Avanza Encuentro sobre diálogo y amistad social en México Lizardo Estrada analiza los desafíos de Fratelli Tutti al mundo político
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¿Qué significa en mi vida constatar un clima de polarización y fractura social en mi país? ¿Qué sucede en lo profundo de mi corazón cuando me encuentro con el dolor de los demás?, fueron los interrogantes dieron paso a la reflexión sobre el rol de los políticos en México, Centroamérica y el Caribe
"La vida es posible si hay vínculos, relaciones, comunión y fraternidad. La vida es más fuerte cuando se construye a partir de relaciones verdaderas y lazos de fidelidad"
"La Iglesia y los creyentes comprometidos con la causa pública tienen entre sus retos, favorecer la construcción de un mundo abierto para propiciar esa verdadera amistad social”
"La Iglesia y los creyentes comprometidos con la causa pública tienen entre sus retos, favorecer la construcción de un mundo abierto para propiciar esa verdadera amistad social”
El Encuentro Fratelli Tutti sobre política, diálogo y amistad social avanza en el desarrollo de su agenda. El evento organizado por la Pontificia Comisión para América Latina y el Celam dedicó sus primeras reflexiones a las sombras de un mundo cerrado, tema de los capítulos I y II de la carta encíclica que da nombre al espacio, que desde lo metodológico ha combinado las conferencias magistrales con el trabajo grupal apelando a la conversación espiritual.
Las palabras de Mons. Joseph Spiteri, nuncio apostólico en México resonaron en el aula durante la primera jornada, dando paso a las preguntas que orientaron la reflexión en coherencia con la vida de los cristianos que tienen responsabilidades dentro de la vida pública y la política de Centroamérica y el Caribe.
¿Qué significa en mi vida constatar un clima de polarización y fractura social en mi país? ¿Qué sucede en lo profundo de mi corazón cuando me encuentro con el dolor de los demás?, interrogantes que precedieron la reflexión de Mons. Lizardo Estrada, sobre los capítulos III y V de la Encíclica Fratelli Tutti. Una disertación sobre la tarea de pensar y gestar un mundo abierto, buscando el mejor ejercicio de la política.
La intervención del secretario general del Celam recordó que son dos capítulos que se complementan y en su opinión "recogen de manera sintética, concreta y realizable un deseado horizonte el de la fraternidad universal". Tema de particular interés para quienes desde su rol al servicio de las comunidades, buscan ejercer una política coherente con la construcción del bien común. "Es claro que estamos en el modo de lo deseable", afirmó el prelado, “pero es algo que se puede alcanzar paso a paso, si se da una conjugación de diversas voluntades", esto sin desconocer que han de materializarse en acciones que el mismo documento propone.
![Encuentro Fratelli Tutti](https://www.religiondigital.org/2025/02/12/Encuentro_Fratelli_Tutti.png?hash=7552a86617b50c2d24bd2d4d8b983c477af4867b)
Vencer el individualismo
Citando la encíclica el prelado abordó el concepto de amistad social "la vida es posible si hay vínculos, relaciones, comunión y fraternidad. La vida es más fuerte cuando se construye a partir de relaciones verdaderas y lazos de fidelidad", es una forma del amor que resulta auténtico cuando las personas se dejan complementar y salen de sí mismas para acoger al otro valorando su existencia. Ideas que advirtió son muy lejanas para "quienes piensan que la grandeza del humano está en su capacidad de imponer ideologías, la defensa violenta de la verdad o las grandes demostraciones de fuerza".
Este amor afirma el obispo peruano, desafía la capacidad de apertura y acogida permanente como señala el Papa "es una aventura permanente que integra todas las periferias hacia un pleno sentido de permanencia mutua". Concepto que desde su perspectiva aplica para las regiones y los países; por ello, ha de entenderse que "la amistad social es la base para el amor que se extiende más allá de las fronteras, en cada ciudad o país".
Esfuerzo en el que aparecen latentes peligros como el racismo, la discriminación, los falsos universalismos y la creciente tendencia que acepta la asociación bajo una aparente identidad, pero que en realidad busca encerrarse en intereses particulares, evitando la alegría de convertirse en verdaderos hermanos y promoviendo con la actitud, un individualismo radical que el documento define como "el virus más difícil de vencer, porque engaña y nos hace creer que hay que debemos dar rienda suelta a nuestras ambiciones como si el acumular seguridades individuales nos llevara a construir el bien común".
Ante estos peligros afirma el obispo auxiliar de Cusco, la Iglesia y los creyentes comprometidos con la causa pública tienen entre sus retos “favorecer la construcción de un mundo abierto para propiciar esa amistad social”. Aspiración que de acuerdo con Fratelli Tutti pasa por el reconocimiento básico y esencial de la persona cuando afirma que “todo ser humano tiene derecho a vivir con dignidad y a desarrollarse integralmente. Este derecho básico no puede ser negado por ningún país". Frente a lo que el obispo advierte, “mientras que un sistema económico y social produzca una sola víctima y existan personas descartadas será imposible el anhelo de la fraternidad".
![Encuentro Fratelli Tutti](https://www.religiondigital.org/2025/02/12/Encuentro_Fratelli_Tutti.png?hash=df48ca0bb107e96477ea5b22078e167b40b78640)
Reivindicar la política
Objetivos difíciles de concretar ante los que la Encíclica muestra opciones para mantener el objetivo inicial sin desconocer las carencias o dificultades para alcanzarlos. Al respecto, Estrada invitó a vivir la solidaridad como una virtud moral y una actitud social, centrándose en el servicio y la acción comunitaria en la que resulta urgente insistir en la función social de la propiedad y velar porque los derechos sean inherentes a la vida de los pueblos. Realidades y desafíos para construir una verdadera humanidad que el representante del organismo de comunión episcopal, recuerda que en la encíclica aparece, cuando afirma que la buena política es un vehículo eficaz para alcanzar la fraternidad.
Quizás el mayor interrogante advierte Estrada, está en reconocer la categoría “pueblo” como "un concepto abierto, vivo, dinámico y con futuro" que incorpora al otro y está dispuesto a movilizarse, cuestionarse y dejarse enriquecer por otros”. En este camino la mejor política es la que supera los populismos que "esconden un desprecio de los débiles, los utilizan demagógicamente para sus fines o a través de formas liberales terminan sirviendo a los intereses de los poderosos".
Se trata de levantar el habitual descrédito de la política, que Estrada sugiere como un paso necesario para lograr una política sana tal y como afirma el documento. "Cuando alguien pasa de ayudar a una sola persona para unirse a otros y generar procesos sociales de fraternidad y justicia para todos, entra en el campo de la caridad más amplia, la caridad política, avanzando hacia un orden social y político cuya alma es la caridad social".
![Encuentro Fratelli Tutti](https://www.religiondigital.org/2025/02/12/Encuentro_Fratelli_Tutti.png?hash=9395c0e2e4bfc954f77447333ad73fcb037e26dd)
El amor como tarea
En palabras sencillas la idea es promover un amor social, efectivo, donde la caridad política integre y reúna, asumiendo que la ternura no es ajena a la política y sus actores llamados a vivir el amor, porque para Mons. Estrada, el político debe ser "capaz de interpretar el sentir de un pueblo, su dinámica cultural y las grandes tendencias de una sociedad, prestando un servicio de aglutinamiento y conducción, que es la base para un proyecto duradero de transformación y crecimiento que implica tener la capacidad de ceder lugar a otros en pos del bien común".
Necesidad que convierte el amor en una tarea urgente. Desde lo práctico señala el obispo, surgen tareas y acciones que deben reforzarse a partir del documento. El llamado a los hombres de la vida pública es a trabajar para superar la inequidad, garantizar el trabajo, promover la verdadera caridad y la conciencia de la conversión, porque el mercado no lo resuelve todo y es necesario reivindicar formas de organización locales como los movimientos populares e internacionales.
El objetivo es entender que "ante el debilitamiento del poder de los estados nacionales, la economía transnacional y su predominio sobre la política urgen instituciones internacionales organizadas que cuenten con autoridades designadas equitativamente para garantizar un acuerdo entre los gobiernos nacionales y el suficiente poder para sancionar". De esta forma el prelado recuerda la invitación de la Encíclica a replantear el rol de organismos como la ONU para que evite el derecho a la fuerza y fortalezca la fuerza del derecho.
Reflexiones que el secretario general del Celam cerró planteando un sueño presente en la Encíclica Fratelli Tutti: "la paz real y duradera, solo es posible desde una ética global de solidaridad y cooperación al servicio de un futuro plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad entre toda la familia humana".