El cardenal Goh, tras el ataque a un sacerdote durante una misa Iglesia de Singapur, sin miedo: "No podemos permitir que el mal paralice el anuncio del Evangelio"
"Este incidente no solo ha herido gravemente a un sacerdote en un lugar de culto, sino que también ha sembrado el miedo en la comunidad"
Lo ha declarado el cardenal William Goh, arzobispo de Singapur, en una carta pastoral publicada tras el ataque al padre Christopher Lee, quien fue apuñalado mientras celebraba misa en la iglesia de San José, en Bukit Timah
El cardenal Goh ha instado a la “vigilancia en la fe” y ha reflexionado sobre la seguridad de las iglesias, especialmente durante las celebraciones: Incrementar demasiado la seguridad podría alejar a los fieles
El prelado anima a los fieles a "cuidarse unos a otros" y a que todos los visitantes de la iglesia mantengan la atención. "No debemos dejarnos paralizar por el miedo" … "No tienen poder para matar el alma", anima
El cardenal Goh ha instado a la “vigilancia en la fe” y ha reflexionado sobre la seguridad de las iglesias, especialmente durante las celebraciones: Incrementar demasiado la seguridad podría alejar a los fieles
El prelado anima a los fieles a "cuidarse unos a otros" y a que todos los visitantes de la iglesia mantengan la atención. "No debemos dejarnos paralizar por el miedo" … "No tienen poder para matar el alma", anima
(Agencia Fides).– “Este incidente no solo ha herido gravemente a un sacerdote en un lugar de culto, sino que también ha sembrado el miedo en la comunidad”, ha declarado el cardenal William Goh, arzobispo de Singapur, en una carta pastoral publicada tras el ataque al padre Christopher Lee, quien fue apuñalado mientras celebraba misa en la iglesia de San José, en Bukit Timah.
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El padre Lee, párroco de la iglesia, fue atacado el sábado 9 de noviembre durante la comunión en la misa vespertina. El sacerdote, de 57 años, fue trasladado de urgencia al Hospital Universitario Nacional de Singapur, donde se encuentra en estado estable. “Está en recuperación”, ha confirmado el arzobispo tras visitarlo en el hospital. El atacante, un hombre de 37 años con antecedentes de violencia y delitos de drogas, fue detenido en el lugar por fieles presentes y se encuentra bajo custodia policial. Las autoridades han señalado que el ataque no parece vinculado al terrorismo.
El cardenal Goh ha instado a la “vigilancia en la fe” y ha reflexionado sobre la seguridad de las iglesias, especialmente durante las celebraciones. Para ofrecer tranquilidad a los fieles, la archidiócesis cuenta desde 2016 con el “Consejo de Operaciones de Respuesta de Emergencia”, un organismo en contacto directo con la policía para coordinar la seguridad en las parroquias. No obstante, el cardenal ha advertido: “Nuestras iglesias son espacios públicos. Incrementar demasiado la seguridad podría alejar a los fieles que vienen a rezar, y la presencia excesiva de personal de seguridad puede dificultar la cercanía pastoral de nuestros sacerdotes, quienes cumplen su misión con valentía”. “Creemos firmemente que Dios es responsable de nuestras vidas y transformará el mal en bien. No podemos permitir que el mal paralice el anuncio del Evangelio”, ha dicho el cardenal Goh.
En su carta, anima a los fieles a “cuidarse unos a otros” y a que todos los visitantes de la iglesia mantengan la atención. “Si observan comportamientos sospechosos o un objeto dejado sin vigilancia, deben informar a los encargados de seguridad”. Además, el cardenal Goh se pregunta: “¿Por qué ha permitido Dios que ocurriera esto?” y ofrece una reflexión profunda. “Nuestro Dios es un Dios encarnado”, señala, recordando que “a través de su hijo Jesús vino a compartir nuestras heridas y dolores. Nos redimió no por la fuerza o el poder, sino por la humildad, el perdón, la misericordia y la compasión”. Explica que los acontecimientos terribles “suceden a causa del pecado y sus consecuencias” y advierte que estos hechos revelan cómo la sociedad se aleja cada vez más de los valores morales: “No hay sentido del bien y del mal, ni siquiera en un espacio sagrado. Hay mucha gente alterada, confundida y herida en el mundo”. A pesar de esto, el cardenal asegura que, al final, el mal no prevalecerá. “Lo vemos en los ejemplos de los mártires de la Iglesia”.
"No tienen poder para matar el alma"
El cardenal Goh continúa en su carta: “Como Iglesia, necesitamos más que nunca proclamar el Evangelio de la misericordia, la compasión y la reconciliación, para iluminar a las personas en la verdad, sanar su fragilidad, aliviar su miedo y dolor, y ayudarlas a encontrar la vida y el amor verdadero. No debemos dejarnos paralizar por el miedo, sino seguir testimoniando nuestra fe, poniéndonos en las manos de Dios. ‘No temáis a los que matan el cuerpo, pero no tienen poder para matar el alma; temed más bien a aquel que tiene poder para hacer perecer en la Gehenna tanto el alma como el cuerpo’ (Mateo 10, 28)”.
El cardenal destaca que “nuestra fe nos asegura que el amor es más fuerte que el odio, y la vida es más fuerte que la muerte”. Afirma que “este incidente ha fortalecido a nuestra Iglesia, uniendo a nuestra comunidad en la fe y la oración. Nos recuerda, además, que debemos permanecer vigilantes y no dar por sentadas la paz y la seguridad que tanto hemos trabajado por conseguir. Como comunidad, saldremos de este evento más fuertes que nunca”.
La Conferencia Episcopal de Malasia, Singapur y Brunei también ha expresado su solidaridad y ha prometido oraciones por el padre Christopher Lee, instando a los fieles a la “compasión, el apoyo y el consuelo” para todos los afectados por el incidente, ha declarado en un comunicado el arzobispo de Kuala Lumpur y presidente de la Conferencia Episcopal, Julian Leow Beng Kim. En nombre de los obispos, el arzobispo ha invocado al Señor por “aquellos que han buscado causar división a través de la violencia”, expresando la esperanza de que Dios toque sus corazones “con misericordia, guiándolos hacia la sanación y la redención”.
"En un momento en que nos hemos esforzado por promover la paz, el amor y la comprensión en nuestras sociedades, este tipo de violencia ha sido particularmente dolorosa. Sin embargo, en estos tiempos de prueba se nos ha recordado nuestra llamada cristiana a responder con paz, compasión y perdón"