Ideado por el pastor galés Uwe Habenicht, se está internacionalizando "La Biblia del Corona": un proyecto cooperativo de escritura y reflexión espiritual
La dinámica de la actividad es sencilla: a quien quiera participar se le asigna un capítulo de la Biblia, que debe copiar manualmente
Se trata de aprovechar este tiempo extraordinario, de confinamiento, de otro ritmo, dedicándose a una actividad que requiere pausa, artesanía y reflexión en torno al texto. "Es físicamente una cuestión de ralentizar"
El religioso por una parte quiere desterrar la cultura del "copia y pega" y la inmediatez; por otra, espera lograr una comunicación especial entre los participantes, a pesar del confinamiento y las distancias geográficas
A este vínculo entre autores de las copias de los capítulos se añade el vínculo del proyecto con el pasado (los textos bíblicos) y el futuro, ya que se ha decidido conservar
El religioso por una parte quiere desterrar la cultura del "copia y pega" y la inmediatez; por otra, espera lograr una comunicación especial entre los participantes, a pesar del confinamiento y las distancias geográficas
A este vínculo entre autores de las copias de los capítulos se añade el vínculo del proyecto con el pasado (los textos bíblicos) y el futuro, ya que se ha decidido conservar
En medio del confinamiento ha sido concebido el proyecto "La Biblia del Corona", una iniciativa del pastor galés Uwe Habenicht que se ha ido internacionalizando, de la región de San Gall, la parte alemana de Suiza... hasta Austria o incluso Estados Unidos.
Como ha recogido el medio catch.ch, la dinámica de la actividad es sencilla: a quien quiera participar se le asigna un capítulo de la Biblia, que debe copiar manualmente. Se trata de aprovechar este tiempo extraordinario, de confinamiento, de otro ritmo, dedicándose a una actividad que requiere pausa, artesanía y reflexión espiritual. "La única condición es que se pueda escribir a mano", ha expresado el ideólogo del proyecto.
"Es físicamente una cuestión de ralentizar", dice Uwe Habenicht, contando que se inspiró en el trabajo de los amanuenses medievales. Convencido de que la copia de manuscritos se trataba de un trabajo en solitario, empezó a investigar y descubrió que en los scriptoria la labor se organizaba a menudo en equipo. Trayendo, pues, ese proyecto colaborativo a nuestros días, el religioso por una parte quiere desterrar la cultura del "copia y pega" y la inmediatez; por otra, espera lograr una comunicación especial entre los participantes, a pesar del confinamiento y las distancias geográficas.
Convencido de que la copia de manuscritos se trataba de un trabajo en solitario, empezó a investigar y descubrió que en los 'scriptoria' la labor se organizaba en equipo
"Los participantes en el proyecto pueden aportar algo de su individualidad a través de su propia letra", detalla la página web creada para difundir la actividad y su dinámica. Cada capítulo lleva las huellas personales de una mano, pero a la vez es una oportunidad de formar parte de un todo compartido con los demás copistas. Por último, a este vínculo entre autores de las copias de los capítulos se añade el vínculo del proyecto con el pasado (los textos bíblicos) y el futuro, ya que se ha decidido conservar "La Biblia del Corona" en biblioteca de la Abadía de St y digitalizarla a través de la Biblioteca Cantonal de St. Gallen.
Un proceso de descubrimiento
Mientras se alarga el proceso de copia manual del capítulo, los participantes están teniendo la posibilidad de dialogar con el texto, de repensarlo y de consolidar conceptos, beneficiándose de lo que aporta la lectura en profundidad y escritura a mano. El sacerdote promotor del proyecto, de hecho, ha destacado, por ejemplo: "El otro día nos escribió una joven a la que le dieron un libro de Moisés. Dijo que estaba asombrada por lo que Moisés recordaba y lo que Dios le había dicho". Descubrimientos que no dejan de crecer desde que se puso en marcha la iniciativa, hace cinco semanas, llevando en este tiempo nada menos que 1000 capítulos de la Biblia ya distribuidos.