La región corre el riesgo de convertirse en un "agujero negro humanitario" En el Sahel, zona crítica, y a pesar de mil dificultades, la red de la Iglesia sigue activa
El Sahel corre cada vez más el riesgo de convertirse en un "agujero negro humanitario" donde, junto a los desplazados internos de la región, se acoge en condiciones precarias a los desplazados procedentes de países vecinos como Nigeria y Sudán
Conflictos entre las poblaciones sedentarias, grupos yihadistas, tráfico de armas… la crisis de seguridad saheliana "es muy compleja y complicada. Una solución puramente militar por sí sola es insuficiente para resolverla. Se necesita una solución política y económica
Causas de la crisis de seguridad en la región
Los conflictos entre las poblaciones sedentarias que se dedican a la agricultura y las poblaciones nómadas que se dedican al pastoreo se han visto exacerbados por los cambios climáticos de los últimos años, que han reducido los pastos y las fuentes de agua. Los grupos yihadistas que llevan varios años haciendo estragos en la región han captado nuevos reclutas gracias al deterioro de las condiciones económicas locales. La caída del régimen de Gadafi en Libia, que a su manera garantizaba una especie de pax libica al proporcionar apoyo económico a los Estados de la región, también ha fomentado la desestabilización regional mediante la entrada de armas procedentes de los arsenales y combatientes libios, antiguos miembros de la guardia pretoriana de Gadafi.
La ayuda pastoral y humanitaria de la Iglesia
En todo esto, la Iglesia católica, a pesar de mil dificultades, sigue presente, tratando de garantizar la ayuda pastoral y humanitaria a los fieles que se han quedado.
En Diffa, ciudad del extremo sureste de Níger, los cristianos desplazados se reúnen con los refugiados que huyen de la persecución religiosa en las vecinas Nigeria y Chad, informa una nota de la Conferencia Episcopal Regional de África Occidental (CERAO/RECOWA). Aquí, las agencias católicas de ayuda, entre ellas Cáritas Níger, Catholic Relief Services (CRS) y la Agencia Católica para el Desarrollo de Ultramar (CAFOD), ayudan a los desplazados y refugiados proporcionándoles medios de subsistencia.
Los sacerdotes Fidei Donum de otros países africanos
Es en estas condiciones donde emerge la universalidad de la Iglesia católica. Los sacerdotes Fidei Donum de otros países africanos asisten a los fieles acogidos en los campos de desplazados y refugiados. Es el caso del padre Mark Robert, originario de Malawi, que mientras dirigía una misión católica en Zinder, a unos 400 kilómetros de Diffa, se desplazó allí para celebrar Misa para decenas de católicos en los campos de refugiados. La mayoría de las personas alojadas en los campos de Diffa son nigerianos de los estados de Borno y Yobe, que huyen de la violencia de Boko Haram.
Padre Anwuchie: Se necesita una solución política y económica
Otro Fidei Donum es el nigeriano padre Augustine Anwuchie, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes en Maradi (Níger), que recuerda cómo la región en torno al lago Chad, en la frontera entre Chad, Níger, Nigeria y Camerún, ha pasado de ser un entorno favorable para agricultores y ganaderos de estos cuatro países a una zona insegura. "Antes de que los terroristas llegaran a esta zona, había pequeños enfrentamientos entre agricultores y pastores que se disputaban la zona fértil", dice el sacerdote. "No fue hasta la formación de Boko Haram en 2009 cuando la región comenzó a experimentar una afluencia terrorista". En 2016, el movimiento Boko Haram empezó a perpetrar atentados en la región del lago Chad".
El sacerdote nigeriano señala que "la región del lago Chad ha sido abandonada por el gobierno, lo que la ha convertido en un paraíso para el tráfico de armas. Boko Haram ha aprovechado esta laguna para reclutar terroristas y llevar a cabo atentados en la región". Los recientes golpes militares en tres Estados de la región (Níger, Burkina Faso y Mali) han agravado la situación porque, como recuerda Rahmane Idrissa, investigador de la Universitỳ de Leiden, en una entrevista con la Agencia Fides, la crisis de seguridad saheliana "es muy compleja y complicada. Una solución puramente militar por sí sola es insuficiente para resolverla. Se necesita una solución política y económica. Los militares, dada su profesión, piensan principalmente en una solución militar. En mi opinión, no son capaces de resolver la cuestión; al contrario, temo que la agraven".
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