Comentario al Evangelio de la Fiesta del Bautismo del Señor Ojea: “El bautismo nos regala ser parte de la familia de Dios”
“El Señor humilde, que no necesitaba que le perdonen ningún pecado, se presenta a este bautismo de purificación y esto nos hace pensar en nuestro bautismo. Él le da al bautismo una característica totalmente nueva”
“Ese bautismo que nos recuerda nuestro compromiso, nuestra responsabilidad frente a esa familia que el Señor nos ha regalado y son nuestros hermanos”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
En la Fiesta del Bautismo de Jesús, Mons. Óscar Ojea ha iniciado su reflexión diciendo que “el hecho de que Jesús se bautice y se ponga en fila, delante de Juan Bautista esperando su turno para ser bautizado, pertenece a la lógica de la Encarnación”, recordando las palabras de la Carta a los Filipenses: “No tuvo en cuenta su igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente, sino que se despojó de su rango”.
Pensar en nuestro bautismo
Según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “el Señor humilde, que no necesitaba que le perdonen ningún pecado, se presenta a este bautismo de purificación y esto nos hace pensar en nuestro bautismo. Él le da al bautismo una característica totalmente nueva”. En palabras de Ojea, “el bautismo nos regala ser parte de la familia de Dios, ser parte de la divinidad, nos regala una vida nueva, una dignidad nueva que nos hace hijos de Dios, pero este ser hijos de Dios y que la Trinidad habite dentro de nosotros, esto tiene muchísimo que ver con entrar en la familia de Dios, como decía hace un ratito”.
Recordando las palabras del Papa Benedicto XVI en su discurso en la apertura de la Conferencia de Aparecida, donde nos habla de entrar en la familia de Dios, se preguntó “¿Qué nos da la fe?”. A ello respondió que “la fe nos da una familia, la fe nos viene por la gracia, no viene de nosotros, nos viene por el bautismo. La fe nos da una familia, pertenecemos a esta familia que la Iglesia nos regala, es la Iglesia la Madre en cuyo seno nacemos a la vida nueva, la Iglesia nos regala una familia, somos hermanos, pertenecemos a una comunidad”.
Estar unidos ante las dificultades
Por ello, “vivamos lo que vivamos, épocas alegres y épocas tristes, tenemos que estar unidos”, enfatizó. A modo de ejemplo, el obispo de San Isidro recordó que “desde chicos nos enseñaron a tomarnos la mano cuando cruzábamos una avenida con mucho tráfico, la mano de mamá, la mano de papá, para sentirnos seguros al cruzar esta avenida”. Aplicado a la realidad argentina, dijo que “nos enfrentamos ahora con una avenida peligrosísima, el país está viviendo una crisis tremenda, lo vemos, lo comprobamos, el dinero no alcanza; poco a poco vamos entrando en un estado, casi diría como de emergencia. Es cruzar esa avenida y para esto tenemos que estar unidos, tenemos que estar juntos”.
Ante esta situación recordó las palabras de San Juan, que dice que: “aquel que vive en la opulencia, viendo a su hermano en la necesidad, cierra su corazón, no habita en él el Espíritu Santo”, y concluye: “Hijitos míos, no amemos solo con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad”. Para el presidente del episcopado argentino, “el bautismo nos da un gran compromiso, ese compromiso de la solidaridad, de la fraternidad, de sentirnos juntos frente a una crisis, no estamos solos”.
De nuevo recordando al Papa Benedicto, destacó que “hablaba de una nueva imaginación de la caridad, la caridad tiene una verdadera imaginación nueva, una creatividad nueva”, citando en este caso al Papa Francisco. Para Ojea, “cuando se trata de enfrentar una situación difícil, vamos a tener que recurrir a toda esa creatividad nosotros los argentinos, a ese bautismo que nos recuerda nuestro compromiso, nuestra responsabilidad frente a esa familia que el Señor nos ha regalado y son nuestros hermanos”. Para ello pidió “que el Señor nos permita responder con generosidad a este compromiso bautismal”.
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