Hace dos días recibí una llamada: “Hermana he aprobado todo el curso”. La que me llamaba es una madre soltera con dos hijos que quiere estudiar auxiliar de enfermería. Trabajar y estudiar no siempre es fácil y más para una persona extranjera que tiene la dificultad de la lengua.
Me alegré mucho con esta buena noticia. Estoy cierta de que sacará adelante los estudios. Es una mujer tenaz y responsable, con aptitud para ayudar a los demás.
Actualmente trabaja en un albergue del ayuntamiento, las personas acogidas en él, como es de imaginar, no son un modelo pero ella las sabe llevar y todos aprecian su trato amable y su preocupación por sus problemas. Cuando llega al trabajo se olvida de los que ella tiene y se vuelca a ayudar a los usuarios del albergue.
Doy gracias al Señor por esta buena noticia y le pido que la sostenga en su quehacer cotidiano y que pueda labrarse un futuro mejor. Recemos por tanta gente buena que lucha por tantas cosas sin tener nada.