Card. John Tong (Hong Kong): Vivir la Cuaresma en el “desierto” del coronavirus Filipinas modifica la liturgia del miércoles de ceniza por el virus
El miedo a que el coronavirus se extienda obliga a modificar la celebración de la Cuaresma en Filipinas y China
El Departamento de Salud de Filipinas instó el miércoles de ceniza a rezar en casa para evitar contagios después del rápido aumento de los casos de COVID-19 en Corea del Sur relacionados con un servicio religioso
La Conferencia Episcopal de Filipinas también recomendó a los clérigos que rocíen ceniza seca sobre la cabeza de los fieles en vez de aplicar ceniza húmeda en la frente, para evitar la propagación del COVID-19
En China, el administrador apostólico de Hong Kong comparó el aislamiento al que se ven obligados a causa de la epidemia del coronavirus con la experiencia del "desierto" al que nos invita la Cuaresma
La Conferencia Episcopal de Filipinas también recomendó a los clérigos que rocíen ceniza seca sobre la cabeza de los fieles en vez de aplicar ceniza húmeda en la frente, para evitar la propagación del COVID-19
En China, el administrador apostólico de Hong Kong comparó el aislamiento al que se ven obligados a causa de la epidemia del coronavirus con la experiencia del "desierto" al que nos invita la Cuaresma
| eldiario.es/AICA
El Departamento de Salud de Filipinas instó el miércoles de ceniza a rezar en casa para evitar contagios del nuevo coronavirus, después de que el rápido aumento de los casos de COVID-19 en Corea del Sur estén relacionados con un servicio religioso.
El secretario de Salud, Francisco Duque, también pidió a los clérigos que programen más misas para reducir las multitudes en Filipinas, país con más católicos de Asia y tercero del mundo, ya que los católicos representan más del 80 % de la población de 106 millones de habitantes.
"Si tiene tos y fiebre, no vaya a misa, quédese en casa y use una mascarilla para no infectar a su familia", indicó hoy Duque en una entrevista con la radio local DZMM.
La Conferencia Episcopal de Filipinas también recomendó a los clérigos que rocíen ceniza seca sobre la cabeza de los fieles en vez de aplicar ceniza húmeda en la frente, para evitar la propagación del COVID-19.
Filipinas, donde las celebraciones católicas suelen aglomerar multitudes, quiere evitar lo sucedido en Corea del Sur, convertido ya en el segundo mayor foco de coronavirus del mundo después de China, con más de 1.146 casos confirmados.
El 40 % del total de infecciones se registraron entre los integrantes de la secta religiosa Shincheonji, con más de 210.000 miembros, en la provincia de Gyeongsang.
El Gobierno filipino anunció la prohibición de viajes procedentes de esa provincia del sureste de Corea de Sur, "con efecto inmediato", mientras estudia si extiende el veto al resto del país, como ya hizo con China.
"La seguridad de los filipinos aquí y fuera de Filipinas sigue siendo nuestra principal preocupación. El bienestar de nuestros compatriotas es primordial", apuntó el portavoz presidencial Salvador Panelo.
Filipinas ha confirmado tres casos de coronavirus dentro de su territorio, todos turistas chinos, pero 80 filipinos se contagiaron a bordo del crucero Diamond Princess que cumplió cuarentena en las costas de Japón.
445 filipinos -la mayoría tripulantes del crucero- sin síntomas fueron repatriados a Filipinas, donde tendrán que cumplir con otra cuarentena en la ciudad deportiva de Clark antes de regresar a sus casas.
Por su parte, el administrador apostólico de Hong Kong (China), cardenal John Tong, señaló a sus fieles que el aislamiento al que se ven obligados a causa de la epidemia del nuevo coronavirus (Covid-19) es similar a la experiencia del “desierto” al que nos invita la Cuaresma.
Para el cardenal Tong, Hong Kong vive en el “desierto” desde el pasado mes de junio, debido a la ley anti-extradición y a las luchas del movimiento democrático, lo que hace que la gente se sienta “desafiada”, “triste” e “indefensa”.
A esto se añade la epidemia de coronavirus que ha paralizado la vida en el territorio: cierre de escuelas y universidades; reducción de los contactos con China y el mundo; cancelación de misas y reuniones religiosas; temor a la infección y falta de alimentos y suministros sanitarios.
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