El religioso de los Sagrados Corazones lleva 40 años en el país al que hoy llega el Papa Antonio Riaño, misionero en el Congo: "Francisco viene a visitar un país desgarrado por una guerra que se ha cobrado ya varios millones de víctimas"
"El viaje del Papa es un viaje de esperanza y de apoyo. Viene a visitar un país desgarrado por una guerra que se ha cobrado ya varios millones de víctimas"
"Su presencia es un mensaje fuerte para la comunidad internacional que cierra los ojos a todo lo que ocurre en la RDC y que es cómplice en todos los desmanes que se producen en el país"
"El Papa viene a Kinshasa, donde se supone que su seguridad personal está garantizada por el Estado. Personalmente, me producen más inquietud las grandes aglomeraciones de la población que no es especialmente ordenada ni disciplinada"
"Los cristianos católicos, en buena parte, están comprometidos en el desarrollo del país, en la implantación de la justicia, en la búsqueda de la paz, pero van perdiendo terreno ante la influencia de las iglesias evangélicas y pentecostalistas y, en los jóvenes, se siente una cierta defección"
"El Papa viene a Kinshasa, donde se supone que su seguridad personal está garantizada por el Estado. Personalmente, me producen más inquietud las grandes aglomeraciones de la población que no es especialmente ordenada ni disciplinada"
"Los cristianos católicos, en buena parte, están comprometidos en el desarrollo del país, en la implantación de la justicia, en la búsqueda de la paz, pero van perdiendo terreno ante la influencia de las iglesias evangélicas y pentecostalistas y, en los jóvenes, se siente una cierta defección"
Antonio Riaño, burgalés de Belorado, puede hablar con conocimiento de causa de la situación de la República Democrática del Congo (RDC), a donde viaja el papa Francisco en la primera etapa de su viaje a África que, hasta el próximo 5 de febrero, le llevará a visita también Sudán del Sur. Y es que, el próximo 28 de julio, hará nada menos que 40 años que partió hacia aquel país, donde es profesor en el Colegio P. Damián, además de participar en la pastoral de la parroquia San Athanase con otros tres sacerdotes, dos del Congo y uno de Mozambique, en la periferia Este de Kinshasa, en los barrios Sakombi y Kimbunda, a unos 30 kilómetros del centro.
Y pudiendo hablar de su dilatada y aquilatada experiencia en el Congo, sin embargo prefiere hacer esta entrevista respondiendo una vez que ha compartido las preguntas con sus hermanos de la comunidad de los Sagrados Corazones, dos sacerdotes congoleños, los P. León y Camille, este último superior provincial y copresidente de la conferencia de religiosos y religiosas de Kinshaha, en lo que es un ejemplo de quien quiere dar la voz a quienes están llamados a protagonizar la nueva etapa del catolicismo en África: los pastores allí nacidos.
¿Qué país se va a encontrar el Papa cuando llegue, dentro de unos días, a República Democrática del Congo?
Un país joven: el 60% de la población tiene menos de 30 años; un país políticamente en ebullición, pues 2023 es año de elecciones, entre ellas la presidencial; un país cansado de promesas y proyectos que nunca se cumplen; un país enredado en conflictos tribales y agredido en la frontera Este por grupos militares rebeldes; un país que cree en Dios, al que alaba, aplaude, implora y canta, pero se sustrae de sus responsabilidades personales; un país escandalosamente rico con una población mayoritariamente pobre; un país saqueado por propios y extraños, a merced de los bandazos de la Comunidad internacional; y, sobre todo, un país con ganas de vivir... mejor y en paz.
¿Hay expectativa entre la población por este viaje? ¿Qué cree que espera la gente de la presencia de Francisco en su país?
El viaje del Papa es un viaje de esperanza y de apoyo. Viene a visitar un país desgarrado por una guerra que se ha cobrado ya varios millones de víctimas. Como Jefe espiritual que es, los congoleños esperan que haga una llamada a la paz, a la reconciliación, al amor fraterno. Como jefe de Estado, que condene con energía las masacres que se producen al Este del país y también la corrupción, el fraude y la injusticia que se han instalado en la sociedad congoleña. Cuando una sociedad está hastiada de tanto sufrimiento, es comprensible que ponga su confianza en que el prestigio humano y espiritual del papa Francisco provoquen la inversión de la línea de sus desgracias.
¿Qué cree que les dirá Francisco?
El Papa ama el Congo y a su población. Primeramente, viene para fortalecer la reconciliación y la paz, invitando a cada uno a profesarlas personalmente para que puedan implantarse en la sociedad. En segundo lugar, su presencia es un mensaje fuerte para la comunidad internacional que cierra los ojos a todo lo que ocurre en la RDC.
Sin duda, el Papa apelará a la paz y a la reconciliación. ¿Cree que le harán caso las autoridades?
Las autoridades locales esperan mucho de la visita del Papa pues su palabra tiene más credibilidad que la de la mayoría de los políticos. ¿Lo escucharán? Como vemos en otros lares, lo harán en la medida en que apoye sus intereses particulares, en caso contrario...
La RDC es uno de los países más ricos del mundo y, sin embargo, está atravesado por la miseria. ¿Cómo se puede explicar?
Dos son las causas principales: la codicia de la clase dirigente, que confisca en provecho propio los recursos del país; y el saqueo sistemático de estos mismos recursos por parte de las multinacionales.
¿Ha dejado la comunidad internacional abandonada a su suerte a la RDC?
Esa es la impresión generalizada entre la población. La comunidad internacional es cómplice en todos los desmanes que se producen en la RDC. Con frecuencia emplea el sistema de "dos pesos, dos medidas".
Que un Papa en silla de ruedas, o como poco, apoyado en un bastón, visite uno de los lugares más peligrosos del mundo, ¿qué les dice a ustedes como cristianos?
Decir que el Congo es uno de los países más peligrosos del mundo me parece exagerado y no creo que pueda aplicarse a la totalidad del territorio que, no lo olvidemos, es muy vasto. El Papa viene a Kinshasa donde se supone que su seguridad personal está garantizada por el Estado. Personalmente, me producen más inquietud las grandes aglomeraciones de la población que no es especialmente ordenada ni disciplinada. Pero, precisamente ahí, es donde deberá manifestarse el sentido cívico de los miembros de la Iglesia y su capacidad de organización.
Que venga en silla de ruedas es una deferencia por su parte, aceptar un desplazamiento que no le resulta cómodo es un signo de amor: "Más vale ayudar a un amigo en el duelo que en la fiesta", dicen por aquí.
¿Cómo es la situación de los cristianos, de los católicos, en la RDC?
Los cristianos católicos, en buena parte, están comprometidos en el desarrollo del país, en la implantación de la justicia, en la búsqueda de la paz, pero van perdiendo terreno ante la influencia de las iglesias evangélicas y pentecostalistas y, en los jóvenes, se siente una cierta defección.
Hemos asistido apenas 15 días antes de este viaje apostólico a episodios de violencia, a atentados contra iglesias. ¿Se está pretendiendo erradicar la huella cristiana de algunos lugares del país? ¿Hay peligro de una islamización fundamentalista en la RDC?
El Congo sigue siendo mayoritariamente cristiano. El episodio mencionado no favorece la implantación del Islam, que también busca la paz. Se trata más bien de un acto que provoca miedo en la población para inducirla a abandonar sus tierras.
¿Cuáles son los retos más acuciantes hoy para la RDC?
La situación social de la población; la distribución equitativa de las riquezas; el crecimiento económico; la enseñanza y la sanidad; la unidad nacional; la reorganización del Ejército; y el transporte. Casi todo, pues es un país por hacer.