Carta a la Vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo José I. González Faus: "Déjeme decirle que gestionaron la exhumación de Franco de una manera absolutamente chapucera"
"El nuncio podría haberse ahorrado esas declaraciones, aunque solo fuese por no crearle más problemas a Francisco"
"Nuestra pretendida democracia política está inserta en una dictadura económica que imposibilita los derechos sociales aunque jalee algunos derechos civiles"
"El día en que el dictador salga de Cuelgamuros (donde ya no está), no habrá un solo español que por eso deje de pasar hambre o de ser explotado laboralmente"
"El día en que el dictador salga de Cuelgamuros (donde ya no está), no habrá un solo español que por eso deje de pasar hambre o de ser explotado laboralmente"
Estimada señora ministra: He dejado pasar unos días a ver si estábamos todos más tranquilos. Pero quisiera comentar un poco las dichosas declaraciones del Nuncio del Vaticano de que Uds no habían hecho más que “resucitar a Franco”, con toda su obsesión por sacarle de ese valle que, más que “de los caídos”, debería llamarse “valle de los derribados”...
1.- Vaya por delante mi impresión de que el nuncio podría haberse ahorrado esas declaraciones, aunque solo fuese por no crearle más problemas a Francisco. No pretendo pues defenderlas. Pero tengo la impresión de que al decir eso hablaba como italiano más que como eclesiástico. Cuando algunos italianos miran nuestra política, les brota aquel comentario del inefable Andreotti: “manca finezza”. Y esto es lo que ahora luego intentaré explicarle.
2.- Antes, quiero añadir también que no tomaré como "venganza" si Uds abordan una revisión de la situación fiscal de la Iglesia (Ibis y demás). Por si no lo sabe, la misma Iglesia ha declarado que no quiere privilegios y que está dispuesta a renunciar incluso a privilegios que fuesen justos, si provocan escándalo (cf. GS n. 76). Ya ve que hasta le doy argumentos... Con todo, tengan en cuenta también que Uds son el partido que tiene más mala fama de anticlerical y anticristiano, pese a la cantidad de cristianos que les votan y militan en el PSOE. Supongo que esto ya lo saben.
3.- Hechas estas dos aclaraciones, déjeme decir que hay algo que puede justificar aquellas declaraciones (que mejor hubiera sido no hacer). Y es la manera absolutamente chapucera con que Uds gestionaron ese asunto. Lo menos que se puede pedir a los políticos es que haga bien aquello que hacen Y, como dijo Terradellas, lo peor que puede hacerse en política es el ridículo. A esto me referí con lo de “manca finezza”.
Fíjese: ustedes estuvieron anunciando que “el mes que viene” Franco saldría de Cuelgamuros, sin haberse molestado antes en estudiar cómo estaban las cosas, sin haber negociado antes con su familia (y, por más que Franco fuera un dictador, sus familiares tienen derechos como todo ser humano), sin haber previsto que una tumba en La Almudena era todavía más peligrosa que en Cuelgamuros. Dijeron luego que el Vaticano les había dado la razón, y el Vaticano tuvo que desmentir que solo había manifestado su neutralidad, cosa mucho más lógica…
Señora ministra: no se pueden hacer la cosas tan mal, ni aunque se trate de cosas buenas. Visto lo chapucero que fue todo, aún me alegro de que el nuncio sea italiano pues así habla solo de “resurrección”. Porque, de haber sido español, podría haber dicho que Uds habían convertido al dictador en un nuevo “Cid campeador, que ganaba batallas después de morir”. ¿Era necesario hacerlo todo tan mal?
Puedo comprender que había una falta de experiencia en la gestión política pero (para no citarle nada de la Biblia), Uds deberían reconocer aquella enseñanza del Tao: la humildad es la raíz de la que brota la grandeza. Solo una vez hemos oído en este país aquello de “lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir”. Creo que el país necesita oír eso algunas veces más. Y no espero que sea la derecha quien diga nada así.
4.- Y algo todavía peor: muchos ciudadanos piensan que aquellas prisas enmascaraban un afán por presentarse como izquierdosos cuando estaban descuidando las obligaciones más serias y más urgentes que tienen hoy las izquierdas y que aún están por hacer: acabar con la ley de reforma laboral, con la ley mordaza y legislar contra el robo en los alquileres. “Eso es lo que habría que hacer, aunque no se olvidara lo otro”, dijo una vez Jesús de Nazaret, aludiendo a algunos que “pagan el impuesto de la menta y el comino, pero se olvidan de la justicia”. Y parece que nuestros políticos, todos, prefieren dedicarse a hacer solo eso otro, olvidando aquello más importante que había que hacer.
Le reconozco que eso más importante y más urgente es también mucho más difícil: porque nuestra pretendida democracia política está inserta en una dictadura económica que imposibilita los derechos sociales aunque jalee algunos derechos civiles. No olvido nunca la frase de Lula da Silva: “yo tengo el gobierno, pero no tengo el poder”. Sé que eso les pasa también a Uds. Pero, por lo menos, díganlo claramente y no traten de enmascarar su impotencia bajo eso que suelo llamar “izquierdas de plástico”.
5.- En resumen, mi querida señora: si me he explicado bien, no vale decir que quienes han criticado su gestión de ese asunto es porque son franquistas o amantes del dictador. Reconozco que yo no fui de los más maltratados por la dictadura: una vez me multaron un artículo, y otra vez me paró la policía cuando llevaba el coche repleto de papeles “subversivos” que traía de una parroquia de un barrio de Sabadell, donde habían detenido al párroco, y fui corriendo a recoger todo aquel papelorio. Mientras procuraba no parecer nervioso porque esto podría inducir al poli a decirme que abriera el coche, oí que me decían: “ha pisado Vd una raya contínua”; y mi alivio fue tan grande que respondí al policía: “perdone, es que yo soy cura y ya sabe Ud que los curas vivimos un poco en la luna…” Con lo cual, sonrió y me dejó seguir adelante.
No tengo más de qué presumir. Pero sé también que el día en que el dictador salga de Cuelgamuros (donde ya no está), no habrá un solo español que por eso deje de pasar hambre o de ser explotado laboralmente. Eso es lo que me preocupa, aunque puedo firmar unos versos de León Felipe (gran poeta que he descubierto un poco tarde) que hablan de “el sapo Iscariote y traidor repartiendo castigos y premios / en nombre de Cristo: / con la efigie de Cristo prendida del pecho…”.
En fin, señora ministra: si, como parece, van a seguir gobernando Uds, les deseo el máximo acierto en tarea tan compleja. Y le repito la frase que un cardenal dijo a Francisco el día de su elección: “no te olvides de los pobres”. No lo tendrán fácil porque, como dice el filósofo Joan García del Muro (autor de Good bye veritat), la era de la postverdad consiste en que cada cual dice que “la verdad es aquello que yo quiero que sea verdad”. Lo cual está dando lugar a la era de la agresividad.
Yo no quisiera haber sido agresivo; solo dejar por las nubes una opinión más. Pero comprenda Ud que resulta intolerable y escandaloso el que ante hechos tan concretos (y que ya no son interpretaciones) como que "Iglesias pidió una vicepresidencia y el ministerio de trabajo", unos puedan decir que dijo eso y otros que no dijo nada de eso. Uno de los dos miente olímpicamente. Y nuestra ciudadanía debería acostumbrarse a castigar muy seriamente la mentira detectada en cualquier político, con una retirada masiva de votos. Porque si no, la era de la postverdad seguirá siendo la era de la agresividad.