Palabras revolucionarias
El cardenal explicó que las palabras de San Benito en la Regla siguen siendo "revolucionarias" y "válidas para todos los cristianos". El presidente de los obispos italianos especificó que: "Ser cristiano en el mundo contemporáneo, de hecho, significa esencialmente tomar la experiencia de Cristo y hacerla nuestra. ¿Y cuál es la experiencia de Cristo? La experiencia de Cristo son las Bienaventuranzas. Ciertamente las Bienaventuranzas son para nosotros también una enseñanza moral, pero expresan el corazón palpitante del Evangelio, son nuestra regla de vida, son un don de la gracia, pero también son fruto de la oración constante y del abandono total a la acción del Espíritu", señaló, precisando que "podemos leer las Bienaventuranzas a lo largo de nuestra vida, pero no se improvisan dentro de nosotros". Cristo no se traduce en nosotros, excepto en la oración y el abandono total a la acción del Espíritu".
El carné de identidad del cristiano
El cardenal Bassetti recordó que el propio Papa Francisco recomendó aprender de memoria las palabras de las Bienaventuranzas, porque esas palabras representan "el carné de identidad del cristiano", un verdadero "mapa de la vida" del que no se puede prescindir. "Una tarjeta de identidad para tener siempre con nosotros. En todos los ámbitos de la acción humana, en la familia y en la escuela, en el trabajo y en el ocio, todo cristiano está llamado a encarnar las Bienaventuranzas con actos concretos y no sólo con palabras. Incluso en la vida política y en el ejercicio del poder, el cristiano está llamado a dar testimonio de este pasaje del Evangelio".
Convertirse en embajadores de Cristo
El Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana volvió finalmente para hablar del difícil período que estamos viviendo, señalando el camino para responder mejor a los desafíos impuestos por la pandemia: "No sólo necesitamos grandes expertos o técnicos, sino sobre todo hombres y mujeres que se conviertan en embajadores de Cristo", aclaró, "hombres y mujeres que, como los centinelas de la casa de Israel, respondan a una misión divina, expresen su vocación con pasión y generosidad y se pongan a disposición de la comunidad", subrayó, y añadió que "después de este terremoto mundial causado por la pandemia nos encontramos ante una encrucijada de época": O reconstruimos un mundo con hambre de justicia o seremos testigos del declive de nuestra civilización como espectadores irrelevantes. Como hombres y mujeres, es decir, que no tienen nada más que decir y dar a la sociedad contemporánea". "Ante el riesgo de una crisis de época", concluyó el presidente del CEI, "debemos comportarnos como San Benito: rezar y trabajar por el renacimiento de nuestro país, nuestro continente y nuestra civilización.