Raimundo Vanthuy Neto fue ordenado el pasado 4 de febrero El obispo de la diócesis más indígena de Brasil inicia su misión "para ver mejor lo que Dios nos pide en este momento"
Un sentimiento de gratitud hacia el Papa Francisco que lo eligió, "este gran siervo del Señor que está ayudando al mundo entero a redescubrir cada vez más el Evangelio"
“La Iglesia es para ayudar a las personas a pasar de condiciones menos humanas a condiciones más humanas”
A quienes trabajarán con él les pidió que no tuvieran miedo de corregirle cuando se equivoque, cuando quiera hacer lo que hizo en otros lugares
A quienes trabajarán con él les pidió que no tuvieran miedo de corregirle cuando se equivoque, cuando quiera hacer lo que hizo en otros lugares
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Raimundo Vanthuy Neto llegó a São Gabriel da Cachoeira, donde fue recibido por los 23 pueblos originarios de la diócesis más indígena y grande de Brasil. Una diócesis donde se hace realidad el deseo del Papa Francisco de ser una Iglesia con rostro amazónico y rostro indígena. Algunos elementos de esta forma de vivir la fe aparecieron en la Eucaristía de inicio del ministerio del obispo que fue ordenado el 4 de febrero en Roraima, diócesis donde vivió su ministerio sacerdotal.
Una celebración con rostro indígena
Los ritmos típicos de las culturas y espiritualidades del Alto Río Negro estuvieron presentes en el gimnasio de la ciudad, con rostros expectantes, alegres y llenos de esperanza por la llegada del sucesor de Mons. Edson Damian, que pastoreó estos pueblos durante los últimos 15 años, que fue quien acogió a Mons. Vanthuy, recibido también por representantes del clero, de la vida religiosa y de los laicos de la diócesis, que lo acogieron en la familiaridad de Jesús y le manifestaron su deseo de caminar juntos en la evangelización de los pueblos del Río Negro.
Tras recibir el báculo de manos de su predecesor, el nuevo obispo celebró descalzo, quitándose las sandalias, como Moisés en el Éxodo, en señal de respeto a una tierra sagrada. Una región, una diócesis, que, según el cardenal Leonardo Steiner, fue evangelizada por misioneros que dieron su vida, recordando a Mons. Walter Ivan Azevedo, obispo de esa diócesis, fallecido el 28 de enero, agradeciéndole el trabajo realizado en las comunidades de la diócesis, pero también a la familia de Mons. Vanthuy, sus padres y hermanos, presentes en la celebración, que le transmitieron la fe. También agradeció a la diócesis de Roraima y al obispo Edson Damian, siempre preocupado por la causa indígena.
Un pequeño discípulo
El nuevo obispo dijo haber llegado "para poder continuar el Misterio, con mi pequeña vida de discípulo que quiere seguir a Jesús cada vez más de cerca", y hacerlo en la Iglesia del Río Negro, donde quiere aprender de todo el camino recorrido, mostrando su gratitud por la acogida, pero también a la Iglesia de Roraima, a todos los que rezan por él, a los obispos del Regionl Norte1, representados en la celebración por Mons. Edson Damian, su predecesor en São Gabriel, el cardenal Leonardo Steiner, arzobispo de Manaos, y su obispo auxiliar, Mons. Zenildo Lima, Mons. Evaristo Spengler, obispo de Roraima, Mons. José Albuquerque, obispo de Parintins, y Mons. Adolfo Zon, obispo de Alto Solimões. Un sentimiento de gratitud hacia el Papa Francisco que lo eligió, "este gran siervo del Señor que está ayudando al mundo entero a redescubrir cada vez más el Evangelio".
Mons. Vanthuy dijo que llegó con su pequeña lámpara "para que podamos ver mucho mejor lo que Dios nos pide en este momento, en esta hora, aquí en el Alto Río Negro". Insistió en que "todos somos ante todo ovejas del rebaño del Señor" y, junto a ello, pastores y pastoras que cuidan y velan, de la misma manera que "el Señor nos cuida", según las lecturas proclamadas en la celebración, porque "somos el rebaño del Señor", insistió el obispo.
Jesús Buen Pastor
El obispo de la diócesis de São Gabriel da Cachoeira utilizó imágenes para definir a Jesús Buen Pastor, el que da la vida por sus ovejas, porque "sólo quien da la vida por los demás sabe lo que es vivir", como un padre y una madre que dan la vida por sus hijos, recordando las palabras del Papa Pablo VI, cuando dijo que "la Iglesia es para ayudar a las personas a pasar de condiciones menos humanas a condiciones más humanas", misión que recibe todo bautizado. Denunció las bebidas alcohólicas como el gran veneno que destruye la vida de las personas, familias y comunidades de la región, haciendo un llamado a enfrentarlo.
Una segunda imagen que utilizó Mons. Vanthuy fue la de Jesús que nos conoce a todos por nuestro nombre, llamándonos a sentirnos rebaño y a comprender que nadie puede caminar solo, destacando como un don la vida comunitaria de los pueblos indígenas del Río Negro, lo que ha ayudado en la labor evangelizadora de los misioneros que han llegado. De ahí la importancia de caminar juntos, de formar una comunidad, enfatizó. Hacerlo en las comunidades indígenas, que han acogido y siguen acogiendo la Buena Nueva del Evangelio de Jesús, donde dice entrar como sembrador en la escuela de los grandes sembradores de la diócesis de São Gabriel da Cachoeira, los obispos que le precedieron durante más de 100 años, en una tierra siempre fértil, donde hombres y mujeres anunciaron la nueva forma de vivir el Evangelio.
Caminar junto con los misioneros y misioneras
Mons. Vanthuy pidió ayuda a los misioneros que trabajan en la diócesis, dando las gracias a las congregaciones religiosas presentes, pero también al clero diocesano local y al de otros lugares. Les pidió que no tuvieran miedo de corregirle cuando se equivoque, cuando quiera hacer lo que hizo en otros lugares. Como los misioneros que llegaron al Alto Río Negro, quiere ser amigo y hermano de la gente de la región, con una vida sobria y sencilla, realizando su lema episcopal "Servir en la caridad y en la esperanza", una esperanza que, recordando las palabras del cardenal Steiner hace una semana en su ordenación episcopal, tiene dos hijos: la indignación y el coraje.
El nuevo obispo cerró su intervención presentando a sus padres y hermanos, agradeciéndoles todo lo que habían hecho por él en el camino de la fe y su valentía al buscar una vida mejor para su familia. También presentó al obispo, a los sacerdotes, a los religiosos y a las personas que le acompañaron desde Roraima hasta su nueva misión. Las palabras concluyeron con una profesión de fe, momento en el que sus padres sostuvieron el vestido y la vela con las que el obispo Vanthuy fue bautizado.
Agradecimiento del obispo emérito
Al final de la celebración, Mons. Edson Damian, ahora obispo emérito de la diócesis de São Gabriel da Cachoeira, pronunció sus palabras de agradecimiento por los 15 años de su misión episcopal en la Iglesia del Alto Río Negro, con un corazón agradecido, porque en su corazón hay lugar para aquellos con los que ha caminado durante este tiempo. Dijo que había llegado para continuar la misión de sus antecesores, agradeciendo el trabajo de tantos misioneros que se han ocupado de la evangelización y la vida de los pueblos originarios con la alegría del Evangelio.
También agradeció al Papa Francisco por todo lo que hace por la Iglesia, especialmente por la Iglesia de la Amazonía, recordando el Sínodo para la Amazonía; al nuevo obispo, con quien convivió durante su tiempo como sacerdote misionero en Roraima y de quien dijo estar preparado para asumir su misión como obispo de la diócesis, invitando a la gente a acogerle; a la familia de Mons. Vanthuy; a la Iglesia de Roraima, por enviar a Mons. Vanthuy a ser el valiente obispo de São Gabriel da Cachoeira; a los obispos y al cardenal Steiner por estar en la celebración y por todo el bien que hace a la Iglesia y a los pueblos de la Amazonía.
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