William Hanna Shomali: "Esta decicisión ha animado a todos, incluidos los jordanos" El Gobierno de Jordania incluye a los refugiados como primeros receptores de la vacuna anti-Covid

Campo jordano de refugiados
Campo jordano de refugiados

Además de por la Iglesia, la decisión del Reino Hachemita también ha sido apreciada y destacada adecuadamente por ACNUR, la agencia de la ONU que gestiona las instalaciones de recepción para refugiados

Según los datos proporcionados por ACNUR, actualmente hay alrededor de 2.000 casos de infecciones por Covid-19 registrados entre los refugiados sirios e iraquíes alojados en Jordania

(Agencia Fides).- La decisión del Gobierno jordano de incluir a los refugiados de las guerras de Irak y Siria entre los primeros receptores de las dosis de la vacuna anti Covid-19 administradas en el país “ha animado a todos, incluidos los ciudadanos jordanos, y atestigua que en Jordania los refugiados son reconocidos y tratados como personas con los mismos derechos que la población local”. Así lo refiere en una conversación con la Agencia Fides, mons. William Hanna Shomali, vicario patriarcal para Jordania del Patriarcado de Jerusalén de los latinos.

“La decisión del Gobierno” añade el obispo palestino, natural de Beit Sahour “responde a varias razones. Los refugiados son pobres, no tienen recursos para pagar ellos mismos la vacuna. Jordania recibe ayuda internacional, aunque insuficiente, para mantener los campos de acogida en su territorio y, por tanto, la extensión gratuita de la administración de vacunas a los refugiados también cumple criterios elementales de justicia: Jordania es responsable del destino de los refugiados, y tiene esta responsabilidad. Entonces, por supuesto, extender la campaña de vacunación a los refugiados desde el principio representa una protección para la salud del resto de los habitantes de la nación. En definitiva, la elección del gobierno obedece a varios motivos, pero el principal sigue siendo el humanitario: los refugiados presentes en el territorio nacional son personas, y hay que proteger sus vidas como la de los ciudadanos jordanos”.

La decisión del Reino Hachemita también ha sido apreciada y destacada adecuadamente por ACNUR, la agencia de la ONU que gestiona las instalaciones de recepción para refugiados en las que cientos de miles de refugiados iraquíes y sirios viven desde hace años.

En el plan nacional elaborado por el Ministerio de Salud de Amman, se prevé que los refugiados registrados oficialmente (más de 700 mil, en un país de 10 millones de habitantes) puedan recibir la vacuna de acuerdo con los mismos criterios de prioridad adoptados para los ciudadanos jordanos, es decir, reservando la prioridad a las categorías de riesgo (ancianos y personas con enfermedades crónicas).

Jordán ha pedido hasta ahora 2 millones de dosis de la vacuna: las primeras en llegar son las de la vacuna china de Sinopharm, pero las autoridades locales ya han dado luz verde también para administrar la vacuna Pfizer, de la que se han entregado las primeras dosis.

En Jordania, hasta ahora se han registrado más de 316 mil casos de infecciones por Covid-19, que ya han causado casi 4200 muertes. Encerrados en las carpas, sin poder salir de los campamentos de recepción - como el enorme de Zaatari (véase foto), donde hay más de 70 mil refugiados sirios -, los refugiados también están más expuestos a las secuelas psicológicas de la pandemia, con el virus que desde hace meses se ha convertido en el tema de todas las conversaciones, un motivo de preocupación que paraliza toda mínima actividad social. Según los datos proporcionados por ACNUR, actualmente hay alrededor de 2.000 casos de infecciones por Covid-19 registrados entre los refugiados sirios e iraquíes alojados en Jordania.

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