El Papa destaca la juventud del país, donde "la vida se siente palpitante y bulliciosa" Francisco, en la misa en Timor Oriental: "No tengamos miedo de hacernos pequeños ante Dios y los unos frente a los otros"
"La fragilidad de un niño conduce a un mensaje fuerte que afecta incluso a las almas más duras, basándose en el propósito de la armonía y la serenidad. ¡Es sorprendente lo que sucede cuando nace un bebé!"
"Esta realidad es maravillosa en Timor Oriental -prosiguió el Papa-, porque hay muchos niños; sois un país joven en el que cada vez la vida se siente palpitante y bulliciosa. Y la presencia de tantos jóvenes y de tantos niños es un regalo inmenso, es más, renueva constantemente la frescura, la energía, la alegría y el entusiasmo de su gente"
Por ello, Francisco les pidió que "no tengamos miedo de hacernos pequeños ante Dios y los unos frente a los otros; no tengamos miedo de perder nuestra vida, de dar nuestro tiempo, de reexaminar nuestros programas"
"No tengamos miedo -prosiguió- de redimensionar, cuando se requiera, nuestros proyectos, no para minimizarlos, sino para hacerlos aún mejores a través del don de nosotros mismos y de la acogida a los demás", subrayó
Por ello, Francisco les pidió que "no tengamos miedo de hacernos pequeños ante Dios y los unos frente a los otros; no tengamos miedo de perder nuestra vida, de dar nuestro tiempo, de reexaminar nuestros programas"
"No tengamos miedo -prosiguió- de redimensionar, cuando se requiera, nuestros proyectos, no para minimizarlos, sino para hacerlos aún mejores a través del don de nosotros mismos y de la acogida a los demás", subrayó
Comenzó la segunda jornada de la estancia del Papa en Timor Este en un encuentro con los "niños rotos" en Dili, la capital, donde Francisco se emocionó hasta las lágrimas. Y esa vulnerabilidad de los más pequeños, pero con todo el potencial que atesoran las vidas de quienes llegan al mundo le sirvió al Pontífice para enhebrar su homilía en la misa que presidió, a primera hora de la tarde (09:30 en España), en la explanada de Taci Tolu, donde le escuchaba prácticamente la mitad de la población del país, unas 700.000 personas.
"En todas partes del mundo el nacimiento de un niño es un momento luminoso, de alegría y celebración, que infunde en todos buenos deseos: renovarse en el bien, volverse hacia la pureza y la sencillez. Ante un corazón amargo, hasta el corazón más duro se vence y se llena de confusión, el que se desanima en esta esperanza, el que está atormentado se vuelve a soñar y a creer en la posibilidad de una vida mejor. La fragilidad de un niño conduce a un mensaje fuerte que afecta incluso a las almas más endurecidas, basándose en el propósito de la armonía y la serenidad. ¡Es sorprendente lo que sucede cuando nace un bebé!", señaló el Papa.
"Esta realidad es maravillosa en Timor Oriental -prosiguió el Papa-, porque hay muchos niños; sois un país joven en el que cada vez la vida se siente palpitante y bulliciosa. Y la presencia de tantos jóvenes y de tantos niños es un regalo inmenso, es más, renueva constantemente la frescura, la energía, la alegría y el entusiasmo de su gente".
En la explanada de Taci Tolu en #TimorOriental, la Santa Misa presidida por el #PapaFrancisco. pic.twitter.com/xtNf8ALinK
— Vatican News (@vaticannews_es) September 10, 2024
Por ello, Francisco les pidió que "no tengamos miedo de hacernos pequeños ante Dios y los unos frente a los otros; no tengamos miedo de perder nuestra vida, de dar nuestro tiempo, de reexaminar nuestros programas".
"No tengamos miedo -prosiguió- de redimensionar, cuando se requiera, nuestros proyectos, no para minimizarlos, sino para hacerlos aún mejores a través del don de nosotros mismos y de la acogida a los demás", subrayó Francisco.
Al final de la celebración eucarística, el cardenal Virgílio do Carmo da Silva, S.D.B., arzobispo Metropolitano de Dili y propresidente de la Conferencia Episcopal de Timor Oriental, pronunció unas palabras de acción de gracias en las que destacó que "hoy la presencia de Su Santidad el Papa Francisco marca un paso decisivo en el proceso de construcción del país, de la identidad y de la cultura".
"Su presencia paternal en esta tierra bendita es el signo de que Dios está cerca de los sencillos, pobres, humildes y marginados. Su cercanía, su mirada compasiva, su amor y su atención a esta tierra casi perdida en el horizonte mundial, demuestra que el Santo Padre es un modelo de líder con corazón de padre", señaló el purpurado timorés.