Mensaje de Páscua Ojea: “El día que nos gane la globalización de la indiferencia, ese día no nos podemos llamar cristianos”

Mons. Ojea
Mons. Ojea

“Los frutos de la Pascua son la paz y la alegría que nos trae Jesús resucitado”   

“Que el agua nueva del bautismo refresque toda nuestra alma para poder redescubrirnos en el amor y de este modo crecer como personas y como cristianos”

Deseando muy felices pascuas ha iniciado Mons. Óscar Ojea su mensaje de Pascua. Según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “los frutos de la Pascua son la paz y la alegría que nos trae Jesús resucitado. Pero la paz además de ser un don es una tarea, la paz se construye, no es un producto industrial, es artesanal. Se construye con el trabajo de cada día, con la vida de cada día, la cercanía, la entrega, y se construye con la solidaridad”.

Resurrección

Nos hace falta la solidaridad  

Mirando para la realidad argentina, el obispo de San Isidro ha dicho: “Cuánta falta nos hace en este tiempo de emergencia, en este tiempo de crisis, en donde cuesta tanto la vida de cada día, cuánta falta nos hace lasolidaridad”. Como ejemplo de esa situación ha relatado que “hemos recibido últimamente en la Conferencia Episcopal grupos diversos de personas que quedan sin trabajo, gente que queda como al costado del camino”, denunciando que “es tremenda esta herida”.  

Según Ojea, “el día que nos gane la globalización de la indiferencia, el día que se nos endurezca tanto el corazón, que no tengamos sensibilidad para estos hermanos y hermanas que quedan sin trabajo, ese día no nos podemos llamar cristianos, ese día vamos a decir nos ocupamos solamente de nosotros mismos y los demás”, como si eso no importase.

Descubrir la caridad cristiana  

Desde ahí ha invitado a pedir al Señor esta gracia, “descubrir con una imaginación nueva la caridad cristiana. Siempre la Pascua nos da una nueva creatividad para poder crecer en el amor, para poder crecer en la caridad”. Para ello ha recordado las palabras del Papa Benedicto, que “nos enseñaba que la fe, que es un don de Dios, la fe nos libera del aislamiento del yo y nos lleva a la comunión. Pero todo acto de fe es, en sí mismo y como tal, encuentro con los hermanos, es un acto que me lleva a ser más responsable de la vida de los demás”.  

Finalmente, ha llamado también a pedir al Señor “renovar esta fe que la necesitamos tanto”. Para ello, en un nuevo pedido dijo: “que el agua nueva del bautismo refresque toda nuestra alma para poder redescubrirnos en el amor y de este modo crecer como personas y como cristianos”, deseando de nuevo muy felices Pascuas y pidiendo la bendición de Dios.

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