En una sociedad en la que lo inmediato se ha impuesto como determinante, los procesos, las trayectorias, deben ser contemplados como aquello que ayuda a avanzar. Las comunidades eclesiales de base, que en estos días se han encontrado en Guayaquil en su XI Encuentro Continental, son llamadas a ser levadura en la masa, que no debe ser medida por su cantidad y sí por su calidad.

Las palabras de José Marins, que desde hace décadas acompaña y asesora la vida de las CEBs en América Latina, nos ayudan a entender que las comunidades de base tienen su fundamento en la realidad donde vivimos, en caminar desde la gente. Al final, como fue definido por la Iglesia del continente, las CEBs son el primer nivel de la Iglesia, haciendo que el Pueblo de Dios sea sujeto, gente común, bautizados que se unen en su meta, sostiene Marins. El teólogo brasileño destaca la importancia del sensus fidei, de entender que no hay una única persona en el mundo que no sea visitado y trabajado por el Espíritu, que siempre llega antes que el misionero, que debe hacerse presente para intentar interpretar el trabajo previo del Espíritu.

En América Latina, la narrativa ha sido asumida como un método teológico, en una tentativa de “resonar la belleza desafiante de la fe desde nuestras comunidades”, según Francisco Bosch, joven teólogo laico argentino. Esta forma de hacer teología tiene como elemento fundamental la fe del pueblo, que es una experiencia transformadora y profunda, que nos lleva a entender que los clamores no son la ultima palabra, que hay que escuchar y confrontarlos. Por eso, la teología narrativa pretende dar sentido a lo que alimenta a la comunidad.

Este método busca nuevos lenguajes, basados en narrativas distintas en cada lugar, que reflejan la vida de los pueblos. Son los lenguajes del cuerpo, el canto, la cámara y el cuento, que se convierten en modos de narrar diferentes sensibilidades, las historias creyentes de las que estamos hechos. Eso se traduce en experiencias, como la de Cristobal, que forma parte de una cooperativa en Nicaragua, nacida en el contexto de la dictadura de Somoza y que se han perpetuado como una experiencia de las comunidades eclesiales de base, como instrumentos que ayudaron al pueblo a resurgir y organizarse. Una realidad también presente en la vida de Gilberto, guatemalteco que estuvo preso y con la ayuda de un misionero italiano, aprendió con la Biblia a conocer a Jesús, comprometerse con su comunidad y en la lucha sindical, teniendo como base la Eucaristía, la Palabra de Dios y la confianza en Él. Son ejemplos de tantas experiencias vividas en el continente, algunas de las cuales han sido compartidas por los participantes del encuentro.

El XI Encuentro Continental de CEBs también ha sido un momento para reflexionar sobre las estrategias de comunicación social en un mundo que nos aísla y nos mete en dinámicas que nos hacen ser pasivos, según Margot Aguilar Rivero. Hoy en día todo lenguaje se hace universal, lo que debe llevar a ir desde lo pequeño y local a lo universal, sabiendo que somos responsables del impacto que generemos. En las comunidades eclesiales de base, la transformación de la realidad siempre es un desafío, lo que debe llevar a saber lo que está pasando y poder responder. Al mismo tiempo, en el campo de la información, es necesario que el mundo conozca lo que son las CEBs.

En cualquier nivel de comunicación, sea a nivel local de una comunidad o de todo el continente, hay que plantearse cual es el objetivo, la finalidad y el propósito. Hay que transmitir mensajes claros, que consigan informar, influir, inspirar, impactar e incidir. Las CEBs son llamadas a actuar, a establecer alianzas, captar la atención, lograr motivar, identificación y ganar la confianza.

Margot Aguilar afirmaba que hoy los medios han cambiado, hay muchos canales de comunicación para que lo trabajado en un encuentro llegue a mucha gente. Pero al mismo tiempo, hay que hacer discernimiento crítico del uso de las redes sociales y de los cauces y medios de comunicación. Disponemos de diferentes canales, personales y masivos, off line y on line, que deben llevar a preguntarse lo que se quiere conseguir con las estrategias de comunicación, lo que queremos comunicar, por qué, para qué, a quién queremos comunicar. Todo en vista de mejorar estrategias que ayuden a comunicar la vida que nace en el seno de las comunidades.