Entrevista con el obispo auxiliar electo de Maanaos Mons. Hudson Ribeiro: "Pido siempre a Jesucristo que no pierda la fidelidad a los predilectos del Reino"

Mons. Hudson Ribeiro con el cardenal Steiner
Mons. Hudson Ribeiro con el cardenal Steiner

Comprender este gran Misterio del Amor de Dios que te llama a través de la Iglesia a servir al pueblo~

Pone como primera opción al pueblo de Dios, "especialmente a las personas más sufrientes, más empobrecidas, que han sido para mí una llamada de atención para querer estudiar, para querer investigar, para querer perfeccionarme académicamente para poder servir mejor”

"Desde pequeño me di cuenta de que, para salir de nuestra situación de sufrimiento, de pobreza, de carencia de muchas cosas, estudiar era el único camino que podíamos seguir"

"Qué bueno sería que la forma, la convicción de hablar, fuera acompañada de contenido, de profundidad, podríamos transformar muchas cosas"

"Nunca pensé ni quise ser obispo, pero mis obispos de referencia, que me motivarán a querer creer en el ministerio sacerdotal, a responder a mi vocación, fueron sin duda estos: Don Helder, Mons. Oscar Romero, Don Paulo Evaristo Arns, Don Luciano Mendes, Don Pedro Casaldáliga y Don Luiz Soares Vieira”

El pasado 8 de noviembre, el padre Hudson Ribeiro fue nombrado obispo auxiliar de la archidiócesis de Manaos por el Papa Francisco, algo que está viviendo como "una mezcla de emociones", sintiéndose "dentro de un proceso de vaciarse para entregarse, vaciarse de un tiempo de resistencia, de decir no, de no querer". Reconoce que, ante propuestas similares en otros momentos, "no me sentí llamado a ello, ni apto para ello".

Mons. Hudson coletiva

No tengo el control

Pero ahora, "con 24 años como sacerdote, con un mayor conocimiento del terreno, resuelto con algunas cuestiones personales y de vida, sobre todo en el concepto de libertad, autonomía, pero sobre todo servicio y entrega, el aspecto de inseguridad, miedo y no saber qué pasará después, porque es una propuesta, encuentran apoyo en la aceptación de mi corazón, porque me demostrará que no tengo el control de las cosas", insiste el padre Hudson Ribeiro.

Una situación que contempla el abandono, la confianza y la entrega como el camino a seguir. Subrayando que Dios le llamó, que no fue él quien lo quiso, dice que cree que el Espíritu Santo guía a la Iglesia, y que cuando la Iglesia llama, es Dios quien lo hace. Algo que el obispo auxiliar electo ve como paradójico, como algo que siempre está en movimiento, que se ha materializado en el hecho de que los consultados han creído, y que hace que "no haya posibilidad de no", dado que el sí se confirma dentro de esta comunión, desde el hecho de insertarse en la Iglesia, con el pueblo, en fidelidad a la propuesta del Evangelio.

Un sí que se dice lentamente, a pedazos. Esto lleva a Mons. Hudson Ribeiro a reflexionar sobre el aspecto trascendente de todo sí o no, donde vislumbra el aspecto del abandono, de la entrega, para comprender este gran Misterio del Amor de Dios que te llama a través de la Iglesia a servir al pueblo.

El trabajo pastoral y la dimensión académica

El obispo auxiliar electo ha compaginado siempre el trabajo pastoral y la dimensión académica, y reflexiona sobre la vocación a la que Dios le ha llamado desde un trípode, "que me ha hecho bien para no perder el rumbo". Pone como primera opción al pueblo de Dios, "especialmente a las personas más sufrientes, más empobrecidas, que han sido para mí una llamada de atención para querer estudiar, para querer investigar, para querer perfeccionarme académicamente para poder servir mejor, y así poder dar un sí más cualificado a Jesús, que está dentro de este trípode, con el pueblo, Jesucristo y la Iglesia", insistiendo en que no los coloca de forma jerárquica.

Mons. Hudson Ribeiro señala que "siempre le pido a Jesucristo que no pierda la fidelidad a los predilectos del Reino", algo en lo que dice pensar, rezar, estudiar y esforzarse para que esta respuesta se manifieste en sus investigaciones, en sus estudios, en la Academia y en los grupos en los que participa. Todo ello con vistas a "poder dialogar con la sociedad, dialogar con la cultura, dialogar con las personas que creen, con las que no creen, personas que despierten de otra manera la capacidad de hacer el bien y para las realidades del sufrimiento, de la vulnerabilidad".

Diciendo que cree que la cualificación, el estudio, no lo es todo, subraya que "abre muchas llaves para la lectura y para otros encuentros, para ir a otros escenarios, a otros areópagos, a aguas más profundas, a otras orillas, y ver que para problemas tan complejos que vive hoy la humanidad, se necesita preparación", destacando que "la formación es extremadamente necesaria para ello".

