Iglesia colombiana comprometida con diálogos entre gobierno y Ejército de Liberación Nacional (ELN) Héctor Fabio Henao: "Acompañamos a las víctimas para que su clamor sea escuchado en la mesa de negociación"
El gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunciaron que el séptimo ciclo de las conversaciones se realizará del 8 al 22 de abril en Venezuela
Encuentro Nacional de Delegados de las jurisdicciones eclesiásticas reunió a 43 representantes de 24 jurisdicciones eclesiásticas del 26 al 28 de febrero para analizar el rol de la Iglesia en la implementación del Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV) del cese al fuego.
"El proceso ha ido avanzando, ya ha cumplido seis ciclos de negociación, ha definido un cese al fuego bastante prolongado, el más largo en la historia del ELN"
"El proceso ha ido avanzando, ya ha cumplido seis ciclos de negociación, ha definido un cese al fuego bastante prolongado, el más largo en la historia del ELN"
El gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunciaron este 26 de febrero que retomarían los diálogos que estaban suspendidos desde la semana pasada. También confirmaron que el séptimo ciclo de las conversaciones se realizará del 8 al 22 de abril en Venezuela.
El anuncio puso fin al congelamiento del proceso tras las denuncias de lo que se consideran "acciones violatorias a lo pactado en la mesa de conversaciones", en un proceso que se viene desarrollando durante los últimos 15 meses y en el que además de la agenda de los delegados por parte del gobierno y el grupo guerrillero, están las acciones de acompañamiento al proceso en las que participan coordinadamente la Iglesia, las organizaciones internacionales y la sociedad civil.
Entre los procesos está el Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV) para el cese al fuego bilateral, nacional y temporal (CFBNT) entre el gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El rol de la Iglesia
Un itinerario que se cumple en las diferentes regiones del país y motivó el Encuentro Nacional de Delegados de las jurisdicciones eclesiásticas que, del 26 al 28 de febrero, reunió a 43 representantes de 24 jurisdicciones eclesiásticas para evaluar, retroalimentar y plantear las proyecciones sobre la participación de la Iglesia y su rol dentro de las negociaciones y la implementación del Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV) del cese al fuego.
Al referirse a los objetivos del encuentro Mons. Héctor Fabio Henao delegado de la Conferencia Episcopal colombiana para las relaciones Iglesia-Estado, explicó que "las diócesis han nombrado delegados para que hagan parte de esos mecanismos desde la perspectiva del monitoreo a lo que se une la verificación de Naciones Unidas. No obstante, el monitoreo lo llevan los delegados de los obispos, quienes hacen parte para tramitar allí las urgencias y necesidades de las comunidades más vulnerables".
En este sentido el Encuentro Nacional de delegados de Jurisdicciones Eclesiásticas sirvió para reconocer las experiencias, los aprendizajes, los retos, las buenas prácticas y recomendaciones de la Iglesia a nivel local, de acuerdo con su participación en el Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV) para el cese al fuego entre el Gobierno nacional y el ELN que no puede perder su carácter bilateral, nacional y temporal.
Un apoyo concreto
Al iniciar el proceso de acercamientos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la Iglesia colombiana les pidió a los obispos Héctor Fabio Henao, Omar Sánchez de Popayán y Darío Monsalve de Cali, estar presentes en los diálogos, hacer parte de la mesa de negociación con el grupo guerrillero.
"Esa presencia tiene el carácter de ser acompañantes permanentes, es una función que compartimos con la misión de verificación de Naciones Unidas, somos las dos instituciones con esa misión," recuerda Mons. Henao al tiempo que reivindica el ser testigos de excepción de un momento de vital importancia para el país.
"Estamos llamados a prestar apoyo concreto en las circunstancias específicas que la mesa lo requiera y también acompañar los procesos que se den en la mesa, como justamente está el cese al fuego, lo que nos reúne acá," comenta. Así, la prioridad es brindar herramientas conceptuales, técnicas y metodológicas a sacerdotes y equipos de pastoral para el efectivo acompañamiento al Mecanismo de Monitoreo y Verificación en los territorios más afectados por el conflicto armado en el país.
Tras un año y algo más de trabajo Mons. Henao afirma que “el proceso ha ido avanzando, ya ha cumplido seis ciclos de negociación, ha definido un cese al fuego bastante prolongado, el más largo en la historia del ELN; se han definido unas zonas críticas humanitarias en las cuales se van a comenzar a desarrollar acciones dinámicas humanitarias y se ha puesto un mecanismo de marcha, un Comité Nacional de Participación que es el que va a recoger todas las propuestas de la ciudadanía, sobre todo en los territorios donde está presente el Ejército de Liberación Nacional (ELN) donde se requieren las transformaciones para superar la conflictividad actual".
Junto a las comunidades
El Encuentro Nacional de Delegados de las jurisdicciones eclesiásticas, es el segundo de su especie, la Iglesia colombiana se ocupa de capacitar, pero los avances pueden sentirse mucho más desde los contextos locales y regionales al apoyar el proceso de verificación de cese al fuego, al conocer los sufrimientos de la gente que no apaga sus esperanzas frente a los resultados de un proceso de paz que a veces avanza y en otras parece retroceder.
Para Henao la iglesia desde lo local y regional siempre tiene un diálogo permanente, una presencia en medio de las comunidades, está atenta a las situaciones de emergencia que se presentan y en este caso activa todo ese potencial de su presencia enorme en los territorios, para fortalecerla y servir de puente hacia los mecanismos de verificación y monitoreo.
“Nosotros somos monitoreo, ayudamos a que las comunidades se organicen y sean capaces de plantear alertas, de prevenir que no vaya a haber incidentes, prevenir que no vaya a haber rupturas. Esa será la labor de la veeduría. Entonces animamos a las comunidades, acompañamos y sobre todo, tratamos de acompañar a las víctimas, a las personas afectadas, a las comunidades que realmente han sufrido por la confrontación para que su clamor sea escuchado en la mesa”.