El arzobispo de Urgell reflexiona sobre el conflicto Israel-Palestina Vives: "La comunidad internacional no está haciendo lo suficiente por la paz en Tierra Santa"
Los obispos ven comprensible que haya paz, no violencia y no atentados para Israel, “pero eso no tiene que ser a cualquier precio” como puede ser el “ahondar en una opresión y en una violencia contra los palestinos”
“Los cristianos que están allí nos dan un ejemplo muy grande de permanencia, de sacrificio, de oración, de sufrimiento y también de saber que tienen una misión”
El prelado, preocupado por "los dos millones de habitantes que están en una prisión a cielo abierto"
El prelado, preocupado por "los dos millones de habitantes que están en una prisión a cielo abierto"
| Mireia Bonilla
(Vatican News).- “Parece que en medio de la gran circunstancia mundial de dificultades queda desapercibida la situación tan dura que hay y que continúa por la dificultad de pacificación entre Israel y su vecina Palestina”. Es la afirmación que ha hecho ante los micrófonos de Vatican News Mons. Joan Enric Vives, Coordinador de Holy Land Coordination, a su vuelta a España tras la visita que realizó del 11 al 16 de enero junto al grupo de obispos de la Coordinadora de Tierra Santa, al lugar donde nació Cristo.
El también arzobispo de Urgell en España visitó a los cristianos de Gaza, Jerusalén Este y Ramallá y lo hizo junto a obispos de las Conferencias Episcopales de los Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica, Inglaterra, Escocia, Irlanda y otros países de la UE. También junto con representantes de la CCEE (Conferencias de los Obispos europeos) y la COMECE (Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea). “El propósito de esta visita – dice Mons. Vives – es apoyar a los cristianos de Tierra Santa con la oración y con la peregrinación”.
Además, explica que han ido “como peregrinos” coordinados por la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales “para clamar y dar voz a aquellos a quienes no se les escucha”; también para que sus voces “puedan resonar en occidente” y especialmente “en el mundo entero” a través de esta comunión de obispos.
La Comunidad Internacional no hace lo suficiente
El prelado asegura que los obispos ven comprensible que haya paz, no violencia y no atentados para Israel, “pero eso no tiene que ser a cualquier precio” como puede ser el “ahondar en una opresión y en una violencia contra los palestinos”. “Tienen que sentarse, escucharse y dialogar” puntualiza.
Mons. Vives también se lamenta de que la Comunidad Internacional, es decir, sus propios gobiernos en occidente “no estén haciendo lo suficiente” dice, porque “tienen otros problemas y otras prioridades”. “Esto provoca que va quedando al margen y se va haciendo más imposible esta solución: la de los dos estados, Israel y Palestina, para que puedan convivir en paz y respetarse”. En este sentido además, recuerda que la Santa Sede “reconoció el Estado palestino” pero muchos países aún no lo han hecho.
Cristianos de Tierra Santa y su ejemplo de permanencia
“Los cristianos que están allí nos dan un ejemplo muy grande de permanencia, de sacrificio, de oración, de sufrimiento y también de saber que tienen una misión”. Mons. Vives explica que para muchos cristianos de Tierra Santa, lo más fácil sería emigrar y en cambio, ellos siguen allí.
Por tanto, destaca su exhortación a “intentar, desde nuestros países en occidente, ayudarles para que puedan permanecer allá”. ¿Cómo? “dando facilidades para que los jóvenes matrimonios tengan casas y sus hijos puedan crecer y desarrollarse allí, ayudando en la medida de lo posible para que haya trabajo y descienda el paro” dice el prelado.
También cita las dos situaciones más duras e insostenibles. La primera, “los dos millones de habitantes de la Franja de Gaza que están – dice – casi como en una prisión a cielo abierto por culpa del terrorismo y de la dureza de la represión”. La segunda: “el muro que separa a Israel y Cisjordania”.
Una minoría que debe ser respetada
Por último, exhorta a que desde nuestras sociedades “recemos por ellos” y sobre todo “defendamos su causa”: “que no se olvide que en aquellos lugares del mundo están esas comunidades cristianas que por más que sean unas minorías deben ser respetadas”. Antes de concluir, destaca su invitación a mostrar interés por lo que ellos viven “para que no se desanimen y mantengan la esperanza”.