El nuncio en Ucrania denuncia que el misil iba dirigido contra niños enfermos de cáncer Monseñor Kulbokas: "¿Cómo se puede justificar el bombardeo de un hospital infantil?"

Imagen del hospital infantile bombardeado en la capital de Ucrania
Imagen del hospital infantile bombardeado en la capital de Ucrania EFE

El nuncio en Ucrania visitó el hospital infantil de Kyiv alcanzado por un misil ruso, situado a unos cientos de metros de la Nunciatura

"Golpearon a los más débiles entre los débiles", dice. En el ataque murieron dos personas y cincuenta resultaron heridas, mientras los servicios de socorro intentan restablecer la funcionalidad de las instalaciones

(Vatican News).- "Cuando se golpea a los más pequeños entre los pequeños, a los más débiles entre los débiles, cada uno de nosotros se pregunta: ¿cómo es posible que algunos sigan dando alguna explicación a la guerra, como si pudiera justificarse por alguna razón? No sé cómo se las arreglan estas conciencias para seguir haciéndolo...".

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El arzobispo Visvaldas Kulbokas, nuncio apostólico en Ucrania, se hizo esta pregunta tras visitar los escombros del hospital infantil Okhmatdyt de Kyiv alcanzado, ayer, por un misil ruso, el ataque más duro contra la capital ucraniana y uno de los más mortíferos desde que comenzó la guerra.

Un total de 42 personas murieron en el bombardeo que afectó a todo Kyiv, entre ellas cuatro niños. Dos murieron y cincuenta resultaron heridas -entre ellas siete niños- sólo en el derrumbe del hospital, alcanzado por un cohete que sobrepasó las líneas de defensa antiaérea y destruyó un ala del edificio. Los demás pacientes del hospital, que se habían refugiado en el interior de un búnker cuando sonaron las sirenas, se salvaron.

Testigos de la explosión

"Era el hospital infantil más renombrado de Ucrania, construido con contribuciones de Italia, Suecia y Austria y otros países", subrayó Kulbokas a medios vaticanos. "Era un hospital muy conocido también por el personal de la Nunciatura", recuerda, "porque nuestros colaboradores locales y las monjas iban a donar sangre a los niños y, en tiempos de guerra, escasea también para ellos".

"Además -continúa- es un hospital muy cercano, a sólo 700 metros de la Nunciatura. Conociendo el barrio en el que estamos, al escuchar la explosión, me hice la pregunta desde el principio: ¿Qué habrá sido bombardeado? Porque una explosión que abre las puertas interiores de la Nunciatura significa que realmente es una explosión muy cercana y en el barrio no hay objetivos particulares, sólo hay casas habitadas, comercios y el hospital infantil precisamente".

Misiles alcanzando a niños enfermos

"He podido ver las imágenes de vídeo en las que el misil entra de frente y no es interceptado por la defensa antiaérea", prosigue el nuncio, "impacta en la sala de diálisis". Del hospital infantil sale humo, un humo muy tóxico, acre, porque todo misil lleva dentro mucho combustible, que es muy tóxico y es difícil acercarse y empezar a levantar a los que han quedado bajo los escombros". "Se plantea una cuestión muy chocante", concluye Kulbokas, Estos misiles "incluso están dirigidos" y "no sólo alcanzan a niños, sino a aquellos niños que necesitan tratamiento contra el cáncer o trasplantes de hígado". "Es precisamente sobre ellos sobre quienes caen los misiles".

En el momento del ataque había 670 pacientes hospitalizados en Okhmatdyt y las autoridades trabajan para restablecer el suministro eléctrico y de agua. Las operaciones se interrumpieron inevitablemente mientras los jóvenes enfermos de cáncer reciben tratamiento fuera del hospital. Para el jefe de la misión de observación de los derechos humanos de la ONU en Ucrania, es "altamente probable" que la explosión se debiera al impacto directo de un misil ruso. Moscú, por su parte, niega cualquier responsabilidad,y el portavoz del Kremlin, Peskov, acusa a Kiev y reitera que Rusia no ataca objetivos civiles.

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