El cardenal francés Roger Etchegaray, que falleció el pasado miércoles a los 96 años, recibió un último adiós este lunes, durante una conmemoración en la que se celebró la memoria de este "incansable embajador de la paz".
Feligreses, figuras políticas y religiosas acudieron a la catedral Sainte-Marie de Bayona, en el País Vasco francés (suroeste), para rendir un último homenaje a este prelado, expresidente de la conferencia de obispos de Francia y próximo a Juan Pablo II.
La misa, dirigida por el cardenal Dominique Alberti, enviado por el Vaticano, elogió la memoria de este "incansable embajador de la paz" que "marcó profundamente la historia de la Iglesia".
Considerado una de las personalidades más abiertas de la Iglesia católica, Etchegaray trabajó toda su vida a favor del ecumenismo y el diálogo con judíos y musulmanes.
Hombre de confianza de Juan Pablo II y con extraordinarios dotes diplomáticos, llevó a cabo varias misiones especiales en nombre del papa, incluyendo tres visitas a Irak, Irán, Sarajevo y Cuba, donde se reunió con Fidel Castro.
Tras la misa, Roger Etchegaray será enterrado en Ezpeleta, su pueblo natal, en el suroeste de Francia.
