“Felicidades por estos 50 años de cercanía, compasión y ternura”, escribe Bergoglio a Jeannine Gramick El Papa reivindica el trabajo de Jeannine Gramick, la monja estadounidense que apoya a la comunidad LGTBI
Francisco escribió el pasado 10 de diciembre a la monja estadounidense Jeannine Gramick, de las Hermanas de Loreto al pie de la Cruz, cofundadora del Ministerio de Nuevos Caminos del Apostolado Católico
La hermana Gramick celebra 50 años de trabajo y apoyo al colectivo LGTBI y la carta que recibió de Bergoglio es la última de una serie de misivas del pontífice a católicos homosexuales
Algunos obispos en los Estados Unidos, siempre lo recuerda Francisco, presionaron a los superiores de la hermana Gramick para que la retiraran del Ministerio
Algunos obispos en los Estados Unidos, siempre lo recuerda Francisco, presionaron a los superiores de la hermana Gramick para que la retiraran del Ministerio
| RD/Agencias
La carta manuscrita enviada por el papa Francisco el pasado 10 de diciembre a la monja estadounidense Jeannine Gramick, de las Hermanas de Loreto al pie de la Cruz, cofundadora del Ministerio de Nuevos Caminos del Apostolado Católico, es una reivindicación de su labor en la comunidad gay.
De hecho, es una verdadera rehabilitación, ya que la monja reconocida por sus tareas de asistencia, respaldo y apoyo a la comunidad LGTBI, en los últimos años, fue blanco tanto del episcopado estadounidense como de sanciones punitivas de la Santa Sede.
La hermana Gramick, recuerda la revista American Jesuit, celebra 50 años de trabajo y apoyo a las personas LGTBI. Remarcando ese aniversario como motivo de su carta, el Papa la felicita en español por “50 años de cercanía, compasión y ternura” en un informe que califica como “al estilo de Dios”.
La carta de Jorge Bergoglio a la Hermana Gramick es la última de una serie de misivas del pontífice escritas a los católicos homosexuales y otras personas que sirven y apoyan a las personas LGBT.
En su carta, Francisco elogia a Gramick por su disposición a sufrir por amor. “No tenías miedo a la ‘cercanía’”, escribe, “y acercándote lo hacías ‘sintiendo el dolor’ y sin condenar a nadie, pero con la ‘ternura’ de una hermana y una madre”.
“Gracias Hermana Jeannine”, concluye la carta, “por toda su cercanía, compasión y ternura”, según consigna ANSA.
Presiones para la retirada del ministerio
Casi desde el comienzo de su trabajo en el Ministerio de Nuevos Caminos, la Hermana Gramick se desempeñó junto al otro cofundador, el Padre Robert Nugent, de la Sociedad de St. Country, que educó a los católicos en la ciencia, sociología y teología de la homosexualidad.
Algunos obispos en los Estados Unidos, siempre lo recuerda Francisco, presionaron a los superiores de la hermana Gramick para que la retiraran del Ministerio. Cuando se negaron a hacerlo, la Congregación para la Doctrina de la Fe inició una investigación de 11 años que terminó en una notificación, que decía que las presentaciones de la hermana Gramick y el padre Nugent sobre la homosexualidad no representaban con precisión “el mal intrínseco de los actos homosexuales y el trastorno objetivo de inclinación homosexual”, y los desterró de cualquier actividad pastoral vinculada a las personas LGTBI.
Apenas el mes pasado, después de que la Secretaría General del Sínodo de los Obispos eliminó un enlace de su sitio web a un seminario web organizado por el Ministerio de Nuevos Caminos, el mismo Ministerio reveló que el papa Francisco le había escrito dos cartas a principios de año alabando su Servicio.
Posteriormente, se restauró el enlace al seminario web. En esas cartas, Francisco, al escribir sobre la hermana Gramick, reconoció que sabía “cuánto sufría”, describiéndola como “una mujer valiente que toma sus decisiones en oración”.
No es la primera vez que Bergoglio tiene este tipo de gestos. En junio del año pasado le envió una misiva a James Martin, uno de los sacerdotes más conocidos de los Estados Unidos por su defensa de los católicos homosexuales. “Nuestro Padre del Cielo se acerca con amor a cada uno de sus hijos, a todos y a cada uno de ellos. Su corazón está abierto para todos y para cada uno”, escribió Francisco al jesuita con motivo de la conferencia de la pastoral católica “Proyección del ministerio para los católicos LGBTQ” celebrada en aquel entonces.
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