Bispos Manaus

El estudio como única salida a la pobreza

El obispo electo no quiere abandonar este campo porque siente que "Dios me ha llamado a él", señalando que "vengo de una familia en la que el estudio ha cambiado, transformado nuestras vidas, las vidas de mi familia, de mis hermanos y hermanas". Relata la realidad de "una familia muy carente de muchas cosas..., mi madre apenas sabe escribir su nombre, pero nos animó a estudiar, a querer estudiar". En este sentido, afirma que "desde pequeño me di cuenta de que, para salir de nuestra situación de sufrimiento, de pobreza, de carencia de muchas cosas, estudiar era el único camino que podíamos seguir".

Nacido en Parintins, en el interior del estado de Amazonas, emigró de niño con su numerosa familia -viven ocho hermanos de los 14 que nacieron- a Manaos, reconociendo que "la Iglesia me daba ese apoyo, la comunidad me daba todo ese apoyo, y mirar a mi hermana Nazaré que estudiaba era mi punto de referencia para estudiar". Fue durante sus estudios cuando se dio cuenta de que tenía "otra visión de la vida, del mundo", y comprendió "que era posible acercarse un poco más a la gente, que se podían hacer otras lecturas, y entonces pensé que nunca podría volver atrás".

Una facultad con gran potencial

En cuanto a la Facultad Católica del Amazonas, de la que es director, el obispo auxiliar electo dice que "puede ser una gran referencia, un gran potencial para ayudar en la formación de los laicos, ayudar en la formación de los futuros sacerdotes, ayudar en la formación de otros líderes, puentes y conexiones con otras instituciones, ante tantos problemas, tantos desafíos que vive la gente, que vive la Amazonía, y que desafían a la Iglesia a ser voz, a poder señalar el camino, a ser signo del Amor transformador de Dios allí donde estemos".

Afirmando la necesidad de mostrar audacia y determinación, dijo estar convencido de la necesidad de la formación, considerándola como algo que provocará cambios en el mundo y en los modelos de evangelización. Una convicción que puede ser "una gran ilusión de algo para lo que no estás preparado", pero donde "no encuentras nada tangible para apoyarte", denunciando que "la gente está muy engañada por muchas malas propuestas, por gente que habla muy bien, pero que a veces no respalda lo que dice".

Contenido y convicción

En este sentido, se refiere a "ciertos modelos de sacerdotes, pastores, religiosos, que podemos cuestionar el contenido, pero la forma en que hablan es de mucha convicción. La forma en que hablan te deja boquiabierto, te lleva", afirmando que "qué bueno sería que la forma, la convicción de hablar, fuera acompañada de contenido, de profundidad, podríamos transformar muchas cosas". Por eso dice creer firmemente que "este campo del convencimiento, del sentido que se le da y del significado que se le da a lo que se hace, es capaz de tocar el corazón, capaz de embelesar, capaz de convencer, capaz de unir a la gente", algo buscado por niños y jóvenes, que se materializa en el crecimiento de influencers, de tanta gente presente en las redes sociales, lo que considera, "un grito de gente que busca referencias".

El obispo electo habla de la capacidad de encantar de Jesús, y reflexiona sobre "los procesos de motivación de nuevas vocaciones, de ayudar a los seminaristas que están estudiando a que quieran estudiar, a que quieran ser transformados por el estudio". En este sentido, subraya que "los que lo hacen tienen que estar muy convencidos también de esto", por lo que son ellos los que abren la oportunidad, los que acompañan, los que ayudan a resignificar las situaciones.

Coletiva Mons. Hudson

Refiriéndose a los obispos en su vida

"Nunca pensé ni quise ser obispo, pero mis obispos de referencia, que me motivarán a querer creer en el ministerio sacerdotal, a responder a mi vocación, fueron sin duda estos: Don Helder, Mons. Oscar Romero, Don Paulo Evaristo Arns, Don Luciano Mendes, Don Pedro Casaldáliga y Don Luiz Soares Vieira, ellos sumaron todo para mí", dice. Pero se refiere a otro obispo que "me dio un parámetro de instrucción, de lo importante que era estudiar, que cuando escribía, decía, esto resuena dentro de mí, como si lo hubiera escrito yo, esto es mío, lo voy a escribir yo, el cardenal Martini".

Mons. Hudson Ribeiro concluyó relatando un encuentro con el cardenal Martini en Milán, cuando estudiaba allí, donde dijo haber tenido la oportunidad de leer los escritos del cardenal italiano, en quien destacó su forma de ver el mundo, la cultura, la Iglesia, las personas, insistiendo en su deseo en aquel momento de "ser un pedazo de ese hombre", porque "me inspira, existe", algo que experimentó en una conversación ocasional con él, donde en media hora dijo haber participado en "una conversación de toda una vida". Algo que le lleva a insistir en que "hay que convencerse, enamorarse y enamorar a otras personas". Algo que ve posible y que dice haber encontrado en personas a las que ve como referentes que "me hicieron creer, me hicieron ver a Jesús desde otros ángulos", porque "lo personal, hoy clama".

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