"El Papa es claramente un reformador", dice el presidente de los obispos alemanes Bätzing: "Los casi diez años de Francisco son un golpe de suerte para la Iglesia católica"

Monseñor Georg Bätzing
Monseñor Georg Bätzing

"Francisco ve ve que la Iglesia sólo sobrevivirá si se escucha a todos. Ya no podremos quedarnos atrás. Pero aún hay mucho margen de mejora cuando se trata de procesos transparentes de toma de decisiones que implican a muchos”, indica

Una de las cuestiones que ahora preocupa al obispo de Limburgo Es "una posible ordenación sacerdotal de hombres casados, los llamados viri probati. Hace poco ordené diáconos casados e interiormente me pregunté: ¿Por qué no van a poder ser sacerdotes?”

"Hemos calculado que ahora probablemente estamos ahorrando 6.000 toneladas de CO2 en la Diócesis", reconoce Bätzing al analizar las medidas que han debido tomar por el alza de precios de la calefacción por la invasión rusa de Ucrania

Al obispo de Limburgo, George Bätzing, de 61 años, le ha tocado un duro período en la Iglesia de Alemania para ser el presidente de su Episcopado. Con una sangría de bajas debido al escándalo de los abusos sexuales, con una credibilidad a nivel social por los suelos, con un nivel de critica interna fortísimo, sobre todos entre el laicado y la vida religiosa, con un debate no menos intenso que busca reformas a través del Camino Sinodal, que genera muchas suspicacias en Roma, este pastor, lejos de parapetarse en el silencio, no rehúye las entrevistas ni ofrecer su visión -dolorida, eso sí- del trascendental momento que atraviesa la institución eclesial en el país. Es lo que acaba de hacer en el portal Katholisch.

Preguntado sobre si ve más al papa Francisco como un reformador o como un freno para las reformas, Bätzing lo tiene claro: “El Papa es claramente un reformador. Los casi diez años de Francisco son un golpe de suerte para la Iglesia católica, no sólo por su propia credibilidad en la vida y en el anuncio, sino también respecto a los caminos que abre. Aunque a veces nos confronta críticamente en Alemania. Él ve: La Iglesia sólo sobrevivirá si se escucha a todos. Ya no podremos quedarnos atrás. Pero aún hay mucho margen de mejora cuando se trata de procesos transparentes de toma de decisiones que implican a muchos”.

"Voluntad de cambio"

El obispo de Limburgo reconoce la actual desafección que se da entre muchos católicos alemanes y asegura haber leído a fondo el informe de la Fundación Bertelsmann que sostiene que uno de cada cuatro miembros de la Iglesia en Alemania está pensando en abandonarla. “Para mí -señala el pastor- es importante que la gente perciba nuestra voluntad de cambio. Por supuesto, eso no basta para que la gente vuelva en masa. A menudo se trata de procesos de alienación que se han desarrollado durante años o décadas. Tenemos que dialogar con la gente y preguntarle: ¿Qué necesita de nosotros? De este modo, puede ocurrir que vuelvas a reconocer más claramente la fe como opción para tu vida y la conectes con la Iglesia”.

Presidencia del Camino Sinodal
Presidencia del Camino Sinodal

“Actualmente -añade- me preocupa más la cuestión de una posible ordenación sacerdotal de hombres casados, los llamados viri probati. Hace poco ordené diáconos casados e interiormente me pregunté: ¿Por qué no van a poder ser sacerdotes?”.

Evidentemente, la máxima era: hay que proteger la institución a toda costa. Simplemente no se vio el sufrimiento de las víctimas, no se tomó nota de él, también porque no hubo contacto directo con los afectados

Con respecto a por qué las generaciones anteriores de obispos miraron hacia otro lado cuando se trataba de abusos, el presidente de los obispos señala que “evidentemente, la máxima era: hay que proteger la institución a toda costa. Simplemente no se vio el sufrimiento de las víctimas, no se tomó nota de él, también porque no hubo contacto directo con los afectados. Y los afectados no solían estar dispuestos a levantarse, no tenían voz. Gracias a Dios eso ha cambiado, y eso nos cambia a todos”.

Frío en las iglesias, pero menos contaminación

También se pronuncia el obispo alemán sobre el impacto de la crisis energética causada por la invasión rusa de Ucrania en el alza de los precios, en un país, además, fuertemente dependiente del gas ruso. En este sentido, habla de que la serie de medidas puestas en marcha han surtido su efecto y han ayudado a reducir costes. Por ejemplo, en bajar la temperura unos 6 o 7 grados; suspender algunos oficios; trasladar su celebración a otros locales menor fríos…

En su diócesis, estas medidas, según asegura también, ha supuesto un ahorro real, “en términos de emisiones de CO2. Hemos calculado que ahora probablemente estamos ahorrando 6.000 toneladas de CO2 en la Diócesis".

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