La APAV estuvo en funcionamiento las 24 horas del día del 26 de julio al 6 de agosto La Asociación portuguesa de Apoyo a la Víctima detectó cuatro posibles casos de tráfico de personas en la JMJ
La Asociación portuguesa de Apoyo a la Víctima (APAV) registró cuatro posibles casos de tráfico de personas durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, que tuvo lugar del 1 al 6 de agosto, tras recibir un total de 30 peticiones de ayuda
La iniciativa partió de un protocolo entre la Fundación JMJ Lisboa 2023 y la APAV para prevenir y apoyar a quienes sufrieran un delito, el primer acuerdo de este tipo en el evento católico, que en su edición en Portugal congregó a cerca de un millón y medio de participantes
Los técnicos de la APAV, entre 20 y 25 personas, tenían formación en criminología, derecho, psicología y otras disciplinas, y trabajaban en conjunto con las fuerzas de seguridad y otras entidades, como embajadas
Hubo 5 situaciones de estafa (16,7%), 4 situaciones de robo (13,3%), 3 situaciones de acoso sexual (10%) y 2 situaciones de coacción/acoso (6,7%): "Es esperable que todavía puedan surgir más peticiones de apoyo en un futuro próximo"
Los técnicos de la APAV, entre 20 y 25 personas, tenían formación en criminología, derecho, psicología y otras disciplinas, y trabajaban en conjunto con las fuerzas de seguridad y otras entidades, como embajadas
Hubo 5 situaciones de estafa (16,7%), 4 situaciones de robo (13,3%), 3 situaciones de acoso sexual (10%) y 2 situaciones de coacción/acoso (6,7%): "Es esperable que todavía puedan surgir más peticiones de apoyo en un futuro próximo"
| RD/EFE
La Asociación Portuguesa de Apoyo a la Víctima (APAV) registró cuatro posibles casos de tráfico de personas durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, que tuvo lugar del 1 al 6 de agosto, tras recibir un total de 30 peticiones de ayuda.
"Fueron registradas cuatro situaciones de sospecha de tráfico de personas (13,3%) supuestamente practicado por empresas subconcesionarias de otras que fueron contratadas para operar en la JMJ", informó la APAV en un informe divulgado este lunes.
"Esa situación, recibida tras el fin de la JMJ, fue inmediatamente comunicada a la Policía Judicial para investigación", añade el texto, que no avanza más detalles sobre este caso.
Por otra parte, se produjeron 5 situaciones de estafa (16,7%), 4 situaciones de robo (13,3%), 3 situaciones de acoso sexual (10%) y 2 situaciones de coacción/acoso (6,7%).
Doce situaciones (40%) no hacían referencia a ningún crimen, como por ejemplo pedidos de información sobre vuelos.
De todas estas peticiones, cinco fueron de ciudadanos portugueses; 11 de otros países europeos; 2 de África; 6 de Sudamérica; 3 de Asia y 3 de nacionalidad desconocida.
"Es esperable que todavía puedan surgir más peticiones de apoyo en un futuro próximo, en la medida en la que no siempre las víctimas se sienten cómodas para pedir ayuda o siquiera tomar cualquier tipo de medida inmediatamente después de haber sufrido una situación de crimen o violencia", destaca el informe.
La iniciativa partió de un protocolo entre la Fundación JMJ Lisboa 2023 y la APAV para prevenir y apoyar a quienes sufrieran un delito, el primer acuerdo de este tipo en el evento católico, que en su edición en Portugal congregó a cerca de un millón y medio de participantes, liderados por el papa Francisco.
La APAV estuvo en funcionamiento las 24 horas del día del 26 de julio al 6 de agosto, dio formación a 24.400 personas (entre organizadores y voluntarios) y registró que más de 15.000 personas visualizaron la página web creada con motivo de la JMJ.
"Cumplidas todas las etapas del protocolo, el balance de esta intervención es extremadamente positivo, volviendo visible un extenso trabajo de organización y coordinación", subraya el texto, que matiza que ha sido "una iniciativa desafiante".
Los técnicos de la APAV, entre 20 y 25 personas, tenían formación en criminología, derecho, psicología y otras disciplinas, y trabajaban en conjunto con las fuerzas de seguridad y otras entidades, como embajadas.
La edición de la JMJ en Lisboa se celebró bajo la sombra de la pederastia en el seno de la Iglesia católica lusa, que ha dejado en las últimas siete décadas más de 4.800 víctimas, según un informe divulgado por expertos en febrero.
Sin cabida en la agenda oficial de la JMJ, el papa Francisco se reunió en la capital lusa con un grupo de afectados y pidió ante el clero "una purificación humilde y constante" y que las víctimas "sean siempre acogidas y escuchadas".
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