Sínodo, “no hay varitas mágicas, no cambian las cosas de un día para otro, son procesos de renovación”
“El cambio que tenemos que hacer es que la Iglesia es sinodal en su esencia, como la Iglesia es misionera, como la Iglesia es comunión en sí misma”
“Dependerá de cada uno de nosotros, dependerá de nuestras parroquias, de nuestras diócesis, de nuestros grupos, para ir concretando todo esto”
“Todo este proceso sinodal no puede quedar en principios, en ideas, hay que bajar a la práctica, debe bajar a nuestro mundo, debe bajar a nuestra realidad concreta”
“Todo este proceso sinodal no puede quedar en principios, en ideas, hay que bajar a la práctica, debe bajar a nuestro mundo, debe bajar a nuestra realidad concreta”
Luis Miguel Modino, enviado especial al Sínodo de la Sinodalidad
“El Sínodo, como la fe cristiana, es fundamentalmente experiencia de Cristo, y si no vamos a esa experiencia no vivimos la fe cristiana en toda su profundidad”, ha afirmado el subsecretario del Sínodo, Mons. Luis Marín de San Martín, en la Sala Stampa vaticana, analizando el proceso sinodal que está viviendo, algo que conoce a partir de su servicio en la Secretaría del Sínodo.
Proceso sinodal hijo del Vaticano II
En sus palabras recordó que “el proceso sinodal es hijo de la eclesiología del Vaticano II, sobre todo de Lumen Gentium”, insistiendo en que conviene releer y profundizar esos documentos, y recordando que es algo que “viene de más atrás, no es una invención, no es algo que descubra el Concilio”.
Ante esa coyuntura, Marín de San Martín hizo ver que “el cambio que tenemos que hacer es que la Iglesia es sinodal en su esencia, como la Iglesia es misionera, como la Iglesia es comunión en sí misma”. En ese sentido, dijo que “viene de la Iglesia primitiva. Por eso las fuentes es la Sagrada Escritura, los Padres de la Iglesia, el Magisterio, la historia, el desarrollo canónico”, algo que “nos hace ver que la Iglesia es esencialmente sinodal”.
Un proceso que depende de todos y cada uno
Recordando que “todo esto es un proceso”, el subsecretario del Sínodo exclamó: “qué más quisiera que todo cambiase de un día para otro”. Sin embrago, “no hay varitas mágicas, no cambian las cosas de un día para otro, son procesos de renovación, y dependerá de cada uno de nosotros, dependerá de nuestras parroquias, de nuestras diócesis, de nuestros grupos, para ir concretando todo esto”.
Ante esa dinámica, el obispo agustino ha insistido en que “todo este proceso sinodal no puede quedar en principios, en ideas, hay que bajar a la práctica, debe bajar a nuestro mundo, debe bajar a nuestra realidad concreta”, destacando para ello la importancia de las parroquias, las pequeñas comunidades. En ese sentido, ha recordado el encuentro de párrocos, realizado en abril, mayo, donde surgió el tema. “Todos los procesos de renovación deben ser de abajo a arriba, no de arriba abajo, debe calar desde abajo, desde la realidad, desde la vida cotidiana”, algo que dijo creer se está viviendo en el Sínodo.