Accidente de autobús provoca la muerte de 10 personas y deja 43 heridos Solidaridad de los obispos de Brasil por la muerte de 10 peregrinos que iban a Aparecida
La Nota de la CNBB recoge el profundo dolor que ha provocado la noticia del trágico accidente, que ha causado “un dolor inconmensurable a las familias, amigos y a toda la comunidad”
“Compartimos el dolor de cada uno y elevamos nuestras plegarias al Padre Misericordioso para que acoja a las almas de los difuntos, concediéndoles la paz eterna”
Luis Miguel Modino, corresponsal en Latinoamérica
La Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), a través de su asesoría de comunicación, ha emitido una Nota de condolencia por el accidente de autobús con peregrinos de la diócesis de Itapeva que se dirigían al Santuario Nacional de Aparecida, en el que murieron 10 personas en la madrugada de este viernes 5 de julio.
Solidaridad ante el dolor de las familias
En el accidente, ocurrido en Itapetininga, estado de São Paulo, además de los 10 muertos, han resultado heridas 43 personas, 6 de ellas de gravedad. Según el informe policial, tras abrir una investigación para esclarecer el caso y escuchar a todos los implicados, el accidente ha tenido como causa una avería mecánica, que provocó el choque del autobús contra las columnas de un viaducto.
La Nota de condolencia señala que “la presidencia de la CNBB desea expresar sus palabras de solidaridad”, citando el versículo bíblico que dice: "Yo soy la resurrección y la vida. Quien crea en mí, aunque muera, vivirá. Y quien que vive y cree en mí no morirá jamás" (Jn 11,25-26). Al mismo tiempo, recoge el profundo dolor que ha provocado la noticia del trágico accidente, que ha causado “un dolor inconmensurable a las familias, amigos y a toda la comunidad”.
Oraciones por los heridos
El texto de la CNBB expresa solidaridad y las más sinceras condolencias a “Mons. Eduardo Malaspina, obispo de la diócesis de Itapeva, a los familiares y amigos de las víctimas. Compartimos el dolor de cada uno y elevamos nuestras plegarias al Padre Misericordioso para que acoja a las almas de los difuntos, concediéndoles la paz eterna”.
Igualmente, la Presidencia del episcopado brasileño se une “en oración por los heridos, pidiendo al Señor que les conceda una curación rápida y plena”, pidiendo, “que Dios, en su infinita bondad, fortalezca y conforte los corazones de todos los implicados y de sus familias, dándoles la fuerza necesaria para superar este difícil momento”.
La nota recuerda, en este tiempo de duelo, “la importancia de la unidad y del apoyo mutuo”, pidiendo “que podamos estar cerca unos de otros, ofreciendo consuelo y ayuda a todos los que sufren por esta tragedia”. Para ello, se pide “que la fe en Nuestra Señora Aparecida, patrona de Brasil, nos guíe y nos inspire para buscar fuerza en la esperanza y la solidaridad”, reiterando que “a través de nuestras oraciones y solidaridad, encontremos caminos de consuelo y superación".
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