Recuerda que los institutos tienen un "deber de cuidado especial" hacia las religiosas violadas La UISG admite conocer casos de monjas forzadas a dar a sus hijos en adopción
En una carta al psicoterapeuta irlandés Vincent Doyle, hijo de sacerdote, la secretaria ejecutiva de la Unión Internacional de Superioras Generales, Patricia Murray, urge que se tomen en cuenta "consideraciones éticas y pastorales" antes de expulsar a una monja embarazada de su convento
"Está claro de recientes declaraciones vaticanas que el derecho del niño a tener padre y madre debe tener prioridad", recuerda
Se está empezando a hablar en la Iglesia de los hijos de los sacerdotes. Pero, ¿y los que tienen las monjas? La Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) ha empezado a reflexionar sobre el asunto, admitiendo que sabe de un "pequeño número" de casos en los que, por las exigencias de su voto de castidad, ha habido religiosas que se han forzadas a dar a luz fuera de los conventos, y a dar a sus niños en adopción antes de volver a sus vidas de monjas.
Así desprende de una carta que ha escrito la nueva secretaria ejecutiva de la UISG, la hermana Patricia Murray, al psicoterapeuta irlandés Vincent Doyle, hijo de cura y fundador de la organización 'Coping International', para todos aquellos que estén en esa misma situación familiar.
Doyle escribió en abril a la UISG preguntando qué "apoyo práctico" existe para las religiosas que se embarazan y dejan a su orden. También consultó si hay posibilidad de que una monja que da a luz dé a adopción al niño y vuelva al servicio activo.
"Equidad y caridad evangélica"
En su respuesta, Murray dejó claro que si bien no hay en la ley canónica ninguna referencia a los casos de las hermanas embarazadas, en dichas circunstancias el canon 702 obliga a "observar la equidad y la caridad evangélica con el miembro que se separe" de un instituto religioso.
Si bien cada orden tienen sus propios protocolos en cuanto al apoyo financiero y de otra índole, prosiguió Murray, existe un "deber de cuidado especial" hacia madre y hijo si una religiosa se embaraza sin su consentimiento "bien a través de una violación o bien a través de un abuso de poder".
En todo caso, "las decisiones que se tomen por parte de la madre y el liderazgo del instituto claramente se deben guiar por consideraciones éticas y pastorales", continuó la secretaria de la UISG, lo cual requiere de un "discernimiento cuidadoso" que tome en cuenta factores como la situación de los padres y la presencia o no de estructuras de cuidado familiares.
"Está claro de recientes declaraciones vaticanas que el derecho del niño a tener padre y madre debe tener prioridad", enfatizó Murray.
"Sea hijo de cura o sea hijo de monja, es el mismo problema"
"Aunque en la mayoría de los casos la hermana decide abandonar la congregación durante el embarazo, estamos conscientes de un pequeño número de casos en los que la hermana dejó su congregación durante el embarazo, dio a luz y luego dio el niño en adopción antes de volver al convento", añadió la religiosa, precisando en algunos de estos casos "la hermana luego reestableció contacto con el niño".
Hablando con Crux sobre la carta de Murray, Doyle denunció que "sea hijo de cura o sea hijo de monja, es el mismo problema".
Debido a las exigencias vitales de la castidad para curas padres y monjas madres, "yo estaría preocupado" por sus niños, "desde una perspectiva moral-teológica", admitió Doyle.
Aún así, el psicoterapeuta felicitó a la UISG por la contestación, y por su valentía al abordar una situación tan difícil como son los embarazos de las monjas.
Las pautas que concretó Murray "son un buen primero paso", añadió. Pero también advirtió que "poner algo sobre el papel es fácil; realizarla es otra cosa".
"Hacer que pase. Esto ha sido particularmente difícil en países en desarrollo, partes de África o incluso India o Sudamérica", reflexionó.
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