Salmo 52 El orgullo del malvado

Malvado
Malvado

El autor del salmo tampoco canta su justicia sino la justicia de Dios.

El salmo 52 (51) relata las maldades del impío.

¿“Por qué te glorias de la maldad y te envalentonas contra los piadosos”? Buen inicio para declarar la insolencia del malvado. Todo el salmo es un rosario de improperios contra el malvado. “Prefieres el mal al bien, la mentira a la honradez; prefieres las palabras corrosivas, lengua embustera”.

El salmista pone en guardia al que obra con  maldad: “Pues Dios te destruirá para siempre, te abatirá y te barrerá de tu tienda; arrancará tus raíces del suelo vital”. Así que el autor del salmo no se anda con chiquitas para advertir al injusto de sus maldades.

Luego apela a los justos que se reirán de él: “Mirad al valiente que no puso su apoyo en Dios, confió en sus muchas riquezas, se insolentó en sus crímenes”.

Sigue luego la confesión del justo: “Pero yo como verde olivo en la casa de de Dios, confío en la misericordia de Dios por siempre jamás”. El autor del salmo tampoco canta su justicia sino la justicia de Dios.

Termina el poema con una acción de gracias: “Te daré siempre gracias porque has actuado; proclamaré delante de tus fieles: Tu nombre es bueno”.

Olivo verde

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