Entrevista al presidente de la Conferencia Episcopal de Puerto Rico Rubén González: “Desde lo que es pobreza, debilidad, fragilidad, el Señor va construyendo un nuevo pueblo”

Mons. Rubén González
Mons. Rubén González

"No que trabajemos en equipo, sino que seamos equipo de trabajo, pues cuando uno trabaja en equipo, todos cuidamos del trabajo, nos sentimos equipo, comunidad, nos sentimos hermanos y hermanas luchando por la misma causa, se lanza un proyecto, se renueva un proyecto y se es Iglesia"

"Caminitos, pequeños caminos que van convergiéndose en la red, un pedacito aquí, un pedacito allá, pero a la hora de la verdad se entrecruzan, se entrelazan, y como la tela de la araña cumplen su objetivo, una casa común para todos"

"Cada época tiene su respuesta, y ahora la renovación nos lleva a volver a lo esencial, y lo esencial parte de lo pequeño"

"Desde lo que hay en las pequeñas comunidades, distintos carismas, distintos dones, distintos servicios, se va haciendo el cuadro grande de una Iglesia que avanza sin miedo en la construcción del Reino"

Mons. Rubén González es obispo de la diócesis de Ponce y presidente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña, que de 16 a 19 de mayo de 2023 acogió la 39ª Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam). En esa asamblea, el padre-obispo Rubén fue elegido obispo coordinador del Consejo del Centro de Redes y Acción Pastoral (CEPRAP), del Celam, algo que tiene que ver el modo de concretar en la pastoral el trabajo evangelizador de la Iglesia, que espera llevarlo a cabo “sin miedo y con horizontes claros”.

Entrevista Mons. Rubén González

¿Cuáles son sus expectativas en un primer momento ante esta misión que la Iglesia de América Latina y el caribe le está confiando?

Es una aventura, abrir horizontes y caminos nuevos, remar mar adentro con la ilusión de saber que se presta un servicio de coordinación, de animación pastoral, de desarrollo integral, desde la ecología, en una serie de claves que harán, con la ayuda de todos, que el proyecto evangelizador que el Celam se propone para este próximo cuatrienio se pueda realizar sin miedo y con horizontes claros.

Trabajar en red es algo que el Papa Francisco está impulsando mucho y podemos decir que América Latina y el Caribe es pionera en eso, son muchas las redes que han surgido en estos últimos años, ¿por qué es importante trabajar en red, trabajar juntos?

Articula, crea comunión, crea solidaridad, crea sobre todo esperanzas comunes y nos une para que los desafíos que se van presentando y las luchas que se van encontrando las podamos solucionar, no uno sólo, sino en equipo. No que trabajemos en equipo, sino que seamos equipo de trabajo, pues cuando uno trabaja en equipo, todos cuidamos del trabajo, nos sentimos equipo, comunidad, nos sentimos hermanos y hermanas luchando por la misma causa, se lanza un proyecto, se renueva un proyecto y se es Iglesia.

En definitiva, poner en práctica la Iglesia sinodal que el Papa Francisco quiere y que no es un invento suyo, como algunos dicen, sino que es la Iglesia que ya en Concilio Vaticano II, 60 años atrás pidió que se hiciese realidad.  

Y si vamos un poquito más atrás, los Hechos de los Apóstoles, iglesia que se reúne, Iglesia que escucha, Iglesia que comparte, Iglesia que junta va buscando senderos nuevos de esperanza, de ilusión y sobre todo de acción pastoral.

Mons. Rubén González

Usted habla de senderos, ¿hoy la Iglesia tiene que andar más por senderos que por autopistas?

Pues sí, caminitos, pequeños caminos que van convergiéndose en la red, un pedacito aquí, un pedacito allá, pero a la hora de la verdad se entrecruzan, se entrelazan, y como la tela de la araña cumplen su objetivo, una casa común para todos.

Pastoral desde lo pequeño, pastoral desde la base, pastoral desde la pequeña comunidad, desde los pequeños grupos. ¿Definitivamente, podemos decir que en la mayoría de los países la Iglesia de cristiandad ha quedado para atrás?

Está surgiendo un nuevo modelo de Iglesia, desde lo pequeño, desde lo sencillo, desde lo que es pobreza, debilidad, fragilidad, el Señor va construyendo un nuevo pueblo, un pueblo que se renueva, un pueblo que se articula, un pueblo que une. No pretendemos grandes cosas, pero sí pequeñas cosas que, como levadura, sal, y pequeña luz del mundo, sean punto de referencia para que Jesucristo sea conocido y nuestros pueblos tengan vida y vida en abundancia.

Hacer es trabajo pastoral, con esa Iglesia pequeña, ¿es más difícil o fácil que hacer pastoral 50 años atrás, cuando la mayoría de la gente en América Latina y el Caribe eran católicos practicantes?

Cada época tiene su respuesta, y ahora la renovación nos lleva a volver a lo esencial, y lo esencial parte de lo pequeño. Es lo que Jesús inicia desde principios de su evangelización en el anuncio del Reino. Un grupo, un equipo, una pequeña comunidad, que luego desaparece aparentemente, pero que siembra en diversos lugares del mundo y crea la gran Iglesia, la gran familia, la familia católica.

Mons. Rubén González

Usted es padre desde hace casi 50 años, obispo desde el año 2000, ¿cómo ha ido evolucionando su vida como presbítero, como religioso, como obispo, a lo largo de este tiempo?

Me defino como un hombre de esperanza, un hombre que sueña, un hombre que mira hacia adelante, un hombre que en medio de las dificultades y problemas que podamos tener, siempre intento ver lo positivo. Lo pequeño genera, a veces pensamos que las grandes cosas, pero es lo pequeño, la semilla, que brota, que crece, que se desarrolla, y a su debido tiempo da los frutos. Eso es lo que esperamos, Iglesia sinodal, Iglesia que camina, Iglesia que escucha, Iglesia que va en salida, sal, id y da, esa es la perspectiva.

Quienes le han elegido para coordinar el Centro de Redes y Acción Pastoral son los obispos, ¿qué es lo que les pide a sus hermanos obispos para poder llevar adelante esta misión?

Que nos abramos de corazón a ese nuevo ardor que el Papa nos propone desde la experiencia del Espíritu Santo, que creemos lazos de solidaridad, de comunión, en participación, para que la misión se pueda dar. ¿Cuál misión?, la de que todo el mundo conozca que Jesucristo ciertamente es vida y vida abundante.

La pastoral es de la Iglesia y ciertamente del Pueblo de Dios, del cual todos formamos parte, ¿cómo debería vivir o asumir esa pastoral el Pueblo de Dios en América Latina y el Caribe?

Desde los pequeños carismas, cada uno tiene el suyo. Suelo decir a la gente que somos como los dedos de la mano, distintos, diferentes, pero necesarios, y cada dedo tiene una función. Con el pulgar, te saludo; con el índice, te indico; con el corazón, me saco la sangre; con el anular creamos alianza; el meñique, es el más débil, me une. Así, desde lo que hay en las pequeñas comunidades, distintos carismas, distintos dones, distintos servicios, se va haciendo el cuadro grande de una Iglesia que avanza sin miedo en la construcción del Reino.

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