Confianza en Dios... La viuda de Sarepta
Siempre pienso que el texto es demasiado breve y nos esconde todo el sufrimiento, el llanto, el dolor de aquella mujer que no tiene comida alguna para su hijo ni para ella. Esta situación se ha repetido hoy aunque sea de un modo diferente. En esta etapa de confinamiento, de paro, muchas familias se están viendo obligadas a buscar quien les puede ofrecer el pan que necesitan para los suyos y aunque a muchos no nos afecte directamente ahora, conocemos cuanto sufrimiento genera esta situación.
| Gemma Morató / Hna. Carmen Solé
El breve texto de I Re 17, 10-15, nos presenta la actuación abnegada y fiel de aquella mujer viuda, dispuesta ya a aceptar la muerte junto con su hijo a causa de hambruna que azota su ciudad y contra la que nada pueda hacer. El profeta Elías, le pide que le de pan aun antes de hacerlo para ella misma y la mujer responde con generosidad a la petición del profeta y esta será precisamente la causa de su salvación: no faltará ni el aceite ni la harina para esta familia mientras dure la sequía, y así, se salvará su vida y la de su hijo.
Siempre pienso que el texto es demasiado breve y nos esconde todo el sufrimiento, el llanto, el dolor de aquella mujer que no tiene comida alguna para su hijo ni para ella. Esta situación se ha repetido hoy aunque sea de un modo diferente. En esta etapa de confinamiento, de paro, muchas familias se están viendo obligadas a buscar quien les puede ofrecer el pan que necesitan para los suyos y aunque a muchos no nos afecte directamente ahora, conocemos cuanto sufrimiento genera esta situación.
¿Cómo se escucha el llanto, el lamento de un hijo que tiene hambre y pide lo que es esencial para vivir? ¿cómo se le puede explicar a un niño que un virus ha cambiado de tal forma la vida de todos que aquello que antes era normal, como poder comer o ir a la escuela o jugar o correr o pelear con los amigos, ahora no es posible?
La mujer de Sarepta sabe que va a morir y que verá morir a su hijo, pero es generosa y confía en aquel que le pide pan, ella morirá después. Puede sernos el ejemplo para confiar en Dios por encima de todo, incluso en si nos hallamos en penosas circunstancias que nos hacen pensar ya en el fin de la vida, Dios se nos hará presente.
No podemos dudarlo, Dios nos ama y nos ayudará, nos devolverá la vida, la confianza, la ilusión, la paz.