Consideran a la Institución responsable subsidiaria en el caso de curas fallecidos La Asociación de víctimas de abusos en la Iglesia de Portugal luchará por las indemnizaciones
La asociación creada por víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia en Portugal va a luchar por conseguir indemnizaciones para los afectados que las soliciten
Hasta ahora la Iglesia lusa no se ha ofrecido a indemnizar a las víctimas y ha defendido que la ley establece que el responsable de un delito es la persona que lo cometió
La Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) creó a finales de 2021 una comisión de expertos a la que encargó estudiar la dimensión de la pederastia en Portugal, concluyendo que desde 1950 hay al menos 4.815 víctimas en el país
La idea de crear una asociación de víctimas surgió a raíz de la "indignación" que sintieron por la respuesta que dio la Iglesia portuguesa a los resultados del informe, según António Grosso, cofundador de la asociación Corazón Silenciado
La Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) creó a finales de 2021 una comisión de expertos a la que encargó estudiar la dimensión de la pederastia en Portugal, concluyendo que desde 1950 hay al menos 4.815 víctimas en el país
La idea de crear una asociación de víctimas surgió a raíz de la "indignación" que sintieron por la respuesta que dio la Iglesia portuguesa a los resultados del informe, según António Grosso, cofundador de la asociación Corazón Silenciado
| RD/EFE
La asociación creada por víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia en Portugal va a luchar por conseguir indemnizaciones para los afectados que las soliciten y considera que la Iglesia debe ser responsabilizada como institución en casos de curas fallecidos.
"Nosotros avanzaremos para ayudar a esas víctimas a través de procesos jurídicos, para requerir esa debida indemnización", dijo en declaraciones a EFE uno de los tres fundadores de la asociación Corazón Silenciado, António Grosso.
Hasta ahora la Iglesia lusa no se ha ofrecido a indemnizar a las víctimas y ha defendido que la ley establece que el responsable de un delito es la persona que lo cometió.
Lo único que ha admitido es que cumplirá si la Justicia dicta que la Iglesia, como institución, debe hacerlo.
"No vamos a vaciar el patrimonio de la Iglesia portuguesa ni los cofres de Fátima", señaló Grosso, que fue objeto de abuso entre los 10 y los 12 años en un seminario en Santarém y posteriormente en una casa refugio de Cova da Iria, en la década de los 60. Pero la asociación sí ayudará a las víctimas que quieran pedir una indemnización.
"La palabra 'indemnización' no forma parte del léxico de la Iglesia portuguesa en la cuestión de los abusos, sino que habla de 'reparación'"
"Principalmente las que fueron abusadas más recientemente y sus abusadores están vivos. O incluso los que no lo estén y la Iglesia debe ser responsabilizada como institución", defendió.
El cofundador recuerda que la palabra "indemnización" no forma parte del léxico de la Iglesia portuguesa en la cuestión de los abusos, sino que habla de "reparación".
"No sé si quieren una reparación espiritual o si quieren realmente una indemnización material", cuestionó.
Grosso recordó que en otros países como Estados Unidos, Francia, Austria, Canadá o Australia ya se ha hablado de indemnizaciones, por lo que no es un "caso nuevo".
"António Grosso: 'En Portugal, la reacción fue de autodefensa, de justificación, de pedir perdón y pedir perdón y pedir perdón, pero después, acción, nada'"
En Portugal, "la reacción fue de autodefensa, de justificación, de pedir perdón y pedir perdón y pedir perdón, pero después, acción, nada", lamentó.
La Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) creó a finales de 2021 una comisión de expertos a la que encargó estudiar la dimensión de la pederastia en Portugal, que relató en su informe final, divulgado el pasado febrero, que desde 1950 hay al menos 4.815 víctimas en el país.
La Iglesia lusa dejó a criterio de los obispos la suspensión de sacerdotes en activo sospechosos de abusos y desde entonces al menos trece padres han sido apartados de sus funciones en distintas diócesis del país, en especial en Lisboa y Oporto.
Tras la disolución de la comisión de expertos, la Iglesia católica ha creado a un nuevo grupo de trabajo, llamado Vita, que pretende atajar la pederastia con apoyo a las víctimas y a los abusadores.
La idea de crear una asociación de víctimas surgió a raíz de la "indignación" que sintieron por la respuesta que dio la Iglesia portuguesa a los resultados del informe, según Grosso.
Corazón Silenciado ultima sus estatutos para obtener su registro legal como asociación.
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