El obispo de Amberes, tras "hablar personalmente" con el Papa en Roma Johan Bonny: "Nuestras directrices para la bendición de parejas homosexuales están en línea con Francisco"
"Hablé personalmente con el Papa, y sé lo que piensa. Y sé que nuestras directrices para la bendición de parejas homosexuales, que hemos publicado recientemente, están en línea con el Papa Francisco"
"La Iglesia es parte de este mundo. Y el mundo no es uno: ni en lo político, ni en lo económico, ni en lo cultural. En todo el mundo, la Iglesia quiere anunciar el Evangelio. Pero se dirige a personas muy diferentes en cada caso"
"Hablé personalmente con el Papa, y sé lo que piensa. Y sé que nuestras directrices para la bendición de parejas homosexuales, que hemos publicado recientemente, están en línea con el Papa Francisco". El obispo de Amberes, Johan Bonny, observa tranquilo la polémica suscitada por la bendición aprobada por los obispos flamencos para las uniones entre parejas del mismo sexo.
En una entrevista con Katholisch.de, el prelado belga, que además es observador del Camino Sinodal alemán, relató que se encontró con el Papa, algo muy importante para Bonny. "La comunión con el Papa es sagrada para mí. Es la responsabilidad personal que el Papa nos ha dado a los obispos y que él también apoya", destacó el obispo de Amberes, quien no obstante incidió en que "los mismos temas no tienen por qué y no pueden ser discutidos en todo momento en todo el mundo".
En cuanto a su papel como observador en Alemania, Bonny admite que "se notan las tensiones" pero también "el trabajo" llevado a cabo por los católicos del país. "Con el Camino Sinodal han hecho algo que en Bélgica no habíamos hecho antes. Han sacado a la luz todos los problemas de la Iglesia que antes se escondían bajo la alfombra. Como resultado, las diferencias están saliendo a la luz. Pero eso no es malo. Les dije a los obispos que es una virtud germánica en el buen sentido. En el sur de Europa aún no han llegado a ese punto".
"La verdad es compleja", admite Bonny, quien aplaude que, en el caso de los temas aprobados por el Sínodo alemán, se haya obtenido un consenso de entre el 75 y el 80 por ciento. "La Iglesia es parte de este mundo. Y el mundo no es uno: ni en lo político, ni en lo económico, ni en lo cultural. En todo el mundo, la Iglesia quiere anunciar el Evangelio. Pero se dirige a personas muy diferentes en cada caso. Por lo tanto, la pregunta sobre el "cómo" de la proclamación también tiene una respuesta muy diferente. Esa es la realidad", matiza.
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