Mensaje con motivo de los 200 años de la Batalla de Carabobo Los obispos llaman a “refundar a Venezuela, iluminados por los principios del Evangelio”
“Una ocasión para que los habitantes de Venezuela hagan una seria revisión de vida sobre lo que ha significado esa gesta independentista y acerca de los desafíos de cara al futuro”
“Vocación libertaria recibida para dar una respuesta en todo momento con un compromiso que permita seguir adelante y vencer las batallas que las circunstancias puedan generar en el país”
La presidencia del episcopado hace referencia a la “profunda crisis que crea desconsuelo y desaliento”, denunciando “el gran deterioro de los servicios públicos”, la implantación de un sistema totalitario y exigiendo “un plan de vacunación para toda la población”
La presidencia del episcopado hace referencia a la “profunda crisis que crea desconsuelo y desaliento”, denunciando “el gran deterioro de los servicios públicos”, la implantación de un sistema totalitario y exigiendo “un plan de vacunación para toda la población”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
El Bicentenario de la Batalla de Carabobo, que será conmemorado este jueves, 24 de junio, ha hecho con que la presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana haya emitido un mensaje al pueblo venezolano (Ver aqui).
La batalla de Carabobo es considerada una de las principales acciones militares de la Guerra de Independencia de Venezuela. Esta batalla fue decisiva en la liberación de Caracas el día 29 de junio, así como del resto del territorio venezolano tras la expulsión definitiva de las tropas españolas, lo que ocurriría definitivamente en 1823.
El texto aborda la Batalla de Carabobo desde su significado en el pasado, hoy y en el futuro, iniciando sus palabras diciendo que “la Iglesia puede ver en todos los acontecimientos de la humanidad una señal de la presencia de Dios en ellos”. Según la presidencia del episcopado venezolano, “no celebramos un evento cualquiera y tampoco lo debemos reducir a simples actos protocolares adornados con monumentos recordatorios que quedan plasmados en la frialdad del mármol”.
Por eso, los obispos invitan a que sea “una ocasión para que los habitantes de Venezuela hagan una seria revisión de vida sobre lo que ha significado esa gesta independentista y acerca de los desafíos de cara al futuro”, ofreciendo “algunas ideas para ayudar a todos, sin excepción, a leer este ‘Bicentenario de Carabobo’”.
Carabobo es vista como parte de un proceso, que “muestra la consolidación de la voluntad de hacer de Venezuela una Nación libre y soberana”, como un acontecimiento que “inspiró a muchos hombres y mujeres para diseñar los elementos constitutivos de la venezolanidad”. Según la nota, “la Iglesia no pasó desapercibida ni se aisló en este andar histórico”, posicionándose con “el anuncio de la liberación plena de todos los seres humanos”, algo en lo que se implicó mucha gente, entre ellos el reciente Beato José Gregorio Hernández, que hicieron posible “la presencia de Dios en el ser y quehacer de nuestro pueblo”.
A partir de esta lectura histórica, en los días de hoy, los obispos ven en Carabobo desde su legado como “vocación libertaria recibida para dar una respuesta en todo momento con un compromiso que permita seguir adelante y vencer las batallas que las circunstancias puedan generar en el país”. Junto con eso, destacan la capacidad del pueblo venezolano “de construir su devenir y fortalecer su sentido de pertenencia, aún en medio de las dificultades que se puedan presentar”.
La presidencia del episcopado hace referencia a la “profunda crisis que crea desconsuelo y desaliento”, denunciando “el gran deterioro de los servicios públicos”, la implantación de un sistema totalitario y exigiendo “un plan de vacunación para toda la población”. Se hace necesaria una Batalla por una Independencia en el campo de la salud, la educación y la democracia. Todo ello en un país donde, “nuestra gente sufre y clama por justicia, atención, acompañamiento y libertad”, ante el crecimiento de la pobreza, la hiperinflación, la migración, realidades ante “la Iglesia no se queda como mera espectadora”.
De cara al futuro, un compromiso asumido por la Iglesia venezolana, la tarea es “vencer todas las Batallas que sean necesarias y defender la auténtica Independencia”, a partir del protagonismo de todos los venezolanos. Por eso proponen a todos los políticos, teniendo como base “la mejor política”, propuesta por el Papa Francisco en Fratelli tutti, que no busquen acuerdos para favorecerse y que escuchen el clamor de la gente. Desde ahí, siguiendo el espíritu de Carabobo, plantean la urgente necesidad de “refundar la nación”, “donde predomine la justicia, la equidad, la fraternidad, la solidaridad, la unidad y la paz”.
Para ello convocan a todos a un esfuerzo y compromiso para que “se haga presente en Venezuela la liberación plena inaugurada y querida por el Señor Jesús”. Para este 24 de junio piden “que en todos los templos del país repiquen las campanas, se celebré la Eucaristía y se renueve la consagración de la patria a Jesús Sacramentado, pidiéndole que nos libere de todas las insidias del maligno”. Finalmente proponen “realizar una seria revisión de vida”, que ayude a “dar el paso necesario e impostergable de refundar a Venezuela, con los criterios de la ciudadanía e iluminados por los principios del Evangelio”.