80.000 personas celebran Pentecostés en Manaos Steiner: “El lenguaje del Espíritu es siempre el lenguaje de la cercanía, un salir al encuentro”
Una oportunidad para descubrir "lo bueno que es estar aquí, en nuestra Iglesia de Manaos, y poder invocar los dones del Espíritu, de los que no somos dignos"
"Es el soplo del Espíritu, porque es el soplo de la maternidad, es el soplo de la paternidad, es ese soplo que cura las heridas, es ese soplo que cura las caídas de la vida, es ese Espíritu que está siempre renovando, poniendo de nuevo en pie”
Llamó a la Arquidiócesis de Manaos a tener una pastoral misionera, "en cada comunidad tengamos hermanos y hermanas que llevan la Palabra de Dios a los hogares, para que nuestra Iglesia sea cada vez más misionera, cada vez más evangelizadora, empujada por el Espíritu, atraída por el Espíritu”
"Debemos estar profundamente preocupados por el medio ambiente, porque estamos dilapidando a la Madre Tierra, estamos destruyendo a la Madre Tierra, y ella necesita un nuevo espíritu, necesita un nuevo cuidado"
Llamó a la Arquidiócesis de Manaos a tener una pastoral misionera, "en cada comunidad tengamos hermanos y hermanas que llevan la Palabra de Dios a los hogares, para que nuestra Iglesia sea cada vez más misionera, cada vez más evangelizadora, empujada por el Espíritu, atraída por el Espíritu”
"Debemos estar profundamente preocupados por el medio ambiente, porque estamos dilapidando a la Madre Tierra, estamos destruyendo a la Madre Tierra, y ella necesita un nuevo espíritu, necesita un nuevo cuidado"
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Una celebración para dar gracias a Dios por el don del Espíritu Santo reunió a unas 80.000 personas en el Sambódromo de Manaos. La gran fiesta de la Iglesia de Manaos, fiesta del compartir, en la que se comparten los alimentos recogidos por Cáritas para ayudar a los más necesitados, es una oportunidad para descubrir "lo bueno que es estar aquí, en nuestra Iglesia de Manaos, y poder invocar los dones del Espíritu, de los que no somos dignos", dijo al inicio de la celebración el arzobispo de Manaos, cardenal Leonardo Steiner, que destacó el hecho de que "nos sentimos en el Espíritu, todos hermanos y hermanas", recordando el lema de la fiesta de Pentecostés de 2024.
Todos hermanos y hermanas en el Espíritu
En su homilía, el arzobispo comenzó dando las gracias a los 2.000 voluntarios que organizaron la fiesta y a los funcionarios del Ayuntamiento de Manaos y del Estado de Amazonas que velaron por la tranquilidad de la celebración. Comentando el pasaje del Libro de los Hechos de los Apóstoles leído en la primera lectura, el cardenal Steiner destacó que, frente a la diversidad de procedencias, el hecho de ser "todos hermanos y hermanas en el Espíritu", un Espíritu que no elegía, sino que se presentaba abundantemente, iluminaba, "y porque eran hermanos en el Espíritu, oían hablar en su propia lengua, en su propia cultura, en su propia forma de pensar, en su propia forma de ser".
El arzobispo de Manaos subrayó que "el lenguaje del Espíritu no es nuestro lenguaje, porque el lenguaje del Espíritu es la suavidad del amor, la suavidad de la gratuidad, del don de la gracia, el lenguaje del Espíritu es siempre el lenguaje de la cercanía, es siempre el lenguaje del camino, es siempre un salir al encuentro". Una fiesta de Pentecostés inspirada en la Campaña de Fraternidad 2024, "para reafirmar una vez más: hermanos y hermanas en el Espíritu", dijo el cardenal, resaltando que "somos hermanos y hermanas".
El soplo de la maternidad y la paternidad
Steiner comparó el soplo del Espíritu sobre los discípulos, relatado en el Evangelio, con lo que le ocurre a un niño que se hace daño y que, con el soplo de la madre, el dolor desaparece. Según él, "es el soplo del Espíritu, porque es el soplo de la maternidad, es el soplo de la paternidad, es ese soplo que cura las heridas, es ese soplo que cura las caídas de la vida, es ese Espíritu que está siempre renovando, poniendo de nuevo en pie, ese Espíritu que está quitando la división, ese Espíritu que está siempre reuniendo y acogiendo de nuevo, el soplo del Espíritu".
"Jesús sopló sobre ellos, y nosotros recibimos ese soplo en la Confirmación", dijo el arzobispo de Manaos. Señaló que "todos hemos recibido el Espíritu Santo, y todos somos iluminados por el Espíritu Santo, y todos tenemos el vigor del Espíritu Santo, pero a veces no nos damos cuenta, porque pensamos que lo sabemos todo, que conocemos los pasos a dar, no tenemos la paciencia de recoger, de esperar, para que el Espíritu nos indique cuál es el mejor camino, cuál es la mejor elección, cuál es la mejor vocación, cuál es el mejor ministerio que se nos ha confiado".
El Espíritu nos lleva a la reconciliación
Según el cardenal Steiner "el Espíritu nos lleva al perdón, el Espíritu nos lleva a la reconciliación, el Espíritu armoniza de nuevo nuestras vidas, el Espíritu que es capaz de rehacer siempre las relaciones familiares, las relaciones amorosas, las relaciones más íntimas. Es el Espíritu quien siempre reteje las relaciones comunitarias, las relaciones sociales". Y es que "no hay familia sin perdón, no hay hermanos y hermanas sin perdón", dijo el arzobispo, que destacó el hecho de que recibir y ofrecer el perdón es algo que nos acerca, "porque aprendemos este encariñar de Dios en el perdón", viendo el perdón como el camino de Dios, "porque el nombre de Dios es misericordia".
Desde ahí reflexionó sobre la riqueza de la Iglesia católica en vocaciones, ministerios, servicios, trabajo pastoral, "todo alimentado, vigorizado, fortalecido por el Espíritu", que da origen a los ministerios. Llamó a la Arquidiócesis de Manaos a tener una pastoral misionera, "en cada comunidad tengamos hermanos y hermanas que llevan la Palabra de Dios a los hogares, para que nuestra Iglesia sea cada vez más misionera, cada vez más evangelizadora, empujada por el Espíritu, atraída por el Espíritu". Y es que "la comunidad no es para sí misma, la comunidad es para los demás", pidiendo "poner nuestros dones al servicio".
El Espíritu es Padre y Madre de los pobres
Ponernos al servicio porque el Espíritu es Padre y Madre de los pobres, y porque lo hemos recibido, "quiere que seamos padres de los pobres, nos pide que seamos madres de los pobres, que no dejemos a nadie de lado, que salgamos siempre al encuentro de los demás, no sólo para ofrecer perdón, que ya es mucho, sino también para ofrecer consuelo, justicia, ocio, cultura, educación, la oportunidad de trabajar".
Recordando que al menos la mitad de la recaudación de la colecta se destinaría a ayudar a los hermanos y hermanas que sufren en Rio Grande do Sul las consecuencias de las inundaciones, llamó a mirar "lo que estamos haciendo con la naturaleza, la estamos empobreciendo, la estamos destruyendo, la estamos dominando, estamos obligando a la naturaleza a hacer lo que no puede hacer". Una preocupación que debe estar presente en quienes viven en la Amazonia, "debemos estar profundamente preocupados por el medio ambiente, porque estamos dilapidando a la Madre Tierra, estamos destruyendo a la Madre Tierra, y ella necesita un nuevo espíritu, necesita un nuevo cuidado", afirmando que "porque hemos recibido los siete dones del Espíritu, queremos cuidar de ella".
Cuidar a las víctimas de los abusos
Por último, el cardenal Steiner hizo un llamamiento para cuidar a los niños y adolescentes que han sufrido abusos sexuales, "son los pobres, afectados en su alma, porque están afectados por la sexualidad. Destruir la vida no es posible, porque son la morada del Espíritu, han recibido el Espíritu, es nuestra obligación cuidarlos cada vez más". Para ello, pidió que "el Espíritu nos eleve, nos encante, nos transforme, nos alegre, nos dé jovialidad, nos dé la gracia de la gratuidad para servir bien", rezando: "Ven Padre de los pobres, ven dador de dones, ven, transforma nuestras vidas, alegra nuestras comunidades, eleva nuestra pobreza de alma, enriquece nuestras vidas con tus dones".
Al final de la celebración, se abrió la segunda etapa del Sínodo de los Jóvenes de la Archidiócesis de Manaos. Para ello, cada Sector de la Archidiócesis de Manaos recibió un icono, que representa a Jesús escuchando a los jóvenes, inspirado en el pasaje de los discípulos de Emaús. Un momento, como dice la oración del Sínodo, para pedir a Jesús que "escuche las cosas de las que hablamos, nuestras dudas, miedos y frustraciones". Esto en un camino que "tiene marcas de dolor, de exclusión, pero también tiene mucha belleza en este suelo sagrado de ríos, arroyos y ciudades de la Querida Amazonía", con jóvenes marcados por la diversidad, y las marcas de la esperanza, que muestran su disponibilidad a Jesús.
Etiquetas