Un diálogo con el Coordinador de la Red de Comunidades Organizadas (RECOR) Charly Olivero: “Lo primero es entender que esa persona que está rota, es un hermano mío"

Charly Olivero: “Lo primero es entender que esa persona que está rota, es un hermano mío"
Charly Olivero: “Lo primero es entender que esa persona que está rota, es un hermano mío"

La RECOR articula el trabajo pastoral de comunidades organizadas en sus diversas expresiones: ciudadanías callejeras, vendedores ambulantes, comunidades eclesiales de base, recicladores, además de líderes ambientales y sociales.

La participación, la interdependencia y la no jerarquía son elementos propios del trabajo en redes que en esta oportunidad congrega a comunidades dispuestas a luchar, construir y transformar entornos

"La consigna es unirse para salvarse"

“A mí me parece que el encuentro personal moviliza muchas cosas, porque cuando uno conoce y genera un vínculo con otra persona que tal vez está en una situación desfavorecida, uno empieza a sentir lo que le está pasando"

“La Red de Comunidades Organizadas (RECOR) es una red de redes que une distintas formas de organización de gente que está mal y padece mucho; pero que se organiza para encontrar una esperanza”. Así define el P. Charly Olivero la iniciativa que nació en septiembre de 2024 y articula el trabajo pastoral entre diversas instituciones sociales del continente.

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Sus representantes, participaron en el reciente Encuentro de procesos pastorales que acompaña el Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del Celam. “Hemos tenido muy buena recepción entre las otras pastorales, plataformas y redes”, comentó. Una misión entre quienes buscan el reconocimiento de su ciudadanía callejera; ya sea porque hacen parte de un movimiento popular, una Comunidad Eclesial de Base, se están rehabilitando de alguna adicción, trabajan como recicladores o vendedores ambulantes, son líderes ambientales o están en el camino de dejar la calle que un día habitaron.

Trabajo en las villas de Argentina

Un horizonte compartido

Garantizar inclusión y respeto por la diversidad en las comunidades organizadas y especialmente en el contexto de la población vulnerable parece una utopía, pero de acuerdo con la experiencia del sacerdote argentino el gesto más simple es la puerta a un universo que despierta, empodera y reconstruye el tejido roto, la humanidad que se creyó perdida. “A mí me parece que el encuentro personal moviliza muchas cosas, porque cuando uno conoce y genera un vínculo con otra persona que tal vez está en una situación desfavorecida, uno empieza a sentir lo que le está pasando, comprende sus dificultades y empieza a pensar desde ese lugar. Eso no pasa si estamos aislados o separados. Entonces el encuentro personal es la clave para que podamos empezar procesos de organización”, afirma.

Si bien, cada organización avanza con su propia agenda, la creación de la RECOR se viene consolidando como una oportunidad para trabajar por horizontes comunes, articulando procesos conjuntos, sin que las entidades vean diluidos sus carismas. Así lo narra el cura villero hablando de las experiencias recientes de las organizaciones que la integran. “Los movimientos populares que organizan con el Papa Francisco los encuentros mundiales, ahora se están preparando para su jubileo. Las Comunidades Eclesiales de Base ya tenían su propia identidad, pero ambas organizaciones conocen el ideario que planteó la RECOR y lo comparten. Igualmente estamos empujando una pequeña Red de medios de comunicación y otra sobre temas de infancia. Ellos quieren participar. No obstante, es algo que viene desde abajo y nosotros lo recibimos”.

Hogares de Cristo

Unidos en la fragilidad

Trabajar con población vulnerable ya sea por su condición económica, social o cultural, implica cierta apertura mental; es el corazón que se ensancha para ver más allá de lo aparente. Especialmente, porque en la RECOR confluyen personas en situación de calle o con la necesidad de consolidar procesos de recuperación, tras vivir los devastadores efectos de cualquier dependencia, caminos que multiplican los aprendizajes.

“Lo primero es entender que esa persona que está rota es un hermano mío. Es igual que yo. No es un beneficiario de un programa asistencial. Es alguien que puede estar sentado a mi mesa, está bien que nos hagamos amigos y caminemos juntos. En segundo lugar, está asumir que el protagonismo de esas personas es fundamental para el desarrollo de los procesos”, asegura.

Una realidad a la que despertamos cuando abrimos los ojos al problema, conscientes respecto a la existencia de una enfermedad que no podemos superar solos y requiere dar pasos con respeto, por aquellos que un día fueron tratados como invisibles; ya sea porque se desconocen las causas de sus problemáticas o existen resistencias para adoptar el estilo de Jesús.

Aplicar una pedagogía reeducativa se convierte en el primer paso hacia la transformación, un amor duro que sobrepasa la sensiblería y enfrenta las crisis más profundas. “Nosotros no tenemos que hacer nada por ellos, son las mismas personas las que se van organizando, para superar el consumo de sustancias o la situación de calle. Son ellas las que entienden y comprenden cuáles son los mejores caminos para lograr y mantener esta organización. Lo que estamos haciendo en este momento es pasar el peine por la región, para identificar cuáles son las respuestas que ya existen en esta materia”.

Proceso de resocializacion de jóvenes

Ampliar la mirada

Esfuerzos que desde el punto de vista económico se han financiado a través de diversas fuentes según explica el sacerdote. “En el último tiempo la red de adicciones estuvo trabajando con la Organización de los Estados Americanos (OEA) para la realización de encuentros y cursos. Mientras que, en función de la RECOR , también está el trabajo de la Universidad Latinoamericana de las periferias; un proyecto educativo que sistematiza y produce, pero que tiene su propio sostenimiento y lo pone al servicio de la red, son pasos que vamos dando y van anclando a otras organizaciones”.

Iniciativas que se logran en medio de la crisis social y económica que vive América Latina y logran contribuir a la construcción de alternativas comunitarias de resistencia y solidaridad. “Nosotros entendemos que entre el paradigma neoliberal y los paradigmas populistas, tenemos que encontrar algo. Así lo plantea el Papa Francisco en el quinto capítulo de Fratelli Tutti, cuando habla de la buena política. Queremos hacer una propuesta concreta de esa buena política, que surge desde abajo y va creciendo en distintos niveles de organización, sin perder el anclaje territorial con la realidad. No se instrumentaliza a los grupos desde arriba, sino que desde los mismos grupos se va buscando el camino”.

Un proyecto que tiene el apoyo incondicional del Papa Francisco y organismos como la Pontificia Comisión para América Latina a través de su secretaria Emilce Cuda, lo que lleva al sacerdote recordar que “el pasado 26 de junio, Día Internacional de la lucha contra los consumos indebidos y el tráfico ilícito de drogas, el Pontífice citó nuestro propio estatuto y a través de Mons. Lizardo Estrada secretario general del CELAM, aceptó la vinculación de la RECOR al organismo. Tenemos los apoyos necesarios para seguir creciendo”. Afirmación que argumenta reconociendo que se trata de generar conciencia sobre la necesidad de un modo de organización distinta, un modo de ejercicio político diferente y coherente con la Doctrina Social de la Iglesia.

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