(Vatican News).- Concluye con un llamamiento a trabajar juntos por una paz que nazca del diálogo el discurso del Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, en el debate general de la Semana de Alto Nivel en la apertura de la 77ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Un llamamiento que llega tras repasar los males de un mundo asolado por la pandemia en el que "los conflictos armados afligen a una escala sin precedentes desde 1945, con unos dos mil millones de personas que viven en zonas afectadas por la guerra".
"Hablar de paz y vivir de las armas"
El cardenal subraya a continuación la tendencia de algunos Estados a imponer políticas controvertidas en el ámbito de los derechos humanos, que en cambio "siguen siendo universales, objetivos y firmemente arraigados en la dignidad divina de la persona humana". Derechos "como el derecho a la vida, la libertad de pensamiento, conciencia, religión, opinión y expresión". A continuación, recordando que el número de personas que padecen hambre en el mundo ha aumentado hasta los 828 millones en 2021, Parolin afirma que es hora de acabar con la "hipocresía de los armamentos", de "hablar de paz" y no vivir de las armas. La invitación es invertir en la educación, "principal vehículo de desarrollo humano integral".
La reforma ONU
"Es un imperativo", dice el cardenal, "recuperar cuanto antes un amplio acuerdo y un auténtico consenso en el seno de esta Organización si se quiere restablecer su credibilidad internacional como una verdadera familia de naciones". El proceso", añade, "debe extenderse más allá de la Asamblea General, a la reforma de los órganos que tienen una capacidad ejecutiva efectiva, como el Consejo de Seguridad". Parolin subraya a continuación que los miembros permanentes, en particular, tienen una responsabilidad crucial en el mantenimiento de la paz y el orden en el mundo.
"Cuando no hay una visión compartida ni una voluntad política de coexistencia pacífica y los propios guardianes de la paz ignoran las normas que pretenden defender, ellos mismos se convierten en autores de graves injusticias. Guiado por un interés personal desenfrenado y por la lógica del poder, el sistema resulta seriamente dañado y está en peligro". De ahí el llamamiento a poner el bien común por encima de los intereses partidistas para "un futuro seguro y feliz".
Ucrania y el riesgo nuclear
A continuación, la reflexión se dirige a Ucrania, con la guerra que "ha exacerbado tendencias mundiales ya preocupantes, como el aumento de los precios de los alimentos y del combustible y el incremento del número de desplazados". "El conflicto", dice Parolin, "también ha provocado el riesgo de una escalada nuclear, una cuestión que ha permanecido por decenios fuera de la conciencia pública". La atención se centra en los pobres que "se tendrán que enfrentan a una elección existencial entre calefaccionar y comer". Es necesaria una acción concertada y urgente porque "la guerra en Ucrania no sólo socava el régimen de no proliferación nuclear, sino que nos pone también de frente al peligro de una devastación nuclear, ya sea por escalada o por accidente".
"El espectáculo de un estado que posee armas nucleares en guerra con un estado que ha renunciado a su arsenal nuclear a cambio de garantías de seguridad que han sido claramente ignoradas, desalentará a otros estados con armas nucleares a seguir su ejemplo, complicando el camino hacia un mundo libre de armas nucleares. "Cualquier amenaza de uso armas nucleares", dice el Secretario de Estado, "es repugnante y merece una condena inequívoca".
"Cualquier amenaza de uso armas nucleares", dice el Secretario de Estado, "es repugnante y merece una condena inequívoca"
Migraciones
Ante la "mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial", provocada precisamente por el conflicto en Ucrania, Parolin recuerda que ésta "se suma a los millones de personas que en toda África, Oriente Medio y Asia se han visto obligadas a huir de sus países de origen a causa de los conflictos y las guerras, en busca de un futuro mejor para ellos y sus familias". Un tema que plantea la cuestión de la protección de los refugiados, un sistema que requeriría "un sincero esfuerzo de actualización".
Preocupación por los focos candentes
"La Santa Sede -afirma Parolin- no deja de seguir con preocupación la cuestión palestina y desea expresar su cercanía por los sufrimientos causados por el asesinato de la periodista Shireen Abu Akleh durante el tiroteo entre el ejército israelí y algunos palestinos".
También son preocupantes las tensiones que se produjeron en el funeral. En cuanto al Líbano, se espera que "el país, incluso con las próximas elecciones presidenciales, continúe el camino del renacimiento, manteniéndose fiel a su vocación de tierra de paz".
En cuanto a Yemen, se expresa satisfacción por la tregua renovada y mediada por la ONU, que es "un signo de esperanza, un paso definitivo" hacia el fin del conflicto. Un mundo más seguro pasa también por la reanudación de las negociaciones en Viena sobre el acuerdo nuclear iraní. Temor, en cambio, por el estancamiento en Libia porque el país sigue dividido y por "el deterioro de la situación humanitaria y de seguridad en la región del Sahel, objetivo de los grupos terroristas, con la expansión de esta violencia hacia África Occidental".
Parolin también habla de la República Democrática del Congo, de Etiopía, y de la atención a las transiciones políticas en Sudán, Chad, Malí, Burkina Faso y Guinea. No oculta el empeoramiento de la situación en Sudán del Sur debido a las inundaciones y a la inseguridad alimentaria que afecta especialmente a los niños. "La Santa Sede, mientras sigue de cerca la situación en la nación más joven, continúa promoviendo la reconciliación a través del diálogo y la cooperación social".
Un camino pacífico y respetuoso es el deseo para Nicaragua, pero también para Haití, agravado por la violencia y agobiado por las precarias condiciones económicas y sociales. Por último, la Santa Sede se declara entristecida por los enfrentamientos entre Azerbaiyán y Armenia, e insta a las partes a respetar el alto el fuego. Por otro lado, la vacuna contra la malaria, principal causa de muerte en África, debe ser accesible para todos.
Decisiones incisivas sobre el cambio climático
"Nuestra casa común sigue viéndose gravemente afectada por los efectos negativos del cambio climático". Parolin denuncia la posibilidad de caer en un estado de "indiferencia globalizada". De cara a la COP27 de Sharm El Sheikh, "es de esperar que exista la voluntad política de tomar decisiones más incisivas para proteger el medio ambiente acelerando la acción global por el clima".
Por último, recordando la adhesión de la Santa Sede y también a la Convención de las Naciones Unidas sobre el cambio climático y al Acuerdo de París, Parolin recuerda las riquezas y los peligros del mundo digital, en particular la trata de personas, la difusión del odio y el extremismo. Reitera el compromiso con el Comité ad hoc para la elaboración de una Convención internacional global para contrarrestar el uso de las tecnologías con fines delictivos y hacer frente a la delincuencia transnacional.
"No a un mundo dividido entre potencias en conflicto, sí a un mundo unido entre pueblos y civilizaciones que se respetan recíprocamente", concluye.
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