El presidente del episcopado argentino analiza las elecciones de octubre Ojea: “El clima de violencia en las expresiones de los candidatos no ayuda a la paz social”
“Es imposible construir un país sin diálogo y con insultos, gritos y descalificaciones”
“Muchas veces el Papa Francisco se ha visto maltratado sistemáticamente por algunos medios de comunicación, esto ha contribuido a que se lo lea poco y a que se difunda menos su palabra y pensamiento, deteniéndonos en pequeñeces muy buscadas con mala intención por un sector de la prensa”
“No avalamos a ningún candidato en particular porque no es nuestra misión y no nos corresponde"
“No avalamos a ningún candidato en particular porque no es nuestra misión y no nos corresponde"
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Mons. Ojea, en declaraciones recogidas por la Oficina de Comunicación y Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina, ha hecho un análisis de la actual situación en la que vive el país en este tiempo previo a las elecciones nacionales que se celebrarán el próximo 22 de octubre.
Insultos, gritos y descalificaciones
En su análisis, el obispo de San Isidro recordó la Declaración ecuménica e interreligiosa titulada: “Declaración conjunta por un diálogo responsable y comprometido”, emitida el 22 de agosto y dirigida a todos los candidatos y candidatas que participan en las próximas elecciones, considerando “muy valioso el haber logrado esta declaración interreligiosa y ecuménica con total consenso más que por el hecho mismo del escrito”. Un texto donde en palabras de Ojea, se dice que “es imposible construir un país sin diálogo y con insultos, gritos y descalificaciones”, preguntándose “como se va a gobernar un país dividido”, afirmando que “el clima de violencia en las expresiones de los candidatos no ayuda a la paz social”.
Con relación a los insultos contra el Papa Francisco, contra los que los curas villeros celebraron una Misa de desagravio la semana pasada, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina ha dicho que “muchas veces el Papa Francisco se ha visto maltratado sistemáticamente por algunos medios de comunicación, esto ha contribuido a que se lo lea poco y a que se difunda menos su palabra y pensamiento, deteniéndonos en pequeñeces muy buscadas con mala intención por un sector de la prensa. En ese contexto también uno de los candidatos se ha expresado con insultos irreproducibles y con falsedades”.
Ojea recordó las palabras del Mons. Carrara en la misa citada, donde se refirió al Papa como “un profeta de la dignidad humana en un tiempo de violencia y exclusión”, añadiendo que “por otra parte, también es un Jefe de Estado al que se le debe un respeto particular”.
Un clima de autodestrucción
Ante los sucesos en Argentina, el presidente del episcopado afirma que “en este tiempo de desesperanza y decepción que provoca la creciente pobreza en nuestro país me preocupa mucho que haya aparecido un clima de autodestrucción. Un deseo de que todo se desborde para caer en el vacío. Esto es como una enfermedad social que anula todo horizonte y proyecto de futuro. Una suerte de auto boicot”. Por eso recordó que “enla Declaración ecuménica e interreligiosa hablábamos de principios irrenunciables a los cuales como creyentes y como personas no creyentes de buena voluntad adherimos. Y constituye un mensaje para todos los candidatos y candidatas”.
En nombre de la Iglesia enumeró algunos principios a ser asumidos por los candidatos: el cuidado de la vida de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas, desde el inicio de la concepción, pasando por todas las etapas de su desarrollo hasta la muerte natural; la opción preferencial por los pobres y excluidos, en quien Jesús está presente, inspirado en Mateo 25, 35, que dice: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber”, identificándose con ellos, por lo que es imposible que la Iglesia renuncie a estar junto a ellos.
Un Estado presente
El presidente del episcopado argentino recordó que “en estos últimos años le hemos pedido a todos los gobiernos un Estado presente, tanto brindando seguridad como garantizando la provisión de bienes primarios para la vida humana, en particular en los barrios más humildes, el respeto por las economías solidarias, y la creación de trabajo genuino y digno, ya que el trabajo es un auténtico ordenador de la vida”. Ante las críticas que han surgido ante esta postura, ha insistido en que “esto no es hacer ‘pobrismo’. Pensarlo así sería desconocer todo el trabajo para la promoción humana que realiza la Iglesia buscando crear las condiciones para una vida más humana y más justa”. Por ello ha dejado claro que “ante cualquier gobierno que sea electo la Iglesia no va a renunciar a reclamar los derechos de los últimos, porque esto sería traicionar el Evangelio”.
Entre los principios ha recordado que “es irrenunciable también el compromiso con el cuidado de la casa común”, insistiendo en “combatir la crisis socioambiental que vive el mundo producida por el cambio climático que nos pone en riesgo como humanidad”. A ello ha unido, como ya fue dicho el 22 de agosto, que “es imprescindible que la libertad y nuestros vínculos sean vividos conforme al espíritu y a la letra de la Constitución Nacional como marco que guía acciones y decisiones”.
No avalamos a ningún candidato
Con relación a avalar o criticar candidatos, señaló que la Iglesia intenta “iluminar la conciencia de los fieles con los principios del Evangelio”, insistiendo en que “ante un acto de enorme responsabilidad como es la emisión del voto respetamos la voluntad popular”. Por eso no dudó en afirmar que “no avalamos a ningún candidato en particular porque no es nuestra misión y no nos corresponde. Expresamos principios que creemos puedan ser útiles para reflexionar el futuro de este pueblo que amamos y al que servimos. Nuestra misión es pastoral y si bien enunciar esos principios puede incomodar, o los mismos candidatos expresar su desacuerdo, de ninguna manera renunciaremos a la vocación primera de anunciar el Evangelio con libertad”.
Finalmente recordó que “en el capítulo V de la Encíclica Fratelli Tutti, Francisco nos habla de la mejor política”. Ojea señaló que “para la doctrina social de la Iglesia la política es la más noble de todas las artes, como decía el Papa Pio XI y lo vuelve a refrendar el mismo Papa Francisco. La vocación del político es transformar la realidad, hacerla más humana, para que las personas a las que sirve como político puedan desarrollar al máximo sus talentos y capacidades al servicio del del bien común”.
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