Pretende defender el laicismo controlando mezquitas, escuelas y barrios Macron se propone cerrar el paso al integrismo islámico con una ley
El viernes se desplazó hasta Les Mureaux, una de las ciudades más populares del extrarradio de París, para pronunciar un discurso sobre lo que él llama el "separatismo islamista"
El presidente de Francia avanzó que su Gobierno adoptará el 9 de diciembre el proyecto de ley
Una de las medidas más impactantes es la obligatoriedad de la escolarización de todos los niños a partir de los tres años y la limitación de las clases a domicilio
Una de las medidas más impactantes es la obligatoriedad de la escolarización de todos los niños a partir de los tres años y la limitación de las clases a domicilio
| RD/Efe
El presidente francés, Emmanuel Macron, presentó este viernes una ofensiva por la vía legislativa contra el integrismo islámico, que quiere cerrar el paso a esa ideología contraria a los valores de la República gala en la escuela, los servicios públicos, las mezquitas o los barrios desfavorecidos.
Macron, que se desplazó hasta Les Mureaux, una de las ciudades más populares del extrarradio de París para pronunciar un discurso muy esperado sobre lo que él llama el "separatismo islamista", avanzó que su Gobierno adoptará el 9 de diciembre un proyecto de ley que pretende defender el laicismo sin estigmatizar a los millones de musulmanes que viven en Francia.
Una iniciativa que justificó frente a un integrismo islámico que "conduce a negar las leyes de la República y a banalizar la violencia", incluso al terrorismo, añadió tras recordar los ataques yihadistas que ha sufrido su país y los 32 atentados terroristas desbaratados por las fuerzas del orden desde su llegada al Elíseo en mayo de 2017. Macron insistió en que esta ideología pretende "crear un orden paralelo" y advirtió de que la acción para cerrarle el paso en diferentes ámbitos sociales "tardará años y años".
Una de las medidas más impactantes es la obligatoriedad de la escolarización de todos los niños a partir de los tres años y la limitación de las clases a domicilio solo para los alumnos que tengan una justificación médica.
Se trata de impedir que los padres saquen o no lleven a sus hijos a las escuelas que garantizan una instrucción basada en los principios republicanos y que los lleven a estructuras religiosas fuera de todo control del Estado.
Mayor control de las mezquitas
El jefe del Estado se propuso también "estructurar" la representación del islam en Francia y liberarlo de las "influencias extranjeras". Para eso, dejarán de llegar imanes de Marruecos, Túnez y Argelia, como era habitual, y habrá un control mucho más estricto del dinero que las mezquitas reciban del exterior.
En cuanto a la representación de la religión islámica, el Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) se ocupará de la certificación de los imanes y de su formación. Unos imanes que tendrán que comprometerse con una carta de valores cuyo incumplimiento supondrá su revocación.
Con la futura ley, los prefectos (delegados del Gobierno) podrán anular decisiones municipales en cuyo trasfondo haya razones confesionales contrarias a los valores del Estado, como proponer menús en los comedores escolares basados en restricciones religiosas o crear horarios en las piscinas diferentes para hombres y mujeres.
Los imanes tendrán que comprometerse con una carta de valores cuyo incumplimiento supondrá su revocación
Además, la neutralidad confesional en el trabajo, que ahora ya se aplica a los empleados públicos (que por ejemplo no pueden llevar signos religiosos ostentosos), se ampliará a los asalariados de empresas con concesiones en cualquier servicio público, como puede ser el transporte.
Se facilitará la disolución administrativa de asociaciones que se dediquen al adoctrinamiento religioso y todas aquellas que reciban dinero público deberán asumir explícitamente los principios republicanos. En caso de incumplirlos, se les obligará a devolver los fondos.
Macron reconoció que los poderes públicos en Francia habían "construido su propio separatismo" al permitir la creación de guetos donde se han concentrado "la miseria y las dificultades", y que esa situación ha sido aprovechada por organizaciones integristas islámicas que han aplicado allí "su proyecto metódicamente".
Por eso, el último eje de acción es poner más medios en los barrios desfavorecidos. Eso se traducirá en clases con menos alumnos, más servicios públicos, cambios en la política de vivienda social que la ha concentrado en las ciudades pobres, o más inversión en seguridad y en justicia.
El objetivo -dijo- es "garantizar una presencia republicana al pie de cada torre y de cada edificio".
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