Miedo... Silencio oscuro

El miedo al silencio que enfría la vida… sólo puede ser superado si tenemos la mirada en confiar en aquel que da vida

Silencio

Cuando nos sentimos tristes solemos decir que la oscuridad ha llegado a nuestra vida, que en nosotros habita algo negro que no deja ver la realidad. La oscuridad muchas veces asusta, en muchas ocasiones… y es que no poder ver con claridad provoca en nosotros inseguridad y miedo.

Si lo pensamos bien, el silencio es algo positivo porque nos ayuda a crecer interiormente; el silencio nos da la oportunidad de conocernos a nosotros mismos, provoca paz, serenidad, encuentro personal…; pero es verdad que, si a ese silencio le ponemos el apellido de la oscuridad, la cuesta arriba se hace muy dura. El silencio oscuro no ayuda a caminar, pero debería de provocar en nosotros justamente lo contrario. Si sabemos que hay algo que es negativo, negro… que no nos deja avanzar, tendríamos que ser valientes y fuertes para convertir lo escabroso en llano y lo oscuro en luz.

 “Una sola Palabra tenía Dios para decirnos, y esta Palabra es Jesucristo, y Dios la pronuncia en el eterno silencio. Y es en el silencio donde ha de ser escuchada por el alma” (San Juan de la Cruz)

El miedo a la oscuridad, a lo que no vemos; el miedo al silencio que enfría la vida… sólo puede ser superado si tenemos la mirada en confiar en aquel que da vida, que crea vida y que regala vida. Dios nos ofrece dicha vida para que sea vivida con alegría, por eso, aún en el silencio Dios se hace presente para pronunciar nuestro nombre y amarnos.

Volver arriba