Unos 60 obispos de varias regiones de Brasil que forman parte del grupo “Obispos del Diálogo por el Reino” han lanzado este 24 de octubre, dentro de la última semana de campaña de la segunda vuelta para las elecciones presidenciales, cargo disputado por el expresidente Luis Inácio Lula da Silva, y el actual presidente Jair Bolsonaro, una carta, traducida al francés, italiano, inglés, alemán y español que lleva por título “La Gravedad de la Segunda Vuelta de las Elecciones”.

En plena comunión con Francisco y la CNBB

Los obispos, de varias regiones de Brasil, que se dicen “en profunda comunión con el Papa Francisco y su magisterio y en plena comunión con la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, la CNBB que, en el ejercicio de su misión evangelizadora, siempre se coloca en defensa de los más pequeños, de la justicia y de la paz”.

Los prelados ven la segunda vuelta de las elecciones como algo que “nos coloca frente a un dramático desafío”, llamando a “escoger, de manera consciente y serena, pues no cabe neutralidad cuando se trata de decidir sobre dos proyectos de Brasil”, proyectos que como relata el texto son completamente diferentes y enfrentados.

Un gobierno que le dio la espalda a los pobres

El texto denuncia abiertamente que "el actual Gobierno, que busca la reelección, le dio la espalda a la población más carente, principalmente durante el tiempo de la pandemia”, hasta el punto de decir que “la vida no es prioritaria para este Gobierno”. Junto con ello denuncia que “el jefe de Gobierno y sus apoyadores, principalmente políticos y religiosos, abusaron del nombre de Dios para legitimar sus actos y todavía lo usan para fines electorales”. Algo que consideran manipulación religiosa, que “siempre desvirtúa los valores del Evangelio y desvía la atención de los problemas reales que necesitan ser debatidos y enfrentados en nuestro Brasil”.

En el escrito se denuncian actitudes del actual presidente, que tiene como uno de sus lemas “Dios sobre todas las cosas”, pero que los obispos consideran que “ese apelo a Dios es mentiroso”, pues está separado del amor al prójimo. Un modo de entender a Dios que va contra la Biblia, la Doctrina Social de la Iglesia y los Mandamientos.

Mentiras como algo común

Sobre el actual gobierno, los obispos dicen que “vivimos cuatro años bajo el reinado de la mentira, del sigilo y de las informaciones falsas”, denunciando las continuas fake news. Recordando el Mensaje al Pueblo de Dios de la última asamblea del episcopado brasileño, insisten en que “nuestra joven democracia debe ser protegida”, denunciando los actos contrarios a eso por parte del actual gobierno.

Ante esa realidad, se llama a los cristianos a evaluar a los dos candidatos, lanzando preguntas en relación con la sanidad, la educación, la superación de la pobreza, el cuidado de la Amazonía. También dejan claro que la Iglesia asume “el lado de la justicia y de la paz, de la verdad y de la solidaridad, del amor y de la igualdad, de la libertad religiosa y del Estado laico, de la inclusión social y del bien vivir para todos”. Una postura que viene “de la fidelidad al Evangelio de Jesús, a la Doctrina Social de la Iglesia y al magisterio profético del Papa Francisco”.

Comisión Episcopal Pastoral para la Acción Socio transformadora de la CNBB

En la misma línea, la Comisión Episcopal Pastoral para la Acción Socio transformadora de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil también han lanzado una carta, firmada por su presidente, Mons. José Valdeci Mendes, que quiere ser una palabra de ánimo y valor, llamando a no tener miedo. La carta dice que cree que "todo brasileño quiere lo mejor para Brasil", dejando clara la necesidad de "votar con conciencia y libertad", defendiendo la vida y llamando a combatir "todo lo que produce muerte (aborto, armamento, hambre, miseria, violencia, exclusión)" con políticas públicas de promoción de la dignidad humana.

La carta también repudia "el uso de la religión para estimular el odio, la violencia y la división de las familias y la sociedad", afirmando defender "el Estado laico y el respeto a la libertad religiosa y de culto". También llaman a las tradiciones religiosas presentes en Brasil a “colaborar en la construcción de un país más justo, menos violento y más solidario", definiendo la justicia, la paz, la fraternidad y la compasión como "los ejes rectores del buen gobierno".

En un llamado a asumir este Trabajo Común por la Vida y por la democracia, la carta llama a salir al encuentro del pueblo y "manifestar la alegría de los que luchan por días mejores", y junto a ello cuidar "nuestra democracia a través del Voto que garantiza el Buen Vivir de los Pueblos